Había pasado una hora desde que Sam estaba conduciendo.
No quise decir ninguna palabra más después de todo pero quería saber a dónde íbamos a ir.
—Sam, ¿A dónde vamos a ir?—
—Vamos a Texas.—
—¿Texas?—
—Es donde me crié, iremos a un pueblo de Texas.—
Me quedé extrañada por ello y a la vez chocante.
—¿Vamos a tu hogar?—
Asintió, chasqueando la lengua.
Me hizo ilusión, pues, conocería el hogar de Sam, donde paso su infancia.
Sonreí un poco mirándole y Sam seguía mirando al frente.
—Imagino que estaremos bastante horas de camino ¿no?—
—Ocho horas, a si que, el primer motel que encuentre, nos paramos y nos instalamos solo por una noche, al día siguiente nos vamos.—
Asentí con ganas.
—De acuerdo.—
Miré al frente por segundos y sentía como mi pelo rubio se movía por el aire que entraba en la ventana.
Era bastante agradable pues ya estaba entrando el calor.
Lo que me quedé por pensar, era es que si quería intentarlo conmigo, y me dijo que le costaba expresar sus sentimientos..
¿Cuál era el motivo?
¿Tuvo otra novia que realmente le hirió?
No parece ser eso pues Sam no es el tipo de persona de sufrir por amor.
¿Qué sería?
Aclaraba mi garganta pero esta vez no le miraría.
Quería actuar como si sacará otro tema conversación y miraba al frente.
—Oye, Sam.—
—Dime.—
—¿Alguna vez has sufrido por amor?—
—¿A qué viene esa pregunta?—Preguntó sin entender la pregunta, riéndose leve.—
—Es decir, sé qué tu última relación la dejaste tú y no sientes nada por ella, o eso imagino, pero quiero referirme que.. cómo eres tan frío, imagino qué.. algo tuvo que sucederte ¿no?—
—No, no siento nada por ella y no, no he sufrido nunca por amor.—
—¿Y por que eres de esa manera?—
—Tengo mis razones.—
Sam parecía mirar por la ventanilla evitando mirarme y le note nervioso.
El defecto o virtud de Sam es que era muy expresivo.
Se podía notar con rapidez, que estaba bien o mal y ahora estaba mal.
—Si, cierto, a mi no me incumbe..—Dije susurrando, mirándole por segundos y quitaba la mirada, sintiéndome fastidiada.—
—No, no es que no te incumba, es que no sé por dónde empezar.—
Le escuche sin tomarle importancia.
No dije nada mirando por la ventana viendo solo carretera y carretera.
Pero no duró mucho el silencio.
—Tengo una hermana.—Decía repentinamente.—
Me tomo por sorpresa lo que dijo y le miraba.
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No me presiones
RomanceLily es una chica de 18 años que tiene una vida normal. Sam es un chico de 25 años que no tiene una vida normal. Los dos no tienen una vida en común que digamos. Pero les unirá un fin de semana. Sam tendrá que cuidar de Lily durante un fin de semana...