Liam.
Tiemblo de pies a cabeza, mis mejillas están empapadas en lágrimas, en mis manos hay sangre seca y mi corazón late desaforadamente. Estoy aterrado, no solo porque no tengo ni la más mínima idea de a quién pertenece la sangre sino también porque no puedo recordar cómo llegué al ala en remodelación del hospital Memorial.
Cada que trato de buscar en mi memoria algo que me ayude al menos a entender por qué razón estoy llorando, una cortina de humo me nubla la mente, impidiéndome hurgar en mis propios recuerdos. Por un largo segundo considero seriamente que fuera obra de Meredith, pues ella es la única persona que conozco con la habilidad de entrar en la mente de las personas, sin embargo desecho ese pensamiento al instante en que termino de formularlo. Meredith jamás se metería en mi cabeza, jamás me haría eso.
De repente, frunzo el ceño con fuerza al percatarme de algo que acaba de pasarme. Por alguna extraña razón, al pensar en Meredith no vi su cara, sino la de Hayden. Eso me parece de lo más extraño, pero no le doy mucha importancia, al menos no al principio puesto que apenas un minuto más tarde el rostro de Hayden vuelve a aparecer en mi cabeza cuando me planteo la idea de llamar a la chica que me trae colgado de un hilo.
Me pregunto por qué mi cerebro está haciendo esto, asustándome un poco cuando mi voz interior dice el nombre de Hayden y el rostro que veo es el de Meredith. Algo anda mal, muy, muy mal con mi cerebro, no sé el qué, pero voy a resolverlo.
—¡Liam! ¿Liam? —Repentinamente, la voz de Mason inunda mis tímpanos; suena asustado, desesperado—. ¡Liam! ¡Oh, por todos los...! —Alzo la mirada justo a tiempo para ver a Mason tirarse frente a mí, a menos de medio metro de distancia. La expresión en su rostro denota alivio, pero todo él emana un olor a tristeza. No puedo adivinar a qué se deben esos sentimientos—. ¿Có-cómo estás? —me pregunta en un débil susurro.
Boqueo, no sabiendo por dónde empezar. Meneo la cabeza y cierre los ojos por un momento, tratando de aclarar mi mente, de ordenar mis pensamientos.
—Yo-yo... No lo sé —bisbiseo, secándome las mejillas con el antebrazo izquierdo—. Confundido, tal vez aturdido —continúo hablando—. Todo me parece... Todo es... —Me sorbo la nariz, bajo la cabeza y niego un poco. No sé qué está pasando conmigo.
Mason coloca una mano sobre mi hombro y me da un leve apretón.
—Es normal. Es normal que te sientas así —me asegura—. Después de todo, acabas de perder a Hayden y...
—¿Qué? —le interrumpo casi de inmediato, mirándolo con sumo desconcierto—. ¿A qué te refieres?
—Quiero decir, Hayden murió y tú estás sufriendo, en duelo.
—¿Hayden murió? —inquiero anonadado.
Mason parpadea varias veces, luciendo un tanto confundido, mas no tarda en sacudir la cabeza como si estuviera restándole importancia a algo.
—Supongo que la súper luna en verdad afecta más que tu comportamiento. O tal vez ésta sea tu forma de lidiar con la muerte de Hayden —masculla, aunque parece estar hablando más para sí mismo que conmigo.
—¿Los doctores del pavor la mataron? —curioseo. Uno de mis últimos recuerdos antes de despertar aquí, es que Meredith y yo descubrimos que la pelinegra era una quimera.
—Sí. Le inyectaron mercurio y eso la envenenó —pronuncia cauteloso—. Melissa hizo todo lo médicamente posible para salvarla, pero —hace una leve pausa, llenando sus pulmones con oxígeno con una sola inhalación—, ella no lo resistió —acaba musitando un tanto afligido. Meneo la cabeza al tiempo en que suspiro por lo bajo—. Lo siento mucho, Liam, sé que en verdad llegaste a amarla con todo tu corazón.
ESTÁS LEYENDO
About Dread Doctors and Quimeras | AW&W: 4 | Teen Wolf
FanfictionEN EDICIÓN LENTA. [Libro #4 de la saga "About Werewolves and Witches"] NOTA: por favor, lee la tercera sección del libro Steredith antes de empezar con este. Preparándose para su último año de preparatoria, las únicas preocupaciones de la manad...