Pretty [Pennywise/Bill Skarsgård] [Español]

XXXIII

Subí a la camioneta con el temor de que aquel payaso apareciera.

-Un segundo, ¿por qué le tenemos miedo? Es sólo un tipo disfrasado-comenté.

Henry me miró a los ojos sin expresión, ya no parecía aquel brabucon bruto y estúpido, sino un niño asustado y preocupado.

-June, lo que es seguro es que ESO no es una persona-aclaró.

Sentí un escalofrio recorrer mi espalda. Ésto no podía ser verdad. Henry encendió el automovil.

-Bowers, olvidaste abrir la puerta.

Henry me sonrió de forma traviesa y contestó con un "clato que no". Arrancó a toda velocidad.

-¡Espera, no!

Antes de que terminara de gritar las puertas de madera ya habían caído bajo las ruedas de la camioneta roja. Pero la cosa no paró allí, mientras Henry pisaba cada vez más fuerte el acelerador, mi vista estaba clavada en el payaso de traje platinado frente a nosotros, quién nos miraba con sus inmensos ojos azules y un globo rojo en su mano izquierda.
Mi cabello se batia al ritmo en que la camioneta iba. Pero quedó casi totalmente sobre mi rostro al atropeyar al terrorifico payaso.

-¡Henry!

-¡Listo!-gritó entuciasmado-¡Ya no molestara más en Derry!

Él parecía feliz. Mi corazón iba a cien y no sabía qué hacer, ahora no recordaba cómo hablar español.

-¡No sabemos quién es, podemos ir presos!-exclamé.

-Claro que no, ESO no es humano-explicó.

Él continuaba manejando, reconocí que estabamos serca de Neil Street, casi llegando a las vías del tren.

-¡No lo sabemos!-estaba totalmente aterrada.-No puedo ir a la carcel, debo cuidar de Bill.

-Tranquila, ya está muerto además no iremos a la carcel porque aquel payaso no es una persona...

-En eso tienes razón-escuchamos detrás de nosotros.

Los ojos azules de Henry chocaron con los mios en forma de sorpresa. Miramos lentamente hacia atrás para encontrarnos con el payaso que acababamos de atropeyar.
Él me miró con una sonrisa y sus ojos azules clavados en los mios.

-Soy Pennywise, un gusto, Junie.

Su voz era extraña, parecía tener una tonalidad que no existía, era tenebrosa y neutra hasta el punto de darte escalofrios.
Mis pulmones se llenaron de aire.

-¡AHHH! ¡HENRY FRENA EL AUTO, FRENA EL AUTO!-grité.

Él al instante lo hizo, parecía shockeado por la situación, dos segundos antes de que parara yo ya estaba en el suelo, corriendo hacia una casa que estaba frente nuestro. Creo que Henry venía detrás de mi. Noté que la casa estaba abandonada, no parecía en tan mal estado, al abrir la puerta ésta no estaba con seguro.
El sol daba perfectamente en la sala del lugar, entonces me di cuenta, al darme la vuelta vi que Henry estaba a punto de atrancar la puerta.

-¡Alto, no lo hagas!-exclamé.

Él ya lo había hecho. Ya era tarde, muy tarde. Neal Street. Vías de tren. Casa abandonada. Estabamos encerrados en el hogar de la criatura.
Sse escuchó un crujido en el pido de arriba, luego risas y unos pasos apresurados como los de un niño jugando a las escondidas.
Henry cruzó miradas conmigo. Ya no tenía sentido salir por la puerta de adelante, debiamos encontrar otra manera...

-¡Me encantan los niños de su clase!-se escuchó en la habitación-Siempre suelen ser más divertidos de asesinar, ya que no creen en que sus propios miedos existan-esa voz, era horrible, se mezclaba con la del típico locutor de rádio y las voces agudas y tiernas de niños.-Pero, por ti Junie, haré una excepción...-de un momento a otro todo se volvió oscuro, y al volver la luz, ya no estaba en aquella habitación.

Frenté a mí estaba el payaso con una sonrisa, Henry estaba a su lado atado a una silla.

-Juguemos un juego June, si tu ganas-me señaló-Saldrás de aquí con vida al igual que Henry-sonrió- Pero si pierdes...-miró a Bowers.

Pennywise chasqueó los dedos, de un momento a otro las paredes negras del cuarto me mostraron a mi en un rincón, el piso estaba completamente lleno de sangre, el payaso ya no estaba y el cuerpo de Henry estaba igual al de George en la foto.