Antes de que Sam entrara a su trabajo me acompaño al local de al lado del museo.
Era un local bastante grande pero tenía unas pintas raras.
Asientos rojos de terciopelo.
Mesas redondas.
Una barra de baile sobre un pequeño escenario.
Era un local de comida rápida pero también de copas.
Sam entraba junto a mi y se acercaba a la barra buscando al encargado.
Había un encargado que rondaba a los cuarenta años y Sam comenzaba hablar con él.
Me señalaba mostrando que era yo y el hombre me miraba de arriba abajo con una mirada espeluznante.
Ese hombre parecía asentir y Sam me miraba repentinamente guiñandome el ojo.
Volvió a mirar al hombre y se despedía de él.
Sam me cogía de la mano llevándome a fuera del local y me miraba.
—Empiezas hoy a las siete de la tarde.—
—¿Por que tan tarde?—
—Dicen que las chicas funcionan mejor en este negocio por la tarde-noche, saldrías sobre las dos de la mañana, pero tranquila, yo salgo antes del trabajo así que.—
—¿A sí que, que?—
—Que vendré a esperarte.—
—No, no hace falta.—
—Si que lo hace, hazme caso.—
—Sam.—
Chisteaba haciendo un gesto y se alejaba un poco más de mi.
—Quiero que vayas al motel y te relajes, yo iré a la cafetería, tengo que hablar con la encargada.—
Asentí.
Ambos nos fuimos juntos pero el se fue a la cafetería y yo me fui al motel.
<< .... >>
Me estaba preparando para ir a trabajar.
Me puse la ropa que Sam me había comprado otra vez, era lo único que tenía, y me iba del motel andando hacia al trabajo.
Entraba al local mientras miraba que aún estaba escaso de gente.
Miraba al hombre de esta mañana.
Era un hombre con el pelo negro y un mostacho alargado.
Me hacía una señal para que fuera hacia él.
Pasaba por detrás de la barra mirandole y le sonreía con naturalidad.
—Soy Lily la nueva, encantada.—
—Bien, Lily.—Se metía sus manos dentro del bolsillo y me miraba de arriba abajo.— ¿Que es lo que sabes hacer?—
No había trabajado en mi vida pero podría mentirle un poquito.
—Se me da mejor atender a los clientes que cocinar.—
—Vale, muy bien, mañana quiero que lleves algo más corto, es la política de este sitio.—
—De acuerdo..—
Aquel hombre me daba un pequeño cuaderno junto a un bolígrafo.
—A trabajar.—
Me quedaba agarrado al pequeño cuaderno y el bolígrafo mirando donde la clientela y me preparaba mentalmente.
<< ... >>
ESTÁS LEYENDO
No me presiones
RomanceLily es una chica de 18 años que tiene una vida normal. Sam es un chico de 25 años que no tiene una vida normal. Los dos no tienen una vida en común que digamos. Pero les unirá un fin de semana. Sam tendrá que cuidar de Lily durante un fin de semana...