[FANFIC - NARUHINA] REGLAS

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Cuentas pendientes

*CAPITULO NO CORREGIDO.
DISCULPEN LOS ERRORES EN LA REDACCIÓN

—Casémonos y vivamos los mejores seis meses de la vida.   

Mi estómago se revuelve por dentro. Siento como la sangre corre por mis venas, siento como mi corazón bombea aquella lava y escurre por mi cuerpo. Estoy ardiendo y sé que, esta vez, no es fiebre. Me duele, pero el dolor no es tanto como el sentimiento de frustración y rabia.

Los recuerdos vienen a mi como una cinta cinematográfica, pero no son suficientes para sostener la  amistad y cariño fracturado entre Kiba y yo. 

Sólo falta un golpe final, un pequeño tropezón para que todo lo construido en años se rompa en mil pedazos, pero esta vez, quiero que se rompa. Me siento encadenada a sus palabras, a su miseria de amor y a sus condenas. 

El mundo me mata, Naruto me salva. El mundo quiere hundirme, Naruto me levanta hacia la superficie. El mundo cree en las estadísticas, Naruto no. Estoy cansada de creer en el mundo.

Me acerco lentamente al completo desconocido que esta arrodillado frente a mí. 

Seis meses.

Seis meses. 

Pueden ser cuatro, dos o tal vez una semana. Pueden ser años, pueden ser décadas, puede nunca ser. 

Ante mi silencio, una gota de sudor corre desde su frente y se desliza por su mejilla. Estira su brazo, para alcanzar un vaso de cerveza que hay en la mesa de centro. Lo toma, sin dejar una gota en él. 

Veo su sonrisa, pero a mí solo me provoca lástima. 

—¿Hinata?—escucho murmurar a Tenten mientras mis pies avanzan lentamente hacia quien era una de las personas más importantes de mi vida. 

 Entonces, hago que por fin todo se quiebre.

El impacto de mi mano contra su mejilla es el sonido de todos esos pedacitos de amistad salpicando mi apartamento. Me arde el alma, el corazón y la mano, pero no me importa.

Escucho murmuraciones a mi al rededor. Entonces, reacciono. 

—¿Qué? ¿Qué están mirando?—alzo la voz hacia los invitados mientras cruzo mis brazos sobre mi pecho—¿Acaso la chica enferma que se va a morir en seis meses debe alimentar su falsa compasión?

Vuelvo hacia Kiba quien acaricia su mejilla. Sus ojos no dan crédito de lo que acaba de pasar. Respiro hondo, el pecho me duele. Estoy agitada. No recordaba que la ira doliera tanto. 

Sus dientes castañetean y mis parpados tiemblan de indignación. 

—No quiero.—contesto con desdén. —Siempre agradecí todo lo que hacías por mí, pero esto no es parte de esa gratitud, te has burlado de mí con cada palabra, me has robado la poca esperanza y me has privado de ser feliz escondiéndome ese mensaje.  ¿Quieres estar conmigo? Puedes estarlo, como siempre lo hemos hecho, pero no así. 

—¿¡Que mierda te pasa, Hinata!?—Huele a alcohol. Las copas le han pasado la cuenta... 

—¡Kiba! No le subas la voz a Hinata —interviene Neji. Avanza unos pasos, pero mis ojos le hacen saber que no se acerque más en cuanto lo miro por sobre el hombro.