🌷Capítulo 17

8.7K 718 28
                                    

Jacob.

-¡Jacob!

Sonrío al ver a Greg correr a mí, a todo lo que sus pequeñas piernas son capaces de hacerlo. Me agacho y abro los brazos para abrazarlo.

-¡Creí que hoy no vendrías!- hace un puchero divertido.- Anoche que veniste a verme, fue increíble. Mis padres jamás me hubieran dejado ver esas películas.

-Una promesa es una promesa.- le doy la bolsa del helado.

-¡Oh!- chilla contento.- Eres asombroso.

-No es nada. Ahora siéntate en el sofá y yo iré a buscar a tus padres.- le ordeno, acariciándole el cabello.

Lo veo sentarse, como le he dicho y me sonríe mientras abre la bolsa. Camino hasta la habitación "145", dónde se encuentra la señora White. Después de discutir una vez más con Toni, decidí marcharme. Terminé yendo con Greg para apaciguar mi sentimiento de culpa y acabé encariñándome con él.

-Jacob, ¿cierto?- me mira afable.- Greg no ha parado de hablar sobre ti. Es un gusto conocerte, aunque no logro comprender qué hacias en mí casa anoche. ¿Trabajas con mí Beth, no es así?

-Si. Bueno, ayer noté que Greg se quedó muy alterado porque Betthany tuvo que írse y no fui capaz de dejarlo pasar. Espero no le moleste. No fue con malas intenciones. Betthany y yo somos… algo unidos.

Sus ojos brillan con cierta emoción.

-¿Algo unidos cómo novios? Digo. Sí fuera así, no tendría problemas.

La idea me hace sentír muy bien, pero decido pasar el comentario por alto, enfocando mi atención en el temblor de mis manos. Mi celular suena, interrumpiéndonos.

-Disculpe.- salgo de la habitación.

Contesto la llamada y enseguida me pongo nervioso.

-Jacob, ven ahora mismo.- me ordena Toni.- Es White. Está en problemas.




 
 
Betthany.

-¡Me mentiste!- Gruñe Alessandro, mientras se acerca peligrosamente a Melanie.

Me recargo sobre el auto y oculto mi pierna herida de su vista.

-¡Lo siento!- grita ella, retrocediendo.

-¡No me vengas con tus mierdas Melanie! ¡Te lo advertí!- golpea la ventana de su auto, haciendo que ésta se reviente.

Cierro los ojos atemorizada y me alejo unos pasos de ellos. Sólo vuelvo a echarles un vistazo para asegurarme de que no me estén mirando. Respiro un par de veces y comienzo a tocar mi herida, intentando sacar el rastreador. ¡Maldita suerte! Muerdo la manga de mi bata cuando la zona me espolea lastimosamente. Suelto un par de lágrimas hasta que consigo sujetarlo entre mis dedos y sacarlo. Jadeo cuando me siento más relajada.

-Yo te pedí ayuda para hacer mis negocios y te negaste. Tenía que buscar una forma.- se defiende Melanie.

-¿¡Y tenías que ír con ralph!?- la mira como sí fuera estúpida.

Entro al auto y me limpio el muslo con la blusa.

-Te pedí ayuda Alessandro, y lo hice por qué sé qué tu eres el mejor y yo quería seguir tus pasos. Me equivoqué y lo siento.

Alessandro da vueltas en su lugar, como sí se esforzara por pensar en qué hacer. Busco mi celular y llamo a Jacob.

-¿Cuánto le robaste?- le pregunta.

Melanie vuelve a cerrar los ojos y aprieta los labios para esconder el temblor en ellos. Uno, dos tonos.

-¿Cuánto le robaste a Ralph? Melanie... no me hagas repetirlo.

- Más de cien millones.- susurra.

La respiración de Alessandro se vuelve más pesada aún y apreta los puños con fuerza. De pronto su mirada se clava en mí, haciendo que me haga pequeña en mi lugar. Suelto el celular detrás de mí, para que no se de cuenta que lo estaba utilizando.

-Sube al auto.- me ordena.

Tomo mis cosas pero él me pide que las deje. Asiento sin discutír y maldigo interiormente. Uno de sus guardias me abre la puerta y entro con cuidado. Alessandro se acerca a Melanie y le dice algo que ya no soy capaz de escuchar. Ella afirma y se sube a otro de los autos. Dos hombres sacan del maletero una garrafa de combustible y lo lanzan sobre el Ferrari que condució Melanie. Alessandro le arroja un fósforo antes de dar media vuelta y subirse a mi lado.

Nadie dice nada.
No lo miro.

No hablo.

-Respira.- masculla, sin mirarme.

Y eso es justamente lo que hago.

Cruel DeseoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora