Capítulo 46

174 6 0
                                    

Lily

Me quedaba esperando una respuesta de San mientras tenía la foto en mi mano.

Él miraba la foto fríamente, me la quito y ponía su mano sobre su boca tapandola.

Parecía que sus ojos brillaban de tristezas al ver la foto, desquitó la mano y suspiró.

—¿Por qué quieres que empiece?—Preguntó, en forma de resignación.—

Entre abría mis ojos, sorprendida, y sintiendo una presión en el pecho.

—¿Entonces es verdad?—

—Lily.—Dijo, seriamente.—

Me calle dejando que hablara y asentí.

—Mi hermana Sophie murió ahogada en el lago en un día de verano.—

Puse una mano sobre mi boca, estando más asombrada que nunca, escuchándolo de sus labios.

No podía ser.. no podía ser..

—No pude salvarla.—Su voz se quebrara girándose para no mirarme y se iba al salón.—

—No..—Negué, andando tras él y le cogía del brazo para que se deteniera.— Sam.—

Sam se giraba llorando sin querer mirarme y sostenía su brazo más fuerte para que no se fuera.

—Cuéntame con tranquilidad.—

—Es que no puedo.—Grito con agobio, bajando su mirada a mí mientras lloraba y se señaló.— Yo la maté, Lily.—

Negué frunciendo mi ceño, colocaba mis manos en su rostro.

—No..—

—Si, no pude salvarla.—

Sam se rompía a llorar tapando su cara con las dos manos y eso me dolía en el alma.

Ver a Sam, a mí Sam de llorar..

Le abrazaba rodeando su cuerpo y me apoyaba en el como si fuera una niña pequeña.

Quise que se desahogara aunque me doliera verle de esa manera pero era mejor así.

Unos minutos más tardes.

Llegaba al salón dándole una taza de té a Sam que le había preparado.

Se encontraba sentado en el sofá con los ojos rojos de a ver llorado y me senté a su lado.

Sam sostenía su taza con pocas fuerzas aunque dio un sorbió y lo dejaba en sus manos.

Decidí quitarle la taza de sus manos para dejarlo sobre la mesa y cogía su barbilla.

Hacia que me mirase, tenía una mirada perdida.

—Sam.. estoy aquí, solo quiero saber.. lo que pasó.—

—Es difícil para mí.—

—Y para mí, pero si no lo haces, nunca podré entenderte, y quiero.. hacerlo.—

Recorría mi mano a su mejilla áspera acariciándola y me miró a los ojos con tristeza.

Asintió sin más.

—Era un día de verano, Sophie tenía ocho años y yo tenía diez años, decidimos escaparnos los dos, pues ese día hacia mucha calor y nos fuimos al lago...—

<< Flashback >>

Corríamos hacia al lago como nunca antes lo habíamos hecho, el mes de Agosto nos estaban matando, hacia tantísima calor que al segundo de salir de la ducha ya estoy sudando..

No me presionesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora