🌷Capítulo 23

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Entramos a la residencia con precaución. Observo los inmensos arcos que están en la entrada y las fuentes de luces que salen expulsadas del suelo de cristal. El mal humor desaparece y sonrío al ver a un montón de niños asomarse desde los balcones. La hacienda es un verdadero paraíso. Alessandro baja y recibe a unos niños que se acercan a él como sí fuera Santa. Cuando yo hago lo mismo, todos los chiquillos me miran sorprendidos. Alessandro me toma de la mano y me lleva a la entrada de la casa, donde se encuentran tres mujeres mayores y una chica joven que me observa seria.

-Buen día, señor Mantwayer.- lo saluda una mujer de ojos grandes y sonrisa amable.

-Buen día, Alice.- le responde, contento.- Venimos a dejar víveres y juguetes para los niños.

Ahora sé que hay en la caja, y no es nada que pueda atentar contra mi vida.

-Muchas gracias. Thabata, ayuda por favor a bajar las cajas.- le habla Alice a la chica joven.

-Oh, no. Mis hombres lo harán. Thabata, sí eres muy amable, por favor, cocina algo delicioso para comer.- le sonríe, haciendo que se sonroje.

Ajá, por eso me mira así.

-Enseguida.- se retira.

-Les presento a Mia. Mia, ellas son Alice, Bruce, e Hilary. Las representantes del Albergue.- nos presenta.

-Un gusto.- les sonrío afable a todas y estrecho cada una de sus manos.

Alice es la más grande, tiene el cabello teñido de blanco debido a las canas. Bruce, cabello negro y ojos cafés. Hilary, Cabello rojo y ojos verdes oscuros. Alice es más cariñosa, Hilary es más timida y Bruce es más reservada. Son una combinación muy calida y agradable. Perfectas para controlar un sitio como éste.

-Vamos, te presentaré con las bestias.

-Llevan esperándote desde ayer.- lo reprende Bruce con suavidad.

-Melanie.- expresa, como sí eso fuera suficiente.

Las ancianas se miran cómplices y sé que conocen a Melanie tanto como su hermano. Alessandro y yo nos acercamos a los niños que están en el jardín. Esperando pacientemente por su atención.

-¡¡Bestias!!- grita extendiendo sus brazos.

Todos los niños corren a él, chillando contentos.

-¡¡Alessandro!!

-¡Te extrañamos mucho!

-¡¿Trajiste dulces?!

-¡Te queremos!

-¿Quién es la chica?

-¿Ya tienes esposa?

-¡¡La bestia esta casado!!

-¡Aunque tengas hijos, no nos olvides!

-¡Paren!- los interrumpe Alessandro, muerto de la risa

Los chicos se le lanzan encima, haciendo que caiga al piso.

-¡Todos sobre la bestia!- grita un niño con fuerza.

Escucho la risa de Alessandro mientras todos los pequeñines están sobre él.

-Princesa... ¿Nos haría el honor?- me pregunta un niño de cabello negro, señalando la pila humana.

-Por supuesto.- muevo mis pestañas, mientras camino como sí llevara un gran vestido.

Los niños se hacen a un lado y yo me dejo caer sobre Alessandro, ambos reímos junto con los niños.

-¡Beso! 

Beso

Beso

Beso

El grito de los traviesos me pone nerviosa, pero aún así, me inclino y le doy uno suave. Nos levantamos y sacudimos el pasto que tenemos en la ropa. Me toma de la mano y me lleva hasta la camioneta.

-Vengan aquí.- los llama.

Todos los niños se acercan, rodeándonos con emoción. Los cuento mentalmente. 13 niñas y 16 niños. Dos chicas se ven mayores de catorce, quizás. Mientras que las demás niñas son pequeñas y en el caso de los niños hay cuatro chicos grandes. Absolutamente todas las niñas miran a Alessandro como a un hombre perfecto. Y los niños lo ven con admiración. Al parecer ha hecho bien su trabajo aquí.

-Bien, les traje esto.- Alessandro saca las cajas con los demás hombres y las abre.

Juguetes.
Muñecas.
Ropa.
Carritos.
Maquillaje para las grandes.
Y consolas de videojuegos para los hombres.
Y libros... muchos libros.

Alessandro comienza a repartirlo todo con ayuda de los mayores. Me sorprende darme cuenta que se sabe todos los nombres, no falla ni modifica ninguno. Cada niño sale corriendo a mostrarles a las ancianas sus nuevas posesiones. Uno de los chicos comienza a hacerle plática sobre un partido de futbol y Alessandro le sigue la conversación, pero sin dejar a un lado al resto.

-Se parece a ella.

-No, es como Aurora.

Bajo la mirada y dos niñas pequeñas me estudian atentamente... ¡Son gemelas!

-Como Aurora.

-Sin duda alguna.- concuerda la otra niña, mirando la muñeca que tiene en la mano.

Sonrío al ver su muñeca de la princesa Aurora.

-Eres muy bonita.- me sonríe una.

Me agacho para estár a su altura y les acaricio el cabello a ambas. Son dos preciosas niñas con el cabello afro y ojos verdes.

-Ustedes lo son aún más.

-¿Crees que cuando seamos mayores, podamos conquistar a Alessandro?- me pregunta una, susurrando.

-Yo creo que si.- le contesto de la misma manera.

-¡Por supuesto que si!- les asegura Alessandro.

Ambas me miran y salen corriendo mientras chillan halagadas. Me levanto y lo miro divertida.

-Tienes muchas pretendientes.- le doy un empujón divertido.

-Eso parece.- me abraza fuerte mientras me da un beso suave.- ¿Te molesta sí pasamos el día con ellos?- me pregunta.

-Eso suena genial.- lo vuelvo a besar.

-¡La bella conquistó a la bestia!- grita un niño, dramáticamente.

Todos gritan de la misma manera y hacen ruido extraño y divertido con sus bocas.
Este día será increíble.

Cruel DeseoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora