Meredith.
Tiemblo de pies a cabeza, las lágrimas se escapan de mis ojos sin control alguno y el miedo se carcome mis entrañas. Observo a la oficial Clark escribir algo en el teclado de su computadora, sus dedos se mueven con rapidez y su afilada mirada se mantiene fija sobre la pantalla. Sollozo de forma inevitable cuando trato de levantar la mano derecha para secarme las lágrimas, por un momento olvidé que estaba esposada a la banca de la comisaría. No puedo creer que esto me esté pasando.
—¿Meredith? —Alzo la cabeza y la giro hacia mi izquierda en cuanto escucho la voz de mi novio. Verlo aquí me hace sollozar de nuevo. En un segundo, Stiles se encuentra acuclillado frente a mí y yo me lanzo a él, abrazándolo con mi brazo no esposado—. ¿Qué sucedió? —me pregunta al oído, sus brazos enredados alrededor de mis costillas.
—No lo sé —susurro, más lágrimas resbalan por mis mejillas—. Un minuto estaba sirviendo shots de tequila en Sinema y al siguiente estaba en medio de la carretera, luego la hermana de Hayden y entonces... Stiles, ellos di-dicen que maté a alguien —le cuento, las palabras saliendo atropelladamente de mi boca; en medio de un jadeo me separo de él unos cuantos centímetros, los suficientes para verlo a los ojos—. Yo no maté a nadie, te lo juro que no —bisbiseo y sacudo la cabeza con frenesí, desesperada porque él me crea.
Con sus pulgares, Stiles seca mis empapadas mejillas mientras con el resto de sus manos acuna mi rostro.
—Lo sé. Sé que no lo hiciste —afirma en voz baja y, cuando el metal de las esposas tintinea contra el tubo debajo de la madera de la banca, sus ojos de inmediato bajan hasta mi mano derecha. La incredulidad brilla en sus mirada color whisky—. Voy a...
—Stiles, por favor no hables con la sospechosa —ordena de pronto la oficial Clark, interrumpiendo lo que sea que mi novio fuera a decirme.
Involuntariamente, las comisuras de mi boca se curvean hacia abajo y debo poner todo de mí para ahogar el sollozo que me araña la garganta, queriendo salir. Aun a través de la humedad de mis pestañas, consigo ver como la mandíbula de Stiles se tensa justo antes de girar la cabeza apenas lo necesario para mirar a la oficial sentada tras su escritorio.
—Ella es mi novia —enuncia casi entre dientes.
—Lo tengo claro, pero a menos de que seas su abogado no puedes hablar con ella —le explica y a pesar de todo el tono de su voz no es duro ni severo, sino tranquilo—. Ahora, por favor, apártate de la sospechosa.
—¿Dónde está mi papá?
—Puedes esperarlo en su oficina, está ocupado.
—¿Ocupado haciendo qué? ¿Culpando a mi novia de un crimen que no cometió? —rechista, el tono amargo de su voz delatando cuán molesto está.
—Nadie está culpando a Meredith de nada. —Clark no es quien responde, sino el mismísimo sheriff, quien consigue que la atención de los tres se centre en él. Yo me pregunto si acaso ha venido para llevarme a la sala de interrogatorios, tal y como la oficial me dijo que pasaría.
—¿Entonces por qué la tienen esposada? —inquiere mi novio, poniéndose de pie para encarar a su padre.
—Yo no... —El sheriff posa su mirada sobre mí cuando me sorbo la nariz, no luce feliz de verme pero su ceño se llena de arrugas y la confusión brilla en su expresión—. Clark, quítale las esposas. No son necesarias —indica, haciendo un ademán. Cuando la aludida se levanta de su lugar y camina hacia mí con la llave de las esposas, el sheriff se dirige a su hijo—. Solo estoy haciendo mi trabajo, Stiles.
—Tu trabajo apesta, papá.
—Vete a la casa, por favor. Mi noche ya ha sido bastante agitada —replica el sheriff, sonando cansado..
ESTÁS LEYENDO
About Dread Doctors and Quimeras | AW&W: 4 | Teen Wolf
FanfictionEN EDICIÓN LENTA. [Libro #4 de la saga "About Werewolves and Witches"] NOTA: por favor, lee la tercera sección del libro Steredith antes de empezar con este. Preparándose para su último año de preparatoria, las únicas preocupaciones de la manad...