Capítulo 13: Damnatio Memoriae. Parte III

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|| The Lies We Never Told, The Truth We Always Hid.





Camino por el tranquilo pasillo del tercer piso apenas unos pasos detrás de Stiles, el corazón me golpea con fuerza el pecho y las palmas de las manos me sudan por montones.

Hace un par de minutos nos topamos a mi mamá en la recepción del hospital y nos dijo que Mer tenía poco de haberse dormido, así que no logro comprender por qué estoy tan angustiado. Quiero decir, sé que tengo miedo del posible rechazo de mi propia hermana (aunque probablemente merezco mucho más que eso), pero si está dormida entonces yo no debería estar tan alterado. Aun así, con cada paso que doy, peor me siento.

Veo a Stiles echarme un vistazo por encima del hombro antes de abrir la puerta del cuarto tres-uno-nueve, desapareciendo en el interior rápidamente. Por mero instinto, me detengo a un metro de la puerta y mi sentido del oído se agudiza, se concentra en escuchar todo dentro de la habitación.

Con cautela, Stiles mueve una silla, mas una de las patas choca con un objeto de cristal y el retintineo le toma tan de sorpresa que él lanza una maldición entre dientes.

—¿Stiles? ¿Eres tú? —la voz somnolienta de Mer me indica que el ruido o la grosería soltada por mi amigo la ha despertado. La oigo moverse sobre la camilla y quejarse muy por lo bajo.

Desde donde estoy parado, puedo ver la luz que no tarda en iluminar el interior del cuarto.

—Hey, sí, soy yo —murmura Stiles para enseguida disculparse—: No era mi intención despertarte. Perdón.

—Está bien. De todos modos estaba teniendo una pesadilla —le tranquiliza ella, hay una breve pausa en la que supongo se debe a un beso—. ¿Dónde estuviste? Creí que solo ibas a ducharte y comer algo mejor que mi sopa de pollo desabrida.

Stiles se ríe un poco.

—Sí, bueno, después de comer tomé una larga e inesperada siesta —miente, lo cual no comprendo—. Y veo que Liam aprovechó el momento para traerte un arreglo de flores.

Ahora es mi hermana quien suelta una risita. Si no me equivoco, fue con las flores con lo que chocó la silla hace un momento.

—Sí. Una de las nuevas enfermeras le dijo que no podía dejarlo aquí después del horario de visitas, porque hay pacientes con alergias, pero de alguna forma logró escabullirse y esconderlo sin que nadie se diera cuenta —relata con un deje de diversión.

—Así que no le importó matar a alguien de un shock anafiláctico —reniega Stiles, un tanto malhumorado—. ¿Te parece gracioso? —cuestiona mi hermana en cuanto ella se carcajea, aunque ya suena más relajado.

—Me parece gracioso que sigas poniéndote celoso de Liam —admite Mer, su risa apagándose de a poco.

—Me topé con alguien en el ascensor —Stiles suelta de repente.

Cuando mi hermana le pregunta con quién, yo ya estoy poniéndome en marcha para irme. No estoy listo para verla, no estoy listo para afrontar su rechazo. Sin embargo, apenas doy tres pasos cuando la voz de mi amigo llamándome con un simple "oye" llega a mis tímpanos, obligándome a parar en seco. Al darme la media vuelta para encararlo, con un ademán me indica que me acerque.

Mis pasos son lentos e inseguros, pero en menos de cinco segundos me encuentro parado bajo el umbral. Sin verlo venir, Stiles me da un empujoncito que acaba por meterme en la habitación y casi al instante mi mirada conecta con la de Mer, aunque solo es por una fracción de segundo. La incomodidad del ambiente es tan pesada que estoy seguro podría comprimirme el pecho sin problema alguno.

—Hey —saludo con nerviosismo, tratando de romper el hielo.

—Hey.

—Oh. Mi papá está llamando. —Stiles carraspea, tratando de disimular que miente a pesar de que es bastante obvio—. Voy a atender acá afuera, ¿de acuerdo? —informa y sale del cuarto sin esperar a que alguno de nosotros le responda, asegurándose de cerrar la puerta tras de sí.

About Dread Doctors and Quimeras | AW&W: 4 | Teen WolfDonde viven las historias. Descúbrelo ahora