Capítulo 33

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Lily

Después de almorzar juntos, nos fuimos otra vez al motel y el recepcionista paro a Sam para hablar con él.

A mi me dolía la barriga a si que decidí subir antes a la habitación.

Cuando llegue me tumbé en la cama, tocándome la barriga en círculos y cerraba mis ojos.

Me daba una cabezadita no por mucho tiempo.

Sam entraba en la habitación hablando y eso hacia abrir mis ojos.

-Ya tengo trabajo, solo que turnos cambiados, a veces trabajaré por la mañana y a veces por la noche.-

-Genial.-Susurré, molesta por el dolor.-

-¿Que te pasa?-Sam me preguntó preocupado y se sentaba en la cama.-

-La costillas con salsa de barbacoa... me ha dañado al estómago.-

-Te echaste mucha salsa de barbacoa, y esa salsa es casera.-

-Lo sé.-Dije, con voz de niña pequeña, y Sam se rió.-

-A ver..-

Sam subía mi camiseta dejando descubierto mi torso y daba besos pequeños en mi barriga.

Sonreí levemente por ello y bajaba la mirada a él.

Colocaba una mano en su cabello y Sam seguía dándome besos cariñosos.

Luego subía la mirada a mi, y sonreía ampliamente.

-¿Mejor?-

Asentí riendo y subía hasta mis labios, besándome.

Le seguía el besando dejando escapar un leve quejido de molestia, y Sam se apartaba de dolor.

Sam ponía pucheros mirándome y tocaba mi cara.

-¿Prefieres quedarte hoy aquí?-

Negué.

-Quiero ir al cine contigo.-

-Pero estás mala.-

-Se me pasará.-

Sam no decía nada.

Me quedaba mirándole, estaba guapo con la camiseta negra que tenía puesta.

Bueno, siempre la ropa negra siempre le sentaba bien, al igual que la blanca, pero más negra, sin duda.

-Estás muy guapo siempre con este tipo de camisetas, ¿Nunca te lo habían dicho?-Susurré tímida por ello y tocaba su camiseta.-

Negó encogiéndose de hombros.

-Pues no, me han dicho que estoy guapo desnudo.-

Reí levemente, y le mire a sus ojos.

-En toalla estabas sexy.-

-Con que me estabas mirando, eh.-

Desviaba la mirada haciéndome la tonta y Sam echo una leve carcajada.

Le mire después, riéndome levemente.

-¡Ibas provocando!-

-Oye, no sabía que estabas despierta.-

-Bueno..-

Me seguía riendo por ello y Sam sonrió.

Se levantaba de la cama, estirando sus brazos.

-Te daré algún medicamento para el dolor de estómago.-

-Vale.-

Miraba como Sam se iba a su maleta, buscando mediación y me quedaba mirando su espalda.

No me presionesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora