Sam dio en marcha a su coche y empezó a conducir.
Condujo alrededor de una hora hasta estar alejados de nuestra casa pero no del centro de Oklahoma.
Sam decidió bajar en plena ciudad y luego baje yo.
Sam me hizo una señal para que fuera con él y cruzabamos la calle.
Al cruzar la calle nos quedábamos quieto en la acera y le mire de repente.
—¿Dónde vamos?—Pregunté.—
—¿No querías desayunar?—
Asentí.
Sam miraba a su alrededor sin conocer mucho esta zona.
Se fijó en la parte derecha de la calle y subía la mirada.
Señaló el letrero que el cartel era rojo.
—¿Quieres desayunar ahí?—
—Vale.—
Sam me miro por unos segundos sonriendo y andábamos hasta donde señaló.
Entrabamos y miraba que había mucha gente en esta cafetería.
Era una cafetería de diseño.
Moderna.
Nos sentabamos en una esquina mientras que Sam cogía la carta y yo me senté frente suya.
—¿Por que en Oklahoma solo se comen sándwich o Donuts? No lo entiendo.—Dijo en un tono de indignación y negaba.—
—Por que aquí desayunamos liguero.—
—Si pero se debería desayunar más fuerte, el desayuno es la comida más importante del día.—Me daba la carta mirándome fijamente.—
—Si, eso es verdad.—Dije cogiendo la carta y me ponía a leer.— Me pediré un sándwich de queso y un chocolate caliente.—
—Vale.—
Deje la carta aun lado y empecé a tocar mi pelo rubio un tanto inquieta.
No era la primera vez que nos quedábamos solos pero esta vez tenía claro que me gustaba.
Sam parecía mirar a otro lado pensativo y tocando con sus dedos la mesa.
Me quedaba mirándole.
Una vez más a su rostro.
Y gustarme más.
Soy una necia.
—¿Que tienes en mente en comprarle a Margaret?—
—No tengo ni idea.—
Reí levemente.
—Ella le gusta el maquillaje, alguna falda o tacones, o un rizador para el pelo.—
Sam frunció su ceño y giro su mirada a mi.
—¿Un rizador para el pelo? ¿Para que necesita Margaret tal cosa?—
—Ella tiene el pelo liso y muchas veces me ha dicho que le gustaría hacerse tirabuzones..—
—Sería un buen regalo.—Asentía entrecerrando sus ojos azules, eso hacia marcar las pequeñas arrugas de sus ojos y luego los abría mirandome.— Pero quiero que sea algo más especial.—
—Bueno, solo te di una sugerencia.—
—Si, y te lo agradezco.—Sonreía con dulzura dejando sus ojos en mí.—
Le aparte la mirada con mi boca entre abierta observando que el camarero había venido.
Es mi salvación.
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No me presiones
RomanceLily es una chica de 18 años que tiene una vida normal. Sam es un chico de 25 años que no tiene una vida normal. Los dos no tienen una vida en común que digamos. Pero les unirá un fin de semana. Sam tendrá que cuidar de Lily durante un fin de semana...