[FANFIC - NARUHINA] REGLAS

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La rosa

*CAPITULO NO CORREGIDO.
DISCULPEN LOS ERRORES EN LA REDACCIÓN

—¿Todo bien con la pasante?—preguntó Sasuke, sentándose en mi escritorio como de costumbre.

—Si, se está quedando conmigo en el departamento.—respondí sin quitar los ojos del computador.  

—¿Por qué no vino a trabajar?

—Tiene licencia por tres días, le prohibí venir.

—Vaya, que preocupado. ¿Pasó algo entre ustedes? 

Puse los ojos en blanco. Me levanté de la silla y me gané frente a los ventanales de la oficina con las manos en los bolsillos y traté de encontrar, desde lo alto del edificio, algo en que fijar la vista mientras durara este interrogatorio-ttebayo. A los segundos, me concentré en una pareja que estaba discutiendo en la esquina del frente.  Él hizo lo propio, imitando el gesto.

—Dormí con ella si eso quieres saber pero no te pases películas, fue sólo dormir, no quiso que yo duerma en el sillón y yo tampoco dejaría que durmiera ahí.

—Te creo, pero no por ti. 

—Gracias por la confianza-ttebayo.

—¿La besaste?

Guardé silencio.

—¿Por qué tanto misterio? Shikamaru y Gaara están en sus oficinas; Konohamaru en la conciliación de divorcio.—continuó.

Sin pensármelo dos veces, solté la lengua y dejé que las palabras salieran sin pensar.  

—Sí, nos besamos. Nos hemos besado todo el fin de semana ¿Eso quieres saber? ¿Quieres más detalles? Vale, te lo diré, el primer beso fue en el hospital-ttebayo. Sí, entré por la ventana ¿Ok? Pero tu ex novia me ayudó. 

—Sí, verla fue toda una sorpresa, pensé que seguiría en Cold Spring. —Se encogió de hombros—En realidad, no importa. 

—Deberías ser menos irritante y volver a hablarle.—Se limitó a mirarme con unos ojos que me decían algo así como «cállate, pedazo de mierda». Traté de sonreír pero me salió una mueca de disgusto, yo también quería aconsejarlo-ttebayo. 

Suspiré. 

—El segundo beso fue el sábado. A propósito gracias por traerme sus cosas. 

—No fue mucho lo que pude sacar antes que la policía llegara a cercar la escena. Su maleta con ropa, su laptop y sería. 

—Esa chica da unos besos que te dejan loco-ttebayo.—Sentí como me ruboricé. Llevé una mano a la boca para tratar de tapar mi sonrisa involuntaria, me estaba sintiendo como una nena.

—Mira lo mamón que te pones a veces. —habló con desdén, haciendo una mueca de desagrado para luego golpear mi hombro. 

—Dormí con ella, nunca había dormido tan cómodo y con tanta paz, me sentía como un niño entre medio de sus brazos, aunque tiene la manía de pasar la pierna por encima de mi cadera. El domingo fue sólo ver películas y reír; en la noche me ayudó con unos papeleos para la oficina pero no he avanzado mucho, esperaba avanzar hoy pero se me ha  hecho eterna la jornada.