Capítulo 28

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Me quedé dormida en la sala de espera sentada en uno de los asientos apoyada en el hombro de Sam.

Sam me tenía rodeada tocando mi pelo rubio y despertaba poco a poco.

Subí la mirada a él que se mantenía despierto mirando al frente y bajo la mirada a mi notando aue había despertado.

—¿Qué hora es?—Susurré.—

—Las ocho de la mañana.—

Bostece.

—¿Dijeron algo los médicos?—

Negó.

Repentinamente entraba un doctor mirándonos y me incorpore en el asiento interesada en saber.

Nos señalaba a  ambos.

—¿Ustedes habéis traído a la joven Betty junto a su bebé?—

—Si, ¿Que ha ocurrido?—

Ambos nos levantamos del asiento acercándonos al doctor.

—El bebé ya está en mejor estado como le informe ayer y su madre, también está bien, necesita reposo pero está bien.—

Sam resopló profundamente por ello sintiéndose aliviado y asintió.

—Menos mal.—Dijo.—

—Si la madre ha sobrevivido es que ha sido un milagro, por que realmente la chica estaba en un estado muy crítico.—Decía el doctor mirando a Sam.— Ha hecho un buen parto, ¿Es aprendiz o algo?—

—Soy doctor.—

El doctor se sorprendió y sonrió un poco orgulloso por el trabajo de él.

—Pues le agradecemos su trabajo de tomar el parto a la chica, lo hizo bastante bien.—

—Gracias.—Dijo Sam, desanimado.—

—Denada, y póngase una camiseta.—

El doctor se miraba y Sam se miro a si mismo.

Luego me miro sonrió de lado por Betty.

—Está viva.—

—Si, lo sé.—Dije contenta por ello y sonreí mirándole.— ¿Vamos a comprarte una camiseta?—

Asintió.

******

Sam se compro una camiseta de color amarilla y de mangas cortas.

No le sentaba bien el color amarillo pero me daba igual.

Igualmente era perfecto para mi.

Sam me dijo que a la tarde volveríamos pues Betty necesita tiempo de reposo y decidimos desayunar en cualquier cafetería.

Luego nos instalamos en el motel más cercano del hospital y luego iríamos al hospital.

Fuimos pero el doctor nos recomendó qué ya nos pasáramos mañana.

A sí que tuvimos que quedarnos a dormir allí, en el motel.

Por la mañana

Nos encontrábamos en la habitación de Betty y ella estaba despierta.

—Hola chicos.—Betty nos miraba a ambos con un gesto de alegría.—

—Betty.—Decía Sam sonriendo al verla despierta y ambos nos acercábamos a ella.— ¿Te encuentras mejor?—

Asintió mirándonos.

—Me alegra, Betty, me alegra.—

—¿Viste ya al bebé?—Pregunté junto a una sonrisa contenta por ella.—

No me presionesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora