Capitulo 27

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Regresábamos a casa y no comentamos nada del beso.

Estaban echando una película de misterio y crimen.

Sam quería verla y me pidió que la viera con él.

Acepte, obvio.

Sam se sentó junto a mi lado y parecía que se soltó un poco más.

Rodeaba su brazo por mis hombros y me sentí cómoda.

Ninguna señal de nervios.

Me sentía bien sus brazos rodeándome.

Escuché que Sam bostezaba y miraba a la tele.

—Voy a echarme un poco para atrás..—

Sam se echaba hacia atrás del sofá y eso hacia llevarme a él.

Me quedaba tumbada sobre su pecho y Sam seguía rodeándome.

Decidí acurrucarme en su pecho mirando la tele.

—Sam.—Susurré.—

—Dime.—

—¿Que has querido decir con intentarlo?—

—Pues intentarlo, ya no puedo evitar lo que siento por ti.—Susurraba con cansancio.—

—¿Y lo has intentado evitar?—

—Si.—

—¿Por qué?—

Suspiro.

—Ya te contaré, ahora.. no es el momento.—

—Vale, tranquilo, no te voy a presionar.—

—No pasa nada.—

Hubo un silencio por momentos pero quise romperlo.

—¿Y sobre Amanda? ¿Ella no te gusta?—Le miraba de reojo queriendo ver su rostro pero no lo lograba.—

—No, no me gusta para nada.—

—Ah..—

—Ni yo a ella, tranquila.—

—Eso no me preocupa.—Fingí, aclarando mi garganta.—

Se callaba por segundos y bostezaba otra vez.

Tenía sueño.

No quería molestarle más.

<< ... >>

Despertaba en la mañana y me encontraba otra vez en la cama.

Al parecer era Sam quien me llevaba a la cama en brazos pero no lo recordaba.

Aún no me creía ni que nos habíamos besados ni que me quedé dormida sobre su pecho.

Fue todo tan bonito.

*******

Ya nos quedaba dos días para irnos y los días aunque se me hicieran largos, el domingo ya estaba viniendo.

Cerraba la tienda de ropa una vez más para irme a casa y preparar la cena para Sam.

Pero en medio del camino, me encontraba a Betty andaba como podía tocándose la barriga.

Andaba hacia a ella acelerada y sonreía ampliamente.

—¡Hola Betty!—Dije emocionada.— Tengo que contarte algo.—

—He roto aguas Lily.—Decía con un rostro preocupada y eso hacia preocuparme a mi, cogiéndola de las manos.—

—Betty, tenemos que ir a tu casa.—

No me presionesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora