-Tranquila.- me susurra Alessandro en el oído.
Respiro hondo y le sonrío con timidez. Con mis nuevos y recientes viajes en avión, descubrí algo interesante. Le tengo pánico a las turbulencias. Así que cada aterrizaje es una tortura vergonzosa, pero él lo sabe. Sus grandes y preciosos ojos verdes brillan de manera diferente, sólo que no consigo averiguar de qué se trata. Sujeto su mano con fuerza y cuando ya estamos completamente quietos, me quito el cinturón de seguridad y me acomodo sobre sus piernas.
-Me siento muy triste.- le confieso.
-¿De qué hablas?- envuelve sus brazos a mí alrededor y escondo el rostro en su cuello.
Me impregno su aroma y el corazón se me destroza al recordar las palabras de Opie. Ya vienen por él y no puedo advertirlo, porque de hacerlo, mi vida sería el precio a pagar y tengo una familia por la cual luchar. Lo sentía mucho por él. Juro que en ese momento; con nuestros cuerpos unidos y la respiración acompasada, lo sentía demasiado por él.
-No debiste volver.- susurro con la voz ronca.
Me mueve un poco para que lo mire a los ojos y lo hago. El amor que veo en ellos, termina por destrozarme. Quiero quedarme con eso y sólo con eso. El Alessandro que aún no me aborrece, ni el que va a intentar asesinarme cuando sepa toda la verdad.
-¡Señor!
Salto del susto ante el grito de Izan. Chad y Nick se ponen a la defensiva. Me quito de encima de él y Alessandro se pone de pie.
-¿Qué pasa?- pregunta
Los tres nos miran y Alessandro se tensa. Yanni y Bellag se acercan enseguida.
-Policías, señor.- habla Chat.- Estamos rodeados de ellos.
¡Está sucediento! No mañana, no dentro de una semana… ¡Ahora!
-¿No inspeccionaron el área?- pregunta con la voz llena de amargura.
-Lo hicimos, señor.- habla seguro, Nick.
Alessandro le quita una de sus armas a Yiann y le quita el seguro.
-Bueno, ya saben que hacer. Quiero llegar a casa temprano. Estoy agotado, y mi esposa igual.- me sujeta de la mano con fuerza.
Abren la puerta del avión y el viento frio se cuela hasta lo más profundo de mí ser, haciéndome temblar.
Sé que Jacob está aquí y de solo pensarlo, mi corazón palpita como enloquecido. Todos se preparan y comienzan a hablar por teléfono, avisando a los hombres que nos esperan en las camionetas que deben atacar. Alessandro espera a que los guardias se acerquen a la puerta para hablarme.-Esto es lo que soy, pero no es lo que seré toda mi vida. Así que sí decides quedarte aquí, lo entenderé. Pero no tienes idea de lo mucho que deseo que sujetes mi mano con la misma fuerza que yo lo hago y corras a mí lado. Pero sí no es así, lo aceptaré y te dejaré ír.
Bajo la mirada hasta nuestras manos y me quedo estancada al ver como mi mano está abierta, sin la más minima intención de sujetar la suya. Jamas algo se sintió tan desagradable.
Jacob.
Nos acercamos con cuidado al avión y lo rodeamos con prudencia.
-¡Alessandro Mantwayer, salga con las manos arriba!
El grito del Mayor, con el eco del megáfono, me pone más ávido. La voz de mi audicular no alcanza a advertirnos y una ola de disparos inunda el lugar de manera estridente. Me escondo detrás de una maquina de carga y el resto me imita. El fuego viene de un extremo que ya no está siendo protegido. Comienzo a hacer función de mi perfecta puntería y consigo que tres de las camionetas que nos atacaban, se estampen entre ellas. Mike advierte que el extremo de dónde provienen las camionetas está abierto y que lleva a la salida.
-¡No descuiden el avión!
¡El avión!
De manera automática, miro hacia el sitio protegido. Me acerco corriendo y me oculto detrás de otro carro de carga. Me asomo con cuidado y observo a los tres hombres que bajan corriendo, disparando directamente con ametralladoras. Enseguida, el hombre que reconozco como Alessandro Mantwayer baja del avión. Luce imponente, serio, e incluso podría decir que aburrido. Pero Betthany no está con él. Le apunto en la pierna, pero ella aparece. Alessandro no la nota y sigue caminando hacia una de las camionetas que sigue intacta. Betthany se hace pequeña en el pie de las escaleras y mira hacia todos, buscando algo, o a alguien.
-¡Hey!Mi grito se escucha sobre el inmenso ruido, podría jurar que acabo de desgarrar mis cuerdas vocales, pero no me importa. Salgo de mi escondite para que pueda verme. Sus ojos se abren con angustia y se suelta de la barda del escalon. Una sonrisa poco visible aparace en su rostro y me es imposible no sonreírle con la misma felicidad. Cuando me doy cuenta, sus ojos azules, son acompañados por unos verdes.
Alessandro empuja a uno de sus hombres que intenta detenerlo y corre hacia Betthany. Le apunto con el arma de manera inmediata. Suelto el gatillo, pero mi puntería se va al caño cuando una bala perfora mi pierna derecha, produciendo que pierda el equilibrio por unos segundos. Segundos en los que Mantwayer se lleva a Betthany hasta una de las camionetas.¡En tus sueños, maldito!
Sin dudarlo, le doy un tiro a un neumático y se rompe con un sonido cargante. Alessandro sujeta a Betthany de la cintura y le da un empujoncito para que siga corriendo hasta la siguiente camioneta. Otros cuatro compañeros me siguen al ver la situación. Tenemos que acabar con sus últimos tres guardias que están a pie para poder seguirlos. Mantwayer es mucho más rapido que Betthany, por lo que la deja atrás. Se sube a la camioneta y otros dos hombres bajan a recibirla y a atacarnos.
-¡Betthany!- grito, desesperado.
La hermosa rubia se queda inmovilizada al escucharme. Mis compañeros acaban con sus dos guardias y yo me quedo a unos metros de la camioneta... y de ella.
Betthany voltea lentamente y me mira aterrada. Sus labios susurran mi nombre mientras niega con la cabeza. La camioneta acelera y ella comienza a caminar para atrás, sin quitarme los ojos de encima. Se detiene de nuevo y Alessandro aparece por la ventana, esperándola. Grita para llamar su atención, pero ella está puesta en mí.-¡Por favor!- suplico
Niega lentamente y da un paso hacia atrás. No puedo perderla de nuevo. Cuando estoy a dos pasos, me lanzo sobre ella, haciendo que ambos caigamos al suelo. Se remueve un poco, pero sigo cubriéndola. Un sonido ensordecedor hace que mi reflejo sea envolver a Betthany con mi cuerpo, mientras una ola de calor me recorre toda la espalda como una lengua de fuego. Pasan unos momentos de desasosiego, completamente aturdidos y adoloridos.
Escucho los gritos de Mike, pero no logro entenderlo. Me muevo poco a poco, hasta dejar libre a Beth. Me siento débil, pero consigo levantarme. Betthany respira con lentitud y tiene los ojos cerrados.
-Betthany.- la llamo
Abre los ojos, totalmente asustada y le cuesta enfocarme. La ayudo a incorporarse y enseguida su mirada se vuelve diferente. Busco la razón de su atisbo y cuando la encuentro, me quedo igual de paralizado.
-¡Los bomberos!
-¡Ya es inútil!
-¡Todo está destruido!
Observo sin poder creer, la camioneta devastada por las llamas. Que lo consumen con una velocidad aterradora.
La camioneta, dónde estaba Mantwayer.
La camioneta que está reducida a nada, junto con él.
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Cruel Deseo
RomanceJacob Henderson y Alessandro Mantwayer; uno un policía obsesionado con la idea de cazar a los malos y perdidamente enamorado de la chica buena. Mantwayer, un mafioso apasionado, engendro del mal y también perdidamente enamorado de la chica mala. Bet...