Capítulo: 2

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Yuta se encontraba en una cafetería estilo parisino, en pleno centro de Shanghái jamás imaginó encontrar un lugar así quizás porque creyó que las tradiciones tan fuertes de este país le impedirían encontrar un sitio tan bohemio tan perfecto para tener la paz que necesitaba para repasar sus partituras, bebió un poco de su café mientras a través del vidrio observaba a las personas que iban y venían pensando que cuando tenga un rato libre debía tomarse el tiempo de conocer tan maravilloso lugar y también poder sumergirse en su cultura. También recordó el encuentro que tuvo con ese pianista que lo había cautivado pensando que si no fuera por su comportamiento tan grosero quizás hubiese podido entablar una conversación.


—Yo lo siento... no pude evitar el quedarme a escuchar tan magnífica interpretación.

Sicheng no dijo nada solo agarro sus cosas y se fue de ahí, dejando a Yuta sin entender porque no le había dicho nada, absolutamente nada.


Al recordarlo pensó que ese chico por más buen pianista que sea, seguramente no sería el único y bien podría hacer amistades a medida que siga yendo, también lo que más quería era mejorar en el idioma, aunque estaba contento, uno de sus profesores era japonés por lo tanto no tenía porque preocuparse en una de sus clases, pero con sus demás profesores chinos si debía esforzarse más para entender.


Sicheng llego a casa luego de su jornada, su madre preparaba la cena y su padre leía un libro.
    Luego de una buena ducha su madre lo llamó para que vaya a cenar.
Estaban disfrutando de la comida en silencio hasta que su madre pregunta cómo ha ido el día de Sicheng

—Fue extraño—Dijo el chico para luego meter otro bocado de la deliciosa cena.

—Y eso ¿Por qué?— Preguntó su madre.

—Un chico que no conozco me estaba mirando mientras tocaba Greensleeves, él me dijo que le había gustado mucho mi interpretación, yo no supe qué decir, y me fui.

—Bueno, eso no es nada malo hijo, debiste darle las gracias, tienes que hacer eso porque sino pensará que eres grosero.

—Sicheng, un amigo sería bueno para ti pero siempre se atento y no confíes demasiado en todas las personas— Le aconsejó su padre.

El menor sabía que había sido grosero pero no podía evitarlo muchas veces se daba cuenta que ciertas actitudes que tenía serían tomadas para mal, por eso siempre lo hablaba con sus padres "¿Hice bien en decir esto?" "Esta mal si hago esto?"
Debía ser cauto por eso supo que si ese joven era estudiante de la universidad debía encontrarlo para darles las debidas disculpas por su comportamiento grosero.
   Es que para Sicheng las cosas siempre debían seguir un orden estructural y cuando ese chico apareció ahí lo desestructuró impidiendo que sepa que decir.

Gracias, estar agradecido por una acción que haya hecho el otro por ti.
Disculpas, se usa para cuando uno comete un error.
    Así se lo había estudiado Sicheng porque muchas veces olvidaba la importancia de esas palabras y cuando debía usarlas, eso lo frustraba, por eso como no supo utilizar "gracias" quería por lo menos poder utilizar bien "disculpas."

Yuta se encontraba sentado en el campus de la universidad, había llegado temprano, así que sacó su libro de mandarín, se había propuesto leerlo siempre que tuviera tiempo.
Dejo de leer porque sintió como la sombra apareció de repente haciéndole levantar la vista para encontrarse con el niño pianista.

—Vengo a pedir disculpas por mi grosero comportamiento, tratare de que no se vuelva a repetir.

Yuta lo miro extrañado, no entendía porque, hasta que se acordó de cuando él chico se fue sin decir una palabra.

—Oh, bueno disculpas aceptadas y yo me disculpo también si te molesto que te viera tocar el piano, después de como te fuiste lo único que pude pensar es que te mordieron la lengua los ratones.

—¿QUÉ? POR DIOS NUNCA ME PASO ESO Y ESPERO QUE NUNCA ME SUCEDA— Sicheng puso cara de asco y miedo, Yuta se rió por tanta ingenuidad evidentemente no se dio cuenta que lo que dijo fue sarcasmo.

—Por cierto ¿Cuál es tu nombre?

—Me llamo Dong Sicheng y tú.

—Nakamoto Yuta.

—Que nombre tan extraño.

—Quizás sea porque soy japones y no es un nombre que hayas escuchado aquí— Dijo sonriente Yuta.

—Bueno algo me decía, tu mandarín es pésimo.

—Gracias por tu sinceridad jajaja.

—De nada.

—Jajaja tengo que irme Sicheng, pero me encantaría poder seguir hablando contigo otro día, así dejó de ser pésimo hablando mandarín.

—Sí, seguro, serías mi tercer amigo, mi primer amigo es el piano de mi casa, el segundo el de la universidad y tú vienes tercero.

—¿Por qué tengo que ser el tercero? ¿Estas poniendo a dos pianos por delante mio?

—Si.

—Jajaja que divertido eres Sicheng, veras que puedo ser mejor que tus dos amigos pianos, nos vemos.

—Chau y gracias— Esta vez estaba casi seguro que había utilizado bien el gracias porque estaba agradecido con ese chico que no le dijo nada como ¿Eres retrasado o qué? Otras personas con quienes habló en la universidad siempre le terminaban preguntando eso o simplemente haciendo caras que le daban a entender que él era un bicho raro por su forma de expresarse.
    También estaba contento por haberse podido disculpar bien, Sicheng ahora tenía un amigo y no quería arruinar las cosas.

—Bien Nakamoto, solo necesito que el comienzo sea más ligado y que la mano izquierda marque mas el golpe, eso es todo.

—Esta bien profesor Hatoyama.

—¿Y cómo le está yendo en la universidad?

—Muy bien, y conocí a un chico llamado Sicheng es un excelente pianista y hablar con alguien de aquí me ayudara a mejorar en el idioma.

—Oh ese Sicheng es un excéntrico, solo vive para la música.

Yuta tenía que ir a su última clase del día, Teoría musical.
    Vio a Sicheng y se sentó junto a él, el chico ni siquiera sintió su presencia, estaba concentradísimo escribiendo en su cuaderno hasta que Yuta lo saludo así fue que recién se dio cuenta de su presencia.

—Hola, ¿Qué estás escribiendo?

—Una canción que se me acaba de ocurrir.

—Yo no suelo escribir mis canciones, no soy bueno, prefiero ser intérprete.

—A mi me cansa un poco sabes, pienso que no puedo tener la libertad de hacer lo que quiero porque debo de pensar que a Liszt no le va a gustar que yo haga Forte donde es pianissimo-

Yuta escuchaba cada palabra y lo miraba fascinado no solo era hermoso también era un chico de espíritu libre, nunca se había sentido así tan maravillado con una persona, pero sabía que más allá de su belleza su forma de hablar tan particular, estaba su encantadora forma de tocar el piano, quería saber más de Sicheng.
     

—Sicheng un día deberías ser mi guía hay muchos lugares de Shanghái que quisiera conocer- Habló entusiasmado Yuta.

—Yo tampoco conozco nada, tampoco podría acompañarte— Se sentía mal en cualquier momento si seguían hablando él tendría que dar explicaciones. —Tengo que irme es tarde— Dijo Sicheng yéndose rápidamente.

El chico japonés no era como sus amigos pianos, a ellos no les tenía que dar explicaciones no tenía que contarles sobre su Asperger, quizás algún día lo haga pero quería que el mayor tiempo posible ser alguien normal sin problemas, no quería ser juzgado.

No More Fears (YuWin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora