Fui a mi habitación. Di vueltas en el pequeño espacio que había entre la cama y el armario, observando mis manos temblar. Había sostenido un cuchillo y una pistola con la intención de matar a esa pobre niña. Pero no iba a hacerlo de verdad. No. Yo no era una asesina. Pero Eric me lo había pedido y debía obedecer. Sí. Aunque él no pidió que la matara.
Akami apareció un momento después, detrás de la puerta:
—¿Estás bien?
—No soy una asesina, ¿verdad?
—Vamos... —Entró, sosteniendo una risa nerviosa— para eso estaban los testigos, y en caso de que no pudieran detenerte, Eric lo hubiese evitado de todas formas. —Caminó hacia mí, algo coja, y me abrazó—. Tranquila, Nina. Estuviste estupenda.
—Yo jamás había intentado matar a nadie.
—De eso se trataba la prueba. Nadie intenta matar a nadie hasta que se ve en una situación de peligro o, le dan órdenes como lo hizo Dios con Abraham. ¿Sabes esa historia? Dios le dijo que matara a su hijo para demostrarle fidelidad o... algo así fue. No suelo leer la biblia.
—Pensé que estarías molesta conmigo por haberte tocado. —Me senté en la orilla de la cama.
—Claro que no. Demostraste que eres merecedora de estar con nosotros. Si Eric te pidió hacerme daño entonces tenías que hacerlo. Tú me demostraste que eres capaz de matar a quien sea por cumplir tus objetivos. También que eres capaz de quitarte la vida como modo de amenaza.
La observé con preocupación.
—Akami, si no me hubiesen quitado el arma, ahora mismo no estuviera hablando contigo.
—Tú no te ibas a matar, solo querías aparentar valor. Y eso me gusta. Me alegra que mi compañera de cuarto tenga los ovarios bien puestos —dijo, refiriéndose al comentario que había hecho Eric durante la prueba.
—¿Estará molesto conmigo?
—¿De qué hablas? Eric está sumamente orgulloso de ti. Tuvo esa reacción porque quedó impresionado con lo que hiciste. Parecías una matona de alto rango.
—¿Nadie me odia entonces? —insistí.
Negó con la cabeza.
—Mira, yo conocí a una chica que presentó la prueba de resistencia física a los doce años. Le dijeron lo mismo que a ti, que golpeara a otra muchacha para aprobar. Ella obedeció, pero era tan débil que no logró hacerle ni un rasguño; exigen que al menos el rival quede inmóvil. Luego su guía le dijo que no era apta para prestar servicio. Siempre dicen eso como medida de presión. Realmente tienes dos oportunidades más. Como la muchacha deseaba quedarse, agarró un cuchillo y mató a su oponente de prueba. Le cortó la carótida.
Mantuve los ojos muy abiertos, horrorizada.
—Ella vio a su contrincante desangrarse y fue corriendo hacia la salida porque pensó que llamarían a las autoridades o que la meterían en la cárcel, cosa que aquí no existe. Mei prefiere resolver todo dialogando y dando segundas oportunidades, ya sabes. Al igual que tú, la muchacha también había llegado por la puerta lateral; no sabía que no podía transitar ese espacio. Entonces pasó algo terrible. Megan se enfrentó a ella y estuvo a punto de quitarle el brazo con su látigo. A la chica le quedó la marca para siempre. Megan roba los talentos innatos de todos los chicos que pasan por su territorio, no sé si ya lo sabías. No sucedió contigo ni con la chica de la historia porque ambos guías llegaron a tiempo.
—Dios mío. ¿Qué sucedió con la muchacha que ella mató durante la prueba?
—Bueno, está en un ataúd bajo tierra. Se llamaba Verónica. Hay una regla con respecto a los chicos que se ofrecen para la prueba de resistencia física que explica con claridad que en caso de morir, el atacante no se verá envuelto en ningún problema, ya que, como dije, son voluntarios.
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A flor de piel [1]
FantasyTras escapar de su casa, Nina Cole halla en el bosque un portal mágico que la trasportará a un castillo donde cientos de jóvenes llamados Hayashers se adiestran en combate con el propósito de estar capacitados para los posibles ataques por parte del...