Capítulo 23

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Fui la primera en despertar mientras me tomaba un vaso de leche y una tostada con mantequilla.

Prepare varias tostadas dejando café hecho.

Era la primera vez que hacía café, en realidad, lo hice por Sam.

Estaba desanimada mientras seguía comiendo la tostada.

Entiendo que a Sam le importe, el roce hace el cariño pero es que aún no entiendo por qué me trata como una niña pequeña.

Cómo si fuera su hija o hermana.

Podría discutir como tal, o a lo mejor yo estoy sacando las cosas de quicio pero me siento así.

Cómo Sam dice me protege y me gusta que lo haga pero que lo haga como si yo fuera una adulta.

Que es lo que soy...

Miré que Sam entraba por la puerta y tocaba su rostro cansado.

—Buenos días.—Dije.—

—Buenos días.—Susurró con sus ojos casi cerrados, andaba hacia la encimera y cogía la cafetera.— ¿Preparaste café?—

Asentí.

Sam se cogía una taza sirviéndose café y daba un sorbo.

Puso un rostro de asqueado por el café que hice e hice una mueca.

Me sentí torpe.

Sam miraba el contenido de su café riéndose.

—Te ha salido como una bomba de relojería.—

—Eso es malo ¿no?—

—Te hace falta práctica.—

Sam iba hacia la nevera cogiendo el cartón de leche y lo añadía a su taza.

—Lo tomaré con leche pero nunca lo suelo tomar con leche.—

Sam daba un sorbo a su café y asentía complacido.

Venía andando hacia una silla de la mesa y se sentaba frente mía.

—Ahora está mejor.—

Alzaba mis cejas sin mirarle y me terminaba mi vaso de leche.

—¿Vas a volver a trabajar allí?—Preguntó.—

—¿Y qué quieres que haga?—

—Pues no volver, no me gusta para tí.—

—Tendré que buscarme otro trabajo.—

—Si, si quieres te acompaño.—

Me levantaba de la silla y me quedaba mirándole.

—No, prefiero ir sola.—

Sam se callaba acentuando sus ojos azules en mí y escondía sus labios.

—¿Sigues enfadada?—Preguntaba de manera gentil.—

Negué.

—Es que no quiero que estés enfadada conmigo, siempre nos hemos llevado bien.—

—Si, lo sé.—

Resoplaba.

—Voy a vestirme.—

Le dejaba en la cocina yendose  mi cuarto y me cambiaba de ropa para salir a buscar otro trabajo.

Salí de casa sin despedirme de Sam y andaba por el pueblo.

Miraba a cada tienda pero ninguna me agradaba.

Llegaba por donde trabaja Sam y me fijé que en frente había una tienda de ropa.

No me presionesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora