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Detonación

*CAPITULO NO CORREGIDO.
DISCULPEN LOS ERRORES EN LA REDACCIÓN

«El mejor sábado de esta loca aventura en Nueva York» . Pensaba, mientras me cepillaba los dientes frente al pequeño espejo del tocador.

Desde el baño, miré hacia la habitación con satisfacción,  las bolsas de compra estaban regadas en el piso y la ropa nueva ya estaba en el perchero. En medio del pequeño escritorio estaba aquella bella bolsa de color rojo que me había obsequiado el mesero del restaurante junto con una pequeña tetera estilo vintage y una caja de lata de te Chai que había comprado en el mismo lugar. Mi estómago suplicaba por deleitarse con esos rollos de canela pero mi mente sólo me hacia pensar que, con todo lo que había comido, me daría gastritis de tan solo saborearlo. Finalicé, acomodando el cepillo de dientes en el baño, desabroché mi bata y la colgué en la puerta.

De pronto, la perfecta melodía del violín volvía a sonar en mi móvil. 

Arqueé las cejas cuando vi la llamada entrante. 

— ¿Hola? — Fruncí un poco el ceño, algo extrañada. 

— Buenas noches, Srta. La estamos llamando de Magnolia's Restaurant para hacer una evaluación acerca de la atención recibida — Sonreí en cuanto escuché aquella voz. — Tenemos entendido que fue atendido por un apuesto — dijo énfasis —mesero que tuvo la amabilidad de reverenciarse ante usted — No pude evitar reír fuerte — ¿Está a gusto con el servicio? ¿Del 1 al 10?  — Carraspeé la voz — Si no lo está, entonces puede volver a visitarnos y abofetear al mesero por la mala atención recibida pero, le aseguro que luego tendrá que sentarse y deleitar toda nuestra repostería junto a él. 

Me mordí los nudillos para no reír tan fuerte, era un poco vergonzoso estar siendo coqueteada por móvil con un desconocido. O bueno, casi desconocido. 

— Disculpe Señor Operador. ¿Usted sabe que está en contra de la ley federal del consumidor hacer llamadas de carácter comercial fuera de días y horas hábiles? — Escuché una leve risita del otro lado del móvil — Lamento decirle que estoy en todo mi derecho de querellarme contra usted por esta infracción a la ley y, le aprovecho de recordar que, según la ley, los días hábiles son de lunes a viernes de seis de la mañana a diez de la noche, digo, para que no vuelva a tener problemas con algún otro cliente. 

Se me estaban adormeciendo las mejillas tanto sonreír, pero no podía evitarlo, era involuntario y sentía un leve cosquilleo en mi estómago. 

— ¿En serio? Lo siento. Despediremos al mesero y al operador también. 

Me largué a reír. 

— ¿Lo despedirá sin poder ejercer mi derecho a tener una tarde de té junto él y toda la repostería del restaurante?  — Me senté en la silla de mi escritorio y puse los pies encima de él. 

— También puede abofetearlo.— No se que me daba más risa. Si la tierna forma en que se estaba humillando o la estúpida voz que trataba de hacer imitando a un comerciante burgués, me hacía imaginar a alguien gordo, con bigote, monóculo y sombrero negro, tratando de venderme alguna mercancía valiosa pero inútil.  

— Vaya, eso es más tentador. — Reí.

— ¿Entonces? ¿Del 1 al 10? — Preguntó. Era como un niño, un jodido niño emocionado y risueño.

— Un 1 y le aseguro que me querellaré contra de usted por esta impertinente llamada. — Sí, quería ir a tomar un té con él, supongo que indirectamente estaba aceptando una pseudo cita con el mesero bonito

[FANFIC - NARUHINA] REGLASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora