Dudo un poco al ver a la chica en la cocina, pero la deprimente imagen de los chicos en el cuarto de juegos y la de Fernanda, me pesa más. Alice y Bruce pasan detrás de mí, pero sin detenerse. Supongo que todos ya salieron.
-¿Y Alessandro?- pregunto, entrando a la cocina.
Thabata salta del susto y me da una mirada de mezquina.
-Salió con Octavio a ver unos asuntos. Acaban de írse.- me contesta.
La observo detalladamente y me acerco a ella, hasta quedar a su lado. Me mira de reojo y sus manos comienzan a temblar mientras prepara chocolate caliente. Es joven, no tanto como yo, pero si más que Alessandro. Más vale que no haya sido capaz de hanerlo hecho.
-¿Qué edad tienen tus hermanos?- investigo
Sus manos dejan de moverse y sus ojos quedan clavados en mí. Puedo sentír su miedo.
-Son gemelos. ¿No es así?
Thabata traga grueso y asiente con la cabeza. La empujo suavemente con mis caderas para que se haga a un lado y yo sigo con la tarea de preparar la bebida. Le ha puesto demasiada leche para tan poquito cacao. Se nota que no está poniendo atención a lo que hace. Sí mis sospechas son ciertas, deberé contarle a Mantwayer. Aunque no estoy segura de que destino le deparara.
-Tienen 10 años.- susurra después de un rato.
Sigo sin mirarla y mi corazón se oprime al recordar que Fernanda se encuentra afuera, llorándole a una estrella.-¿Y Fernanda? ¿Cómo está la pequeña?- su preocupación es muy ilusoria.
-Está afuera.- apago el fuego.
-Menos mal ella si se salvó.- comenta aliviada.
Estaba intentando implantar el lado positivo por cualquier grieta.
-Serviré la bebida y les llevaré a las ancianas.- saca unas tazas de porcelana y las acomoda en una bandeja.
Al servir la primera bebida, la mano le tiembla tanto que tira al suelo, más de la mitad. No puedo sentirme más molesta por su actitud. Está demostrando que esconde algo y que no puede ocultarlo más. Suelta una risita, intentando ocultar su ataque de histeria.
-¿Llevas una mala relación con tus hermanos?- la cuestiono.
Thabata me liquida con la mirada y puedo ver como aprieta la segunda taza con más fuerza de la necesaria.
-Ese no es asunto tuyo.- gruñe.- No tienes derecho a preguntar sobre mí vida y mucho menos juzgarme. No es mi problema que hayan matado a la mocosa.- explota.
Me enderezo de golpe y me acerco a ella despacio. Viendo como su mirada se llena de pánico al darse cuenta de lo que ha dicho.
-Yo... Frida...ella, yo no...- tartamudea
-¿Tú pusiste la serpiente en su habitación?- las manos comienzan a sudarme.
Sus ojos se abren atemorizados y se llenan de lágrimas.
-Yo solo pretendía asustarlas, pero todo se salió de control.- gimotea.- Yo no quería...
-¿¡Cómo pudiste hacer algo así!?- le grito molesta.- ¡¡Son niñas!!
-Detente por favor, no le digas a nadie. El señor Alessandro me asesinará.- me implora.
Suelta la bandeja y junta sus manos ante mí.
-Debiste pensarlo antes.- siseoDoy media vuelta, no quiero verla en mi vida. Supongo que sentiré lastima por lo que le pasará, pero Jacob siempre dijo que los peores crímenes eran los que se los hacían a los niños. Y en este momento si lo siento así. Antes de llegar a la puerta, siento su peso encima mio, haciendo que caigamos al piso. Un ardor espantoso se extiende por mi brazo derecho. Intento gritar, pero por la falta de aire se me hace imposible.
-Te lo pedí...- susurra en mi oído.
Con toda la fuerza que me es posible, me remuevo haciendo que se derrumbe de espaldas. Con excesiva rapidez me subo arriba de ella y comenzamos a forcejear. Lleva un cuchillo en la mano y me asusto al ver la sangre.
-¡Estás loca! - la golpeo en el rostro.
Consigo que suelte el cuchillo, pero sus ganas de pelear aumentan. Siento la sangre resbalar por mi brazo, pero no la suelto. La sujeto del cuello y hago presión, como me enseñó Jacob para que desfallezca. Sé que estaría orgulloso. Recibo otros golpes en el rostro, que llegan a doler mucho. Pero la adrenalina puede más.
-¡Mia!
Siento unos brazos alrededor de mi cintura y otro par de brazos me quitan a Thabata. Respiro con dificultad y la cabeza me da vueltas. Pero estoy segura de algo… ella ya no va a lastimar a nadie más.
Jacob.-Melanie y Alessandro son hermanos. Ella tiene 23 años de edad.
-La diferencia con Mantwayer es de apenas seis años unos años.- aporta Toni.
-Ambos nacieron en Londres, pero crecieron en España. Melanie se dio a conocer cuando tenía sólo 18 años. En ese entonces, suponemos, Alessandro ya estaba a cargo del negocio familiar. No tenemos la dirección exacta de la casa donde vivieron, pero sí sabemos la ubicación de sus otras propiedades. Sean, ¿Qué más tienes?
Escucho atentamente las palabras de Hall. Ya me aprendí todo eso de memoria, es como sí estuvieran atrapados en un bucle de información intrascendente. Extraño la época de trabajar por mi cuenta. Pero ahora, lo que necesito es apoyarme en ellos para encontrarla. O no me dejaran moverme solo.
-Es sencillo cazar a Bateman, deja más huellas. La probabilidad de que cometa un error va en aumento, en cambio su hermano es perspicaz y nos verá llegar. Es más probable que sí la seguimos, nos lleve a Mantwayer.- Paul deja caer la carpeta sobre la mesa después de dar su idea.-Sí no buscamos a Melanie Bateman antes, fue poque era entusiasta de tendernos trampas. ¿Y cómo lo conseguía? Por personas como tú, que la subestiman. No podemos darnos ese lujo a estas alturas.- Sean dio una calada a su cigarrillo.
-Bateman es una psicópata, pero al menos ahora lo sabemos y podremos tomar precauciones.- Toni apoya a Paul.
-No seguiré a una psicópata.- se burla
-Sí no querías hacerlo, debiste haberte vuelto profesor de preparatoria.- le suelto a Sean, fastidiado.
Nos miramos con disgusto, sintiendo la tensión en aumento.
-¿No tienen una idea de dónde podrían estár?- pregunta Hall, interrumpiendo la pequeña amonestación.
-Quizás Dubai. Mantwayer tiene tres propiedades ahí.- comenta Paul.
-En España, es obvio.- la seguridad de Gissel nos toma por sorpresa.
Se levanta de su silla para llamar bien niestra atención y parecer profesional. Es una chica realmente inteligente, y en lo personal, siento que es mejor que cualquiera de la habitación. Solo por el hecho de estár siempre callando las bocas que la minimizan, se ha ganado mi completa confianza y respeto.
-¿Por qué se escondería en el primer lugar que lo buscaríamos?- le pregunta Parcht.
-Puesto que él sabe que pensarían de ésta manera.- contesta seria.- Siempre han dicho que sí quieres saber del criminal, pienses cómo el criminal. Es muy sencillo.-Es algo estúpido, y una gran perdida de tiempo.- comenta Toni.
-Claro que no.- se defiende.
-¡Basta!- los interrumpe Hall.- Primero marcharemos a Dubai, y después a España.- sentencia.
-¿Y por qué no manda a un pelotón a Dubai y otro a España?- propone Sean.
-Necesitaré a los mejores en un solo pelotón. Ya he dicho.- suelta antes de salir de la oficina.
Gissel aprieta los labios con fuerza y sale detrás del Mayor. Sé que no va a conseguir nada, pero es tan obstinada que no va a aceptar un no por respuesta. Al resto no le interesa tanto como a nosotros, tal vez por eso conecto más con Gissel. Y tengo la misma idea que ella. España es la respuesta.
El Mayor se está equivocando.
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Cruel Deseo
RomanceJacob Henderson y Alessandro Mantwayer; uno un policía obsesionado con la idea de cazar a los malos y perdidamente enamorado de la chica buena. Mantwayer, un mafioso apasionado, engendro del mal y también perdidamente enamorado de la chica mala. Bet...