-¡Oh, no!
Me levanto de la cama con demasiada rapidez y corro hacia la cocina, siguiendo el eco del grito. Tropiezo con la mesita que está en el centro de la estancia, pero no me detengo ni por un instante. Me paro en la puerta, observando con ternura a mi hermano, que intenta levantar el cereal del suelo con excesiva desesperación.
-¿Por qué no me despertaste para qué te ayudara?- le pregunto, tratando de sonar comprensiva.
Greg salta del susto y me mira culpable.
-Yo... yo no quería... es que tu casi...- juguetea con sus manitas, cómo siempre lo hace cuando está nervioso.
-¿Qué pasa?- me arrodillo para estar a su altura.
-Es que tú casi no duermes, y todo el tiempo estás trabajando así que no quise despertarte.- susurra
Abro la boca, asombrada y siento cómo algo dentro de mí se fragmenta. Soy consciente de que la situación ha originado que mi hermanito sea más razonable de lo que su edad le demanda, pero siempre me sorprende con las palabras más acomedidas que jamás haya escuchado.
Le sonrío y comienzo a ayudarle con el resto del cereal que hay en el piso.-No alcanzo el estante.- se avergüenza.- Soy un enano.
-Tienes seis años. Te falta demasiado por crecer.- le consuelo.
Cuando terminamos de levantar todo, le sirvo su plato de cereal que me pidió. Pongo la cafetera y me aseguro de que los almuerzos estén listos para todos. Los ojos empiezan a picarme por el sueño, pero evito pensar en la comodidad de mi cama y eso ayuda bastante.
-Desayuna mientras yo me cambio la pijama.- le doy un beso en la cabeza y me voy caminando hacia la puerta.
-¿Hoy tampoco puede Mamá?
Me quedo quieta al escuchar su pregunta y me doy la vuelta para enfrentarlo. No se atreve a mirarme, pero sé que está al pendiente de mí. No pienso mucho en la respuesta, porque él ya lo sabe todo a la perfección.
-Greg, ya hemos hablado demasiado sobre el tema. Mamá está enferma y no puede hacer muchas cosas. Tu, papá y yo estamos para cuidarla, ¿recuerdas?- le hablo suavemente
-Bien.- me contesta, no muy convencido
Salgo de la cocina, ignorando el dolor que me provoca toda la situación.
Me doy un baño rápido y me pongo el incomodo uniforme del trabajo. Peino mi cabello en dos sencillas trenzas, envio unos correos desde mi computadora y me pongo mi chaqueta antes de tomar mi bolso, lista para salir de mi habitación.
Voy a despedirme de mi madre y en la puerta de su habitación me encuentro a mi padre, terminando de acomodarse la corbata.-Oh, Beth. Hoy a las seis debes pasar por los resultados de tu madre.- me recuerda.- Greg ya está listo.
-¿Trabajarás hasta tarde?- le pregunto antes de que entre al baño
-Doble turno.- sonríe débilmente y cierra la puerta
Entro a su habitación y saco de mi bolsa el último libro que le falta para concluir la saga que se ha devorado en tres días. Lo pongo en la mesita que esta de su lado en la cama y me paralizo al ver el pañuelo lleno de sangre.
-Betthany.- me llama mi madre, surgiendo del baño.
-Buenos días.- la envuelvo en un suave abrazo.- Mi papá acaba de entrar al baño de invitados.
-Yo escuche el caos que forjó Greg.- chasque la lengua
-Todo bien. Lo llevaré a la escuela y después me iré al trabajo.- la ayudo a llegar hasta su cama.- Te quiero.- me despido
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Cruel Deseo
RomanceJacob Henderson y Alessandro Mantwayer; uno un policía obsesionado con la idea de cazar a los malos y perdidamente enamorado de la chica buena. Mantwayer, un mafioso apasionado, engendro del mal y también perdidamente enamorado de la chica mala. Bet...