Capítulo 2

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Teniendo en cuenta que se había mudado a un país nuevo y muy distinto al suyo, cualquiera habría creído que el primer día de clases de Audrey sería algo digno de videograbar para la posteridad, pero lo cierto es que aquello no podría estar más lejos de lo que había tenido que enfrentar.

La mañana del lunes, todo había comenzado con Alex despertándola como de costumbre —entrando a su cuarto sin permiso y golpeando la sartén favorita de Marie con una cuchara de madera mientras le gritaba «¡Arriba, primer día de escuela!»—. Usualmente, que su hermano mayor entrara a su habitación sin tocar y haciendo un escándalo terrible solía enfadarla y obligarla a arrojarle un almohadón en la cabeza, pero esa mañana estaba tan cansada que lo único que hizo fue rogar por cinco minutos más de sueño. En respuesta, Alex caminó hacia el balcón y corrió la cortinilla blanca para dejar que los intensos rayos del sol calaran directo en el rostro de la chica.

—¡A brillar, Sunny! ¡Hoy es un nuevo día! —exclamó, con tono de niño pequeño. Audrey gruñó en respuesta—. Hermanita, deberías arreglarte o llegaremos tarde a nuestro primer día de escuela —le dijo mirándose en el espejo de su tocador y girando varias veces en busca de la pose perfecta.

—¿Y desde cuándo te interesa ser puntual a ti, Alex? —le replicó, riéndose del hecho de que en su antigua escuela, el muchacho acostumbraba llegar diez o quince minutos después de que la clase iniciaba y nunca había parecido interesarle.

—¡Oye! Es mi último año de preparatoria, al menos debo esforzarme por causar buena impresión a mis maestros para que den buenas referencias de mí y pueda entrar a la universidad que yo quiera, ¿no?—luego, saliendo completamente del tema, añadió—: ¿perfil izquierdo o derecho?

—¿No te ves igual de feo con los dos? —bromeó. Su hermano la fulminó con la mirada y luego le sacó la lengua de manera infantil, a lo que ella soltó una carcajada—. ¿Puedo saber por qué has pedido mi opinión sobre «tu perfil»? Usualmente no te importa.

—Eso es porque usualmente no tenemos que asistir a una nueva escuela, con nuevos profesores, nuevos compañeros..., y por supuesto: nuevas niñas a las qué impresionar —luego, le guiñó un ojo a Audrey.

Ante ello, la chica puso los ojos en blanco. Cualquiera se habría derretido ante ese gesto, y estaba consciente de que, de no ser su hermana, quizá ella también.

—Como si necesitaras de esas feas poses para impresionarlas —le dijo, dando por finalizada la conversación para luego seguir las órdenes de su hermano y alistarse.

Más tarde se había enterado gracias a su padre, que la escuela en la que los habían inscrito era un poco diferente a lo que normalmente se veía en México, pues no solo era privado, sino que su modelo educativo había sido diseñado a fin de resultar cómodo para la gran cantidad de alumnos extranjeros que llegaban a estudiar allí. Y es que estaba ubicada en los alrededores de un lugar donde residían muchos importantes ejecutivos provenientes de diferentes países del mundo, aunque por supuesto también había chicos latinos.

Pero lo peor vino al llegar a la escuela, no solo para Audrey, sino para sino para su hermano, quien, tal como ella lo pronosticaba, gozaba de tener todas las miradas de las féminas en él. Esa mañana Alex se había arreglado mejor que de costumbre, y también le había puesto un esmero mayor a su «peinado despeinado» que era como llamaba a la clase de tupé desordenado que solía lucir su cabello castaño a diario. Y si a eso se le sumaba que iba por el instituto con su típico andar despreocupado de «¡mírenme, soy genial!», no había ninguna chica en la instancia que fuera capaz de resistirse a sus encantos.

Como Marie les había indicado antes de que Leonard los llevara al colegio, debían ver al director tan rápido como les fuera posible, así que apenas pusieron un pie en el interior de las instalaciones escolares, caminaron de pasillo en pasillo hasta que Audrey vislumbró una puerta blanca en donde estaba grabado con llamativas letras negras el nombre «August G. Romero».

Reencarnación I: El AlmaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora