No me presiones

Capitulo 1O

Estábamos en el hospital.

Vi que Sam se quitaba su abrigo corriendo dejándomelo a mi y le veía junto a una enfermera que hablaba con él.

Sam iba corriendo hacia una sala y me quedaba desconcertada ante la situación agarrando su abrigo.

Segundos después veía que Sam salía con más doctores y agarraba la camilla llevándolo a otra sala.

Era un niño pequeño con el pelo negro.

Me apartaba del camino dejándoles pasar y entre abría mis labios viendo a ese niño pequeño intubado.

Sam había entrado en otra sala y yo decidí sentarme en los asientos que había.

Le esperaría hasta que terminara.

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No sé cuánto tiempo había pasado pero me había quedado dormida junta a la pared sentada.

Estaba despertando por que notaba que me llamaban en susurro y era Sam.

Abría mis ojos adormilada mientras le miraba como podía y el estaba agachado se cunclillas mirandome.

Sacudí mi cabeza un poco para espabilarme y me colocaba bien en el asiento.

—¿Q-Qué ha pasado?—Susurré un poco descolocada por la situación mirándole.—

—Todo ha salido bien.—Decía sin más mientras me miraba con delicadeza y tocaba mi brazo.— Venga, te llevo a casa.—

Asentí cerrando los ojos y luego los abría.

Nos encontrábamos en su coche camino a mi casa.

Bostece ligeramente y le mire.

—¿Que ocurrió con ese niño?—

—Ha salido vivo.—

—Que buena noticia.—Sonreí un poco cansada y me quedaba mirando su rostro.—

Él estaba serio.

—Que él niño siga con vida si su buena noticia pero que su madre haya muerto no lo es.—

—¿Qué?—Dejaba abierta mi boca sorprendida por lo que dijo y fruncia mi ceño.— ¿Su madre ha muerto?—

—Si.—Respondió con frialdad.— Estaba conduciendo el padre del niño que estaba bebido y la madre estaba discutiendo con él, en un descuido el padre condució en un lugar donde aún no habían terminado de construir el puente y cayeron en el lago.—

—Pero..—

Sam me interrumpió.

—Un joven se metió dentro del lago que estaba paseando con su chica e intento salvarlos a todos, primero fue al niño, y luego volvió a bajar para salvar a los padres, aunque ya era tarde porque la madre ya estaba muerta.—

—¿Y el padre?—

—Ha vivido milagrosamente.—Dijo con un tono de indignación.— Llamamos a la policía para dejar la custodia del niño otro familiar.—

—Que tragedia..—

Hizo una mueca y nos habíamos dado cuenta que ya habíamos llegado.

Aparco frente a mi casa y suspiro.

—Las tragedias pasan todos los días.—

—Bueno, no del todo ha sido una tragedia, has salvado la vida de ese niño.—

—Pero su madre está muerta.—

—Tu no has tenido la culpa Sam, ella ya no vivía cuando estaba dentro del coche bajo el agua.—