🌷 Capítulo 5

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-Tengo una resaca que no puedo con ella.- gimotea Jade, dejándose caer al piso

Dejo los cubiertos sobre la barra y le paso la nota a Mariana. Para mi maravillosa sorpresa, amanecí cómo sí hubiera dormido toda la noche. Sólo fueron un par de horas, pero el dulce sueño que tuve con el hombre de ojos color ámbar me ayudó bastante.

-Eso pasa cuando te emocionas con el vodka.- me burlo

-A ti te salvo ese policía sexy.- me recrimina

-Ustedes me mandaron con él.- me defiendo sin poder ocultar la ilusión que me hace pensar en eso.

Ruby se acerca y le ordena a Jade que atienda una de las mesas. Cuando ésta lo hace de mala gana, comienza a contarme sobre el ridículo que hizo Jade con dos chicos. Al parecer su intento de conquista terminó en arcadas sobre la mesa y una pequeña multa por parte del club. Yo le cuento sobre su molestia que tiene respecto a Jacob y me gano unos cuantos consejos sobre cómo tratar con ella. Aunque todo se resume a un "¡Qué se vaya al diablo!". Mariana llega a media conversación y me hace unas cuantas preguntas sobre la noche que pasamos, claro que Ruby se adueña de la historia, evitando hablar acerca de mi vergonzoso baile.

-Hablando de la autoridad.- Ruby señala detrás de mí

Sonrío al ver a Jacob ingresando a la cafetería. Por primera vez lo veo vestido de traje, aunque me parece que anoche también llevaba uno. Sólo que no logro recordarlo con exactitud. Normalmente su uniforme de trabajo es la placa. Se ve realmente bien. Sus brazos fuertes sobresalen de una manera que debería estar indebida. Cuando nuestras miradas se encuentran, las sonrisas de ambos se vuelven más acentuadas. Me acerco enseguida.

-Buen día.- lo saludo

-Buen día.- se inclina y me da un beso en la mejilla.- ¿Resaca?- pregunta mirando hacia a Jade, que pasa a nuestro lado con mala cara

-Resaca.- le confirmo.- ¿Vas a ordenar o...?

-Sólo acudí a verte un momento.

- ¿A mí?- me voz es un pitido

Asiente despacio y da un vistazo a nuestro alrededor. Yo hago lo mismo, no puedo recibir visitas en hora de trabajo.

-No quiero causar problemas.- se disculpa de pronto.- Sólo quería saber... ¿Quisieras salir conmigo?

Abro la boca sorprendida y la vuelvo a cerrar. Una y otra vez, sin poder creer que esto me esté pasando. Sí soy sincera, no hace mucho que un chico me invitó a salir, pero sí ha pasado demasiado desde la última vez que acepte. No estoy segura de tener tiempo, pero quiero decir que sí.

-¿Qué tal mañana?- me pregunta sonriendo

Su sonrisa es tan hermosa...

-Claro.- le contesto nerviosa.- ¿Después del trabajo?

-Aquí estaré.- se despide, besando una vez más mí mejilla


Jacob

Saludo a todos mis compañeros cuando llego a la oficina. Me detengo un momento para conversar con Berck, tratando de no ser muy ordinario al preguntarle por su estado. Es suficiente con cargar el apodo de "Mr. Arcadas". Primer caso, dos cadáveres en un sótano y un compañero antipático. Pobre chico.

-El jefe quiere verte.- me avisa Melvin, dándome la nueva Radio.- Es urgente.

Verifico que todo esté sincronizado y me despido de Berck, dirigiéndome a la oficina del Mayor Hall. Cuando llego a la puerta, me paralizo al escuchar las voces del otro lado.

-No sé sí sea buena idea.- habla Hall

-Señor, yo no le diría esto sí no estuviera seguro de lo que vi.- asegura Toni

-Pero dices que es menor de edad y eso dificulta todo.- reconozco la voz de Sean

-Lo es, pero he investigado sobre ella. Su madre tiene cáncer, su padre tiene dos empleos que son casi nada y tiene un hermano de seis años. Ella trabaja de camarera desde hace dos años. No estoy hablando de nada extraordinario señor, sólo sería un movimiento de un par de horas. La chica sólo deberá portar un micrófono y el resto sería nuestro.- le explica Toni

Todo se queda en silencio.

-¿Cuál es su nombre?- pregunta Hall

-Betthany White...

Abro la puerta de golpe, interrumpiendo la conversación.
Aniquilo con la mirada a Toni. Se lo advertí y él me ignoro.

-Henderson, ¿esos principios le enseñaron en la academia?- me pregunta Sean, mirándome con reprobación.

-No señor.- le contesto, apretando la quijada.

-Siéntate. - me ordena el Mayor

Lo hago lentamente, sin quitar la mirada de Toni. Sí deseaba seguir aprendiendo a mí cargo, ya estaba muy confundido. Ahora estaba fuera de mí zona.

-Su compañero me ha contado un par de cosas...

-¿Qué cosas?- lo interrumpo ansioso

-Quizás sí me aprobara hablar, podría saberlo.- me contesta tosco

Inclino la cabeza y aprieto los puños con frustración.

-Toni me ha contado lo sucedido en el club con Mantwayer.

-Eso no fue nada, señor.- trato de sonar seguro

-Llevamos bastante tiempo indagando en la vida de Alessandro Mantwayer, sin resultados. Todo está apunto de ser desechado y eso me llena de impotencia. Estamos seguros de lo que él es, y por falta de pruebas no podemos hacer nada. Eso es algo verdaderamente inaudito. Sólo es necesario un empujón para que Mantwayer caiga por la borda, sólo eso necesitamos.- me lanza la carpeta con el expediente de Mantwayer, pero no es necesario. Lo sé de memoria.

La vehemencia de sus palabras me llenan de adrenalina. Quiero encerrar a ese hombre tanto cómo él. Pero no puedo imaginar a alguien cómo Betthany en esa posición. Ni siquiera creo que ella esté dispuesta a escuchar del tema.

-¿Señor se está escuchando? ¿Está consciente de a dónde quiere llegar con todo esto?- le pregunto.- Con los civiles no.

-Hemos hecho cosas más drásticas.- Sean cruza los brazos con altanería

-Así es.- el Mayor concuerda con Sean.- Quiero conocer a Betthany White y quiero que seas tú quién la traiga a mí.


¡Maldita sea!

Cruel DeseoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora