Capitulo 17

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Ambos comíamos en una hamburguesería dentro este centro comercial.

Comía enojada por qué actuaba como si nada hubiera pasado y me cabreaba.

Sam sonreía como si nada mientras me miraba de comer.

—Deja de poner esa cara, ¿vale? Te harás más vieja.—

—Es que no entiendo por qué me tienes que comprar esta ropa.—

—¿Acaso no te gustaba?—Preguntaba extrañado por mi respuesta.—

—Si, pero por que sea la mejor amiga de tu prima no implica que tengas ninguna obligación.—

—No lo hago por obligación si no por que quise y me caes bien.—

—Vale, de acuerdo..—

—¿Es que no sabes aceptar un regalo?—

—Si, sí que sé, perdón mi comportamiento hacia a ti.—

Él negaba junto a una sonrisa con naturalidad y luego se me quedaba mirando.

—¿Quieres que comamos un helado después?—Preguntó.—

—¿No prefieres que sigamos viendo regalos para Margaret?—

—Tenemos toda la tarde.—

Hice una mueca por que en realidad estaba llena pero acepte.

Nos sentamos en un banco dentro del centro comercial.

Yo me había pedido un batido de chocolate con sirope de chocolate y nata.

Sam se había pedido helado de chocolate y menta.

No me entraba sitio para helado pero si algo de líquido.

Le mire por unos instantes como comía y la verdad que se veía demasiado sexy comiendo helado.

Tenía la pajita en mis labios y lo chupaba mientras miraba a Sam.

¿¡Pero que estoy haciendo!?

Quite la mirada mirando hacia la nada.

—Podríamos ir a la tienda de zapatos.—

—Si pero.. Margaret aunque le guste mucho los tacones no se lo suele poner.—

—¿Por que no?—

—Mide 1.75.—Le miré otra vez, pero esta vez neutra.— ¿Cómo va a querer ponerse unos tacones? Ya es alta de por si.—

—¿Y? A mi me gusta las mujeres altas.—

Sentí como si me dieran un pinchazo dentro de mí.

Menudo rechazo.

—Si, creo que una chica alta te iría bien.—Dije fingiendo que no me había molestado y sonreí forzosamente.—

—¿Y a ti?—Preguntó curioso.—

—No sé, a ver, yo es que soy baja a si que cualquiera es algo a mi lado.—

Sam se reía mostrando sus dientes y me miraba.

—Eso es cierto pero ser baja tampoco es ningún defecto.—

—¿Ah, no?—Dije irónica mientras negaba.— Es difícil llegar a sitios con bastante altura.—

—Algunos no hacen falta que te tengas que poner de puntillas.—

Sam miro al frente mientras lamia su pequeña cuchara y frunci el ceño pensativa.

—¿Qué?—

No me presionesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora