Capítulo 19: Apotheosis. Parte III

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|| The Plan With The Magic Touch.





—No entiendo, ¿por qué quieres mantenerlo vivo? —me cuestiona mi hermana al momento en que Liam y yo empezamos a sacar del auto al doctor del pavor que a duras penas ha sobrevivido al ataque de la Bestia, su propia creación.

—Porque lo necesitamos —le respondo entre dientes, el esfuerzo que tengo que hacer para llevar a cuestas al sujeto es enorme pues pesa demasiado.

—Sigo sin entender —bisbisea.

Mientras Liam y yo prácticamente arrastramos el cuerpo moribundo del doctor, Mer se encarga de abrirnos la puerta trasera de la clínica veterinaria. Al entrar, en la sala de curaciones, vislumbro a Deaton, Isaac y Stiles. No me sorprende ver a estos dos últimos aquí, oí el palpitar de sus corazones en cuanto mi hermana estacionó el auto.

—Todavía está vivo —anuncio, teniendo tres pares de ojos encima de nosotros.

Mer llega a mi lado después de cerrar la puerta trasera y al mismo tiempo, mis dos mejores amigos se disponen a ayudarnos con el pesado doctor para llevarlo directo a la mesa de curaciones, la cual Deaton se ha encargado de despejar con suma rapidez.

—¿Qué diablos le pasó?

—Por favor dime que ustedes le hicieron esto —Isaac y Stiles hablan al mismo tiempo.

Sacudo la cabeza.

—Fue la Bestia. Mató a los otros dos —les informa Liam, terminando por subir uno de los pies del doctor.

—Sigo pensando que debimos abandonarlo a su suerte en el bosque —masculla Mer, acercándose a la mesa con los brazos cruzados.

—¿Puedes mantenerlo vivo? —inquiero hacia mi jefe.

—No estoy seguro de que técnicamente esté vivo —me responde, revisando la máscara del tipo. Asumo que querrá quitársela.

—Al diablo con mantenerlo vivo. ¿Cómo lo hacemos que hable? —escupe Liam. Creo que la ira que siente no le permite ver con claridad que, para hacer que el doctor hable, primero debemos asegurarnos que no morirá.

—Personalmente, pienso que no utilizamos la tortura lo suficiente —manifiesta Stiles, echándole una fugaz mirada rencorosa a mi beta.

Ahogo un suspiro.

—¿Oyeron eso? —nos pregunta Liam de pronto, su expresión es ceñuda.

Yo no oí nada, sin embargo, no dudo en agudizar mi sentido del oído al instante.

«Ven a mí... A mí», alguien susurra, lo hace tan bajo y tan despacio que apenas es audible inclusive para mí. Trato de reconocer la voz, saber de dónde proviene, pero no lo consigo.

Deaton, Stiles y Mer simplemente voltean a todas partes, extrañados, sin comprender lo que sucede.

Repentinamente, el doctor del pavor se endereza sobre la mesa y una frecuencia vibratoria agudísima resuena con fuerza en mis oídos, lastimándolos. Me cubro las orejas de inmediato, en un vano intento por protegerlas del molesto sonido. Todo el piso se sacude, como si acaso hubiera un terremoto en curso.

Con los ojos entrecerrados, alcanzo a distinguir que los demás también se cubren las orejas, Stiles incluso trata de proteger a mi hermana con su cuerpo.

El doctor se baja de la mesa y, aun tambaleante, se encamina a la puerta trasera. Liam ve esto también y trata de detenerlo, pues se descubre las orejas, se levanta y corre detrás de él.

—Liam, ¡espera! —grito, apenas puedo oír mi propia voz.

El doctor debe escucharme a mí o los pasos de mi beta tras de él, pues a dos metros de la puerta se detiene y da la media vuelta con la mano extendida, de la cual emana un halo de luz azulada circular que se va expandiendo de a poco y va saliendo disparada en dirección a Liam, no obstante, antes de que esa cosa lo toque, un halo purpureo tira de él hacia un costado y lo quita justo a tiempo del camino de la onda de energía emitida por el doctor que acaba abollando uno de los muebles y tirando lo que éste tenía encima.

About Dread Doctors and Quimeras | AW&W: 4 | Teen WolfDonde viven las historias. Descúbrelo ahora