|3|

5K 379 290
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


—¿¡Estas terminando conmigo!?—me pregunta gritando y moviendo los brazos como una histérica. 

Miro el reloj en el velador. Seis cuarenta y dos de la mañana. 

Me tapo el rostro con el edredón y me quedo ahí, esperanzado en que quiera conversar de esto en otro momento-ttebayo. No debí haber dicho eso anoche, de que estabamos cambiando y todas esas chorradas que inventan las parejas cuando ya están aburridos del otro. Pero ¿qué quiere que diga? ¿quiere que le diga la verdad en la cara? ¿que estoy aburrido de sus complejos de diva? ¿que esto solo empezó en una noche loca de sábado y que ninguno de los dos tenía pensado en que llegara a  cuatro meses de «algo»? ¡Nunca le dije que teníamos una relación formal-ttebayo!

—¡Naruto! ¡Estoy hablando contigo, dame la cara!—Y sigue gritando. Sus manos arrebatan el edredón y me descubre el rostro, el torso y hasta el culo. 

Busco algo con que cubrirme el cuerpo. Al final, solo pillo uno de los almohadones. Me lo pongo en mi retaguardia y busco la bata que debe estar en el suelo.

—Claro que no, Shion. Pero deberíamos tomarnos un tiempo.

Camino hacia el baño a cepillarme los dientes. Ella viene detrás. 

—¿Un tiempo? ¿Acaso tienes quince años? ¿¡Es en serio!?

Asiento con la cabeza.  

—¿¡Acabas de tener sexo conmigo y ahora me dices que quieres terminar!?

Me tomo mi tiempo. Termino lo que estoy haciendo para contestar y aclarar un par de cosas-ttebayo.

—No, no acabamos. Fue anoche y literalmente no acabamos... literalmente no acabamos—insisto. Es verdad, no acabé—¡Venga! Fue increíble—miento—, pero creo que es mejor separarnos un tiempo para... ¿cómo es que dicen ustedes? Ah, valorarnos mejor. ¿No crees que esto está muy rutinario? Llego del trabajo, hablamos y luego dormirmos. Tu también tienes tu departamento y tus cosas, no tienes porque estar aquí veinticuatro horas siete días a la semana.

—Pensé que te gustaba que estuviera aquí, contigo, que compartiéramos las comidas y que...

—Y me gusta, cariño—vuelvo a mentir. Vale, no es que no me guste, pero tampoco me apasiona. ¡Joder! Siempre he vivido solo y de pronto la tengo a ella con sus braguitas regadas por el cuarto, sus cereales dietéticos y sus productos sin gluten en mi cocina y un montón de cremas anti-age, maquillajes y toallas higiénicas en el baño de la habitación. 

¿En que momento me perdí? Fue sexo casual una noche y de pronto ¡bang! ella está aquí viviendo conmigo por cuatro meses. 

[FANFIC - NARUHINA] REGLASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora