Entonces fue ahí cuando se dio cuenta de la locura que había cometido, Cuando vio la botella de vino que sostenía Ten, el estaba parado derramando una lágrima tras otra.
John Seo volvió a sus sentidos cuando se dio cuenta que había tenido sexo con Mark y Ten lo había visto todo ¿Acaso qué es lo que le iba a decir? Cuando no había ni una excusa, lo único que vio fue al tailandés irse corriendo.
—Mierda Mark, la cague.La noche fría de Shanghái, la caminata sin rumbo y sus lágrimas eran todo lo que acompañaba a Ten en ese momento, había comprado un costoso vino de esos que le gustan a Johnny. Aun no sabia si este había ganado o no pero de todas formas quería que pasen una buena noche juntos, pero todo se había ido a la mierda cuando vio a su novio con otra persona teniendo sexo en la cama que ambos compartían juntos, no pudo evitar sentir repulsión, rabia, tristeza, todos los sentimientos juntos.
Se fue a la primer cafetería que encontró eran las 00:30 si algo amaba de Seúl era la actividad comercial que nunca cesaba. Se sumergió dentro de la cafetería ubicándose en una mesa en el fondo.—Hola, le dejo la carta— Dijo el mozo.
Ten levantó la vista para agarrar la carta pero obviamente sus ojos rojos con rastros de lágrimas se hicieron notar, el mozo no pudo evitar preguntarle
—Se encuentra bien.
—Si, estoy viendo es solo que estoy muy estresado por el estudio— ¿Qué excusa era esa pensó, pero no había de qué preocuparse simplemente era un extraño.
El joven mozo se retiró para atender a otros clientes.
Simplemente no dijo nada entonces Ten se dio cuenta que si a Johnny no le interesaba el menos lo haría un extraño. Luego de mirar un rato el menú pidió un café, mientras esperaba se puso a pensar en que hacía tiempo que no sabía nada de su familia en Tailandia, quizás porque cuando dejó su país natal supo que no había nada que extrañar porque la única persona que necesitaba estaba en Corea donde comenzaría su nueva vida. Pero de todas formas le daba curiosidad saber acerca de su familia a pesar de que le dieron la espalda con respecto a sus sueños y amores de vez en cuando hablaba con Tern, su hermana. Pero hacía tiempo que no sabía nada de ella. Su café había llegado, soplo, tomo un poco y suspiro.—Creo que esta noche vagaré mucho por Shanghái.
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—Gracias por acompañarme Jaehyun.
—No es nada, espero que estés más tranquilo ahora hyung.
—De hecho si hoyuelitos— Dijo volviendo a presionar un dedo sobre los hoyuelos de Jaehyun.
—B-bien será mejor que me vaya tengo cosas que hacer— Dijo de forma rápida dando una reverencia para irse caminando rápido.
—Mi pequeño acosador es adorable, algún día le diré que lo se— Pensó Doyoung.
Cuando llegó a su casa se tiró en su cama hundiendo su rostro rojo por la situación, era la segunda vez que sucedía pero el hecho de que lo llamara de esa manera lo hizo sonrojarse más de lo normal, solo le quedaba huir de ahí para no hacerlo más evidente, pero el sabia que no podía disimular porque simplemente estar cerca de Doyoung le hacía volverse un completo tonto.
Tomó su violín cuando sintió la inspiración venir, una dulce y alegre melodía.
El estudio de la universidad lo había alejado de esos momentos de creatividad que antes solía tener. Pero ahora la inspiración volvió y sonrió al crear esa linda melodía que no tardó en plasmarla en un papel para no olvidarla.
"Para mi hyung"—Esto es muy cursy Doyoung jamás escucharía mi melodía, tengo que dejar de soñar.
Tacho rápidamente el título, le daba vergüenza pero en el fondo lo que más anhelaba era crear melodías para él, porque esa musa inspiradora que necesitaba para hacer música la encontraba cuando observaba a Doyoung, su hyung, príncipe conejo.
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—Eres el mejor pianista, nunca dudes eso, estoy enamorado de tu forma de tocar el piano.
Las lágrimas de Sicheng ya habían cesado un poco. ¿Será que la sonrisa de Yuta era sanadora? Este lo abrazo nuevamente, cuando deshizo el abrazo lentamente se quedó cerca de su rostro observandolo, Yuta se acercaba, Sicheng solo lo miraba estático, entonces el mayor se alejó rápidamente porque sabía que no debía a adelantarse a cosas que no debían suceder, aunque era lo que más quisiera no podía confundir a Sicheng.
Mañana seria otro día y sabía que el menor llega deslumbrante quizás con sus habladurías sincericidas, era lo que más quería, se encargaría de no dejar que Young Ho lo moleste, no más.
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Al día siguiente Yuta y Sicheng hablaron con Doyoung de lo sucedido el día anterior, el menor se disculpó.
Pero Doyoung ya no estaba enojado, lo estaba pero ahora su ira iba hacia Young Ho, el arrogante de la universidad como él lo llamaba.—¿Y Jaehyun?— Pregunto Yuta.
—No lo he visto, la verdad. Quizás lo encuentre en los pasillos— Dijo Doyoung
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Aprovechó que estaba solo para tocar la melodía que había creado ayer, todo su amor reflejado en esas notas. Tenía tantas ganas de gritar sus sentimientos pero mientras tanto esta musicalidad era todo lo que necesitaba para estar tranquilo, era inevitable estar un día sin pensar en el, en Doyoung, nunca imaginó que terminaría siendo su musa.
Esa melodía que provenía de uno de los salones le llamó la atención, se acercó y se sorprendió al ver que el dueño de tan bella armonía era Jaehyun.
El menor vio a Doyoung y automáticamente paró de tocar mostrando un sonrojado y asustado rostro.
—Hyung... No te vi llegar.
—No quería interrumpirte, te veías apasionado.
—¿Apasionado?
—Esa melodía es muy buena,¿ tú la creaste?
—No, quiero decir si... Si la cree— Dijo Jaehyun con mucho nerviosismo.
—Es muy hermosa.
—Hyung... Lo siento tengo que irme a clase se me hace tarde.
—Pero ¿Cómo se llama la melodía?
— No lo se— Dijo rojo como un tomate para luego irse corriendo del lugar.
A veces Doyoung se preguntaba ¿Por qué su dongsaeng emanaba tanta ternura?
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No More Fears (YuWin)
FanfictionEn una universidad de artes de Shanghái hay muchas historias que contar, entre ellas la de Sicheng, un prodigioso pianista que padece de Síndrome de Asperger, él luego conocerá a Yuta un chico japonés que llegó a China para continuar sus estudios en...