Epígrafe

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A don Juan Manuel, al ver el cuerpo de su sobrino, el remordimiento lo atacó y fue al Convento de San Francisco a confesarse. El fraile le puso como penitencia rezar tres días el rosario al pie de la horca a las once de la noche para ser absuelto.

-El Callejón de don Juan Manuel, Leyendas Coloniales de la Nueva España.

Reencarnación I: El AlmaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora