About Dread Doctors and Quimeras | AW&W: 4 | Teen Wolf

Capítulo 4: Dreamcatchers. Parte II

|| Kanima.

Stiles frena casi de golpe, justo después de hacerse a un costado de la carretera, y al instante tanto él como mi hermana bajan del Jeep, permitiéndonos a Isaac y a mí salir del asiento trasero. Una vez que estamos todos abajo, nos apresuramos a encaminarnos hacia el puente subterráneo alrededor del cual hay tres patrullas y una ambulancia andando en reversa, retirándose ya de la escena del crimen.

Al adentrarnos al puente vemos las titilantes luces de otra patrulla policiaca y otra ambulancia, al pasar ambos vehículos nos encontramos con unas barandas de metal, las cuales aseguran la escena y debemos mover un poco para poder pasar. Mientras Stiles, Isaac y yo continuamos nuestro camino hacia el sheriff, Meredith se acerca a las chicas, abrazando a Lydia con fuerza.

—¿Estás bien? ¿Cómo te sientes? Sé que odias que esto pase —la oigo decirle a la pelirroja.

Mi atención se desvía de ellas para centrarse en el par de paramédicos que pasan junto a nosotros, mi mirada cayendo sobre el hombre que empujan en una camilla. El sujeto lleva puesta una mascarilla de oxígeno y, salvo por la parte que ésta cubre, toda su cara está cubierta por sangre. No puedo reconocerlo, pero sé que se trata de un oficial debido a su uniforme.

—Chicos. —Regreso mi mirada al frente al oír la voz del sheriff, quien luce sumamente preocupado. Nos detenemos frente a él y detrás suyo, a unos cuantos metros, veo una vagoneta de la policía siendo rodeada por varios oficiales y una persona que toma fotografías de la escena—. Scott, Isaac, ustedes vieron a este chico, Donovan —comienza a decir, nosotros asentimos, instándolo a continuar—. Él... él no era como ustedes, ¿o sí?

—No lo creo —Isaac se apresura a responder, no sonando tan seguro.

Yo niego con la cabeza, tratando de reafirmar sus palabras.

—A no ser que sepa cómo ocultar su olor —interviene Stiles.

El sheriff suspira por lo bajo y cambia el peso de su cuerpo de una pierna a la otra.

—Bien, humano o no, puede que este chico haya asesinado a su abogado y herido gravemente a dos policías —manifiesta con pesar—. Emitimos un boletín a todos los medios, pero ¿creen que puedan hallarlo más rápido? —termina preguntando, su ceño arrugándose un poco.

Isaac y yo nos volteamos a ver apenas por un par de segundos. Ambos asentimos con ligereza.

—Podemos intentarlo —le digo al sheriff, aceptando ayudarlo.

—Bien. Manténganlo en el canal dos —nos indica al tiempo que me entrega una radio.

Asiento y, sin más, Isaac y yo nos damos la media vuelta, alejándonos de la escena del crimen para ir en busca de Donovan. Me guardo la radio en la cinturilla de mi pantalón, asegurándolo a ésta con el clip de sujeción.

—Bueno, al menos tuvimos seis meses de tranquilidad antes de que algo como esto pasara —enuncia Isaac, haciendo una mueca.

—Sí. Ojalá no sea nada como lo de la última vez —mascullo al tiempo que pasamos junto a la ambulancia, viendo a un paramédico cerrar las puertas traseras de ésta para luego irse a subir en la cabina.

—Ojalá —secunda Isaac.

Al tiempo en que la sirena de la ambulancia empieza a sonar, Isaac y yo echamos a correr, ambos apenas necesitando olfatear un poco el aire para saber que necesitamos salir de la carretera y adentrarnos al centro de la ciudad. En pocos minutos nos hallamos impulsándonos hacia el frente y hacia arriba para saltar sobre una pared y encontrarnos al otro lado del callejón en el que nos hallamos. Caemos sobre la tapa de un bote de basura, del cual bajamos al dar una ágil maroma para luego darnos el tiempo necesario de buscar una vez mas el aroma de Donovan.