La Famosa ______

Capítulo 22.

- Sueltala. - ordenó Harry en un tono serio.

No. Puede. Ser. Cierto.

Lo miré confusa. ¿Ese era Harry?, pero tenía que admitir que me había gustado que me defendiera. Me sentía como si él me quisiera al menos un poco.

Rápidamente el paparazzi me soltó y pudimos entrar al restaurante. Tenía una marca roja en mi brazo, gracias al gran apretón que me dio el paparrazzi. Me dolía al tocarlo, era increíble que un ser humano en menos de 5 minutos te pudiera hacer un daño.

Harry mantenía la mirada en mi brazo. Ahora estaba más despierto. ¿Se había asustado?

- ¿Te duele? - preguntó cariñosamente. « Ojalá me hablarás así siempre » pensé.

- Un poco. No pensé que me llegara a quedar una marca.

- Aveces los paparazzis son unos idiotas, necesitan algo con qué fastidiarte, sin importar si te hacen daño físico o emocional.

- No importa, es su trabajo Harry. De eso viven. - Seguíamos caminando hacía una mesa alejada de las ventanas. Los guardaespaldas hablaban con los fotógrafos, supongo que les estaba pidiendo que se fueran. Nos sentamos en aquella mesa junto con los demás chicos. La mesa era muy grande y rectangular. Había platos y vasos totalmente blancos, y cubiertos color plata. Sin ningún rastro de comida. En medio de la mesa se encontraba un adorno grande con flores de tonos llamativos: rojo y amarillo. Simplemente hermoso.

Harry se sentó a lado mio, en una de las esquinas de la mesa.

- ¿Enserio piensas eso?, te hacen daño ___. No son "inocentes" como tú piensas. - dijo, haciendo comillas con sus dedos.

- Sólo pienso, que tienen una familia, la cuál tienen que mantener. O, mantenerse a sí mismos.

- Pero hay otros trabajos, no sólo ese. Podrían ser taxistas ó cajeros en un supermercado.

Todos en la mesa hablaban, unos con otros. Pero sólo Harry y yo hablábamos. Nadie se metía en nuestra conversación.

- Haber Harry... ¿por qué eres cantante, si también pudiste ser taxista? - Harry se quedó pensativo por unos minutos. Al parecer, reflexionando lo que le había dicho.

- Ya entiendo. Pero, aún tengo una duda.

- ¿Cuál?

- ¿Por qué soy tan guapo? - No pude evitar no reírme. Vaya, Harry era un idiota muy simpático. Al reírme, todos los que se encontraban en la mesa, se callaron y voltearon a vernos. Harry tenía una sonrisa en su rostro y yo sólo me había carcajeado, pero al sentir las miradas, callé. Entendía por qué nos miraban. Nuestra conversación en un principio era seria, y ahora reíamos, cuando antes peleábamos.

5 segundos después, todos volvieron a sus pláticas.

- Ahora, enserio, ¿qué duda tienes?

- ¿Por qué no te defendiste de aquél paparazzi? Te estaba apretando. Pero no mencionaste ni palabra, o siquiera lo empujaste lejos. ¿Por qué? - soltó.

- Porque no quiero problemas.

- Oh, por favor. No me vengas con ese típico cuento. No te creo.

- Pues, esa es la verdad.

- No. La gente normal, "para no tener problemas" - Volvió a hacer comillas con sus dedos. - no golpea o insulta a los paparazzis. Pero si les dicen que no les hagan daño. Tú, en cambio, no le dijiste nada y seguiste caminando. ¿Creíste que no lo había notado?

No me gustaba que me dijeran que "no me defendía", vamos, era mi problema, no el de ellos.

- No quiero hablar de eso.