Capítulo 9

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Eran sobre las siete de la tarde cuando estábamos en casa de Margaret.

El partido aun le quedaba una hora y media para empezar pero ella me dijo que viniera antes.

Margaret estaba tumbada en el sofá y Pablo encima mientras que yo estaba sentada en el sofá de en frente mirando la tele.

Ellos dos se estaban besando y yo aquí.. viendo la vida de pasar.

Me dijo que no estaría tan apegada con Pablo pero se ha visto que no.

Decidí levantarme para ir a la cocina pero oí que me llamo.

—¿Qué?—Me giraba al lado de la puerta de su casa, y me paraba.—

—En la cocina hay palomitas salidas y dulces, prepárate las que quiera.—Decia Margaret en voz alta para escucharla.—

—De acuerdo.—Susurré resoplando e iba otra vez a la cocina.—

Buscaba esas palomitas qué Margaret me dijo pero no las encontraba.

Estuve como unos diez minutos hasta que por intuición.

Me dio por mirar encima de la nevera.

Fruncia el ceño.

Cogí una silla poniéndola frente a la nevera, me subía a la silla y vi varios paquetes.

Los cogía de repente bajándome de la silla y suspiré.

Menudo lugar para dejar las palomitas.

Cuando cogí otra vez la silla para colocarla en su sitio.

Decidí hacer los dos tipos de palomitas.

Solo tendría que meterlo en la microondas y ya.

Me quedaba esperando un par de minutos pero de repente oí la puerta de casa abrirse y me giraba.

Entraba repentinamente Sam cerrando la puerta de la casa y aviso que ya había llegado.

Él aún no me había visto.

Me quedé mirandole por unos segundos y decidí salir de la cocina.

Sam giraba su mirada a mi y sonrió por inercia.

—Hola Lily.—

—Hola.—

—¿Dónde está mi prima?—

—En el salón.—

—No, no está.—

—¿No?—

Frunci el ceño extrañada y mire hacia al salón.

No, no estaba.

—Iré arriba para decirle una cosa.—

De repente le cogí del brazo deteniéndolo y puse una cara de alarmada.

—Yo que tú no subiría.—

—¿Por qué?—Me pregunto mirándome sin entenderme.—

Escuchemos unos pasos bajando las escaleras y ambos miramos hacia arriba.

Era Margaret colocándose bien la camiseta y bajaba las escaleras sonriente mirándonos.

—Que pronto has vuelto de tu turno Sam.—Decía Margaret con amabilidad.—

—Si.—Sam le respondió un tanto seco y aclaro su garganta.—

De repente salía Pablo detrás de Margaret y saludo con la mano.

—Hola.—Sam le saludaba sin más.—

—Lily, ¿Preparaste las palomitas?—Preguntó Margaret.—

No me presionesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora