🌷Capítulo 10

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El sonido de mi celular me despierta abruptamente. Por un momento pienso en no contestar, pero el sonido es insistente, así que me levanto rápido de la cama para tomarlo.

-¿Si?- contesto semidormida

-Betthany, en 10 minutos estaré en tu casa. Tenemos una emergencia.

Me tenso cuando escucho a Jacob y el sueño desaparece junto con los fragmentos del mejor beso en la historia de mí vida.

-¿Qué cosa?- pregunto atemorizada

-Despídete.- me ordena antes de colgar la llamada

Observo mi celular con mucha melancolía. Supongo que algo está sucediendo en el club y es el momento de hacer mi parte. Apenas son las diez y yo siento que es de madrugada. Me pongo unos jeans y una blusa sencilla. Sujeto mi cabello en una cola alta y salgo en busca de mi hermano.

-Greg.- lo llamo

El pequeño se remueve pero no se despierta. Vuelvo a intentarlo.

-Creí que hoy dormiríamos temprano.- se queja sin abrir los ojos

-Lo sé, pero quería decirte que debo írme.- le cuento

-¿Vas a ír con mamá?- me pregunta, sentándose en la cama.- ¿Pero con quién me voy a quedar yo, sí papá esta en el hospital?

-Alguien vendrá a cuidarte, cariño.- le acaricio el cabello

-Bueno.- sonríe.- ¿Por qué quieres llorar?- me pregunta serio

Soy tan tonta que pensé lograr despedirme sin hacer drama.

-Es que yo me voy a ír por un tiempo. – intento sonreír

-No, ¿por qué? ¡No te vayas! Te prometo que me voy a portar bien.- comienza a llorar.

-No es por tí.- lo abrazo con fuerza.- Sólo será un tiempo.

El timbre de mi casa suena, haciéndonos saltar del susto. El momento nos saca una carcajada, pero enseguida todo vuelve a la angustia.

-Han llegado.- me limpio una lágrima.

Abro la puerta, con Greg tomado de mí mano. Jacob aparece frente a mí, con su habitual gesto de formalidad. Me cuesta un poco enfocarme después de lo sucedido en la tarde en la sala de entrenamiento.

-Nattasha se quedará con tu hermano.- deja pasar a una mujer a la casa.

Greg enseguida comienza a llenarla de preguntas y la oficial responde cada una de ellas con educación.

-No he hablado con mi padre.- le recuerdo

-Ya lo sabe.- me asegura.- Quizá logres hablar con él después.- promete

Salgo de mi casa sin mirar atrás, caminando con Jacob hacia la camioneta.

-¡Betthany!

Me detengo al escuchar a mí hermanito. Cuando volteo, se acerca corriendo. De manera instintitiva extiendo los brazos para recibirlo.

-No te vayas.- solloza.- No nos dejes.

Mi respiración se corta y siento la garganta arder por las emociones que me ahogan. Todos estos días evite pensar en lo difícil que sería despedirme de mi familia, pero sobre todo de Greg. Él y yo éramos demasiado unidos y un adiós cómo éste, dolía más de lo pensado. Tuve que explicarle una vez más de que se trataba todo y prometí hablarle cuando pudiera hacerlo. Me costaba aceptar que no sabía como iba a salír todo. Podía morir en el intento de ayudar a la policía, o podía sobrevivir y volver a casa. Era un futuro aleatorio.

-Prometo cuidar de ella. Y sí te metes a tu casa, tranquilo y sin llorar, mañana yo te traeré un helado.- Jacob lo separó lentamente de mí.

Greg asiente con la cabeza y da un paso atrás sin mirarme.

-Cuídate, Beth.- se despide y camina devuelta a la casa, tomado de la mano con Nattasha.

La imagen me saca más lágrimas de las derramadas.

-Vamos.- sujeto la mano que me ofrece.

Me subo a la camioneta y no puedo evitar recargarme sobre el hombro de Jacob. Me alegra tenerlo cerca. Cierro los ojos y me dejo envolver por el escudo invisible que me proporciona el estár cerca de él. Sólo debo separarme un momento cuando hablo con mis padres. La despedida es más complicada con mí padre, porque él sí sabe a dónde me dirijo. Después de hacer promesas de las que no estoy segura poder cumplír, cuelgo la llamada y vuelvo a mí lugar seguro. Los nervios comienzan a carcomerme entera, pero finjo disimularlos con emoción. Es la primera vez que haré esto y espero sea la última.

-Llegamos.- Jacob me mueve un poco.

Abro los ojos asustada. No me di cuenta que me quedé dormida. Bajamos de la camioneta y entramos una vez más al gran edificio. Jacob me lleva hasta una gran habitación donde lo único que reina son los materiales electrónicos. El Mayor me saluda amablemente y después le ordena a uno de los hombres que me ponga los audífonos. El hombre se acerca a mí con un objeto pequeño y me pide que me descubra el cuello.

-Debes proteger el dije, es resistente, pero sí lo golpeas con fuerza se destruirá.- la esmeralda resalta en mi piel pálida.- Vas a llevar otro oculto entre la ropa, pero tendrás que ser más cuidadosa con ese sí llegas a toparte con Mantwayer. De ser así, deberás desaparecerlo. El dije no va a ser detectado en caso que te revisen o algo.

Se aseguran de que cada micrófono funcione a la perfección y después otro oficial se acerca junto con dos médicos.

-Van a ponerte un rastreador en la pierna. No es doloroso, pero sí te va a molestar un poco.- me explica uno de los policías.

Suspiro profundamente cuando me introducen una jeringa gruesa en el muslo derecho. Arde por un momento pero el malestar es breve.

-Es una identificación falsa, sólo utilizala de ser necesaria.- Jacob me da la credencial.- Es un juego de palabras.- sonríe.

Observo la identificación y resoplo.
Mia Black.

-¿No se nota?- pregunto a Jacob.

-Fer es el mejor, y sí él dice que nadie notará el micrófono es porqué no lo harán.- me asegura

-Betthany.- me habla el señor Hall.- Lo que harás es sencillo. Te llevaremos al bar donde está Mantwayer, lo seduces y debes lograr que te lleve a su casa. El resto ya lo sabes, ¿no es así?

Asiento aterrorizada, con el corazón el la garganta y miro a Jacob, quién me devuelve la mirada llena de ansiedad. El oficial se acerca a mi y y me toma suavemente de los hombros, mirándome con suplica.

-Ahora todo depende de tí. Tú tienes el control y no debes permitir que te lo arrebaten.- me advierte.- Sí logras ésta extraordinaria osadía, serás una infiltrada, no lo olvides.

-No lo haré.- contesto llena de seguridad

Cruel DeseoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora