|42|

3.3K 248 311
                                        

Valientes


*CAPITULO NO CORREGIDO.
DISCULPEN LOS ERRORES EN LA REDACCIÓN

Nunca dejé de ser yo. Siempre fui Hinata, la idealista, la soñadora, la estúpida e irremediablemente esperanzada y la enamorada del amor. Nunca cambié, ni si quiera en esos dos días cuando cada pieza logró encajar hasta armar la figura completa. Mi vida era un rompecabezas con piezas mal encajadas, algunas rotas y otras simplemente extraviadas y que nunca más encontraré, como mi familia. Esos dos días que Naruto estuvo conmigo en el hospital de Londres, pude re-acomodar cada una y decir, por fin: He terminado, he armado cada pieza y ahora sólo toca contemplar el paisaje que hay delante de mí... Ese rompecabezas que lleva mi nombre, con un paisaje incierto como resultado final. Porque eso terminé siendo: Incertidumbre. Total y absoluta incertidumbre. 

La mirada que Naruto le esbozaba a Menma estaba cargada de rechazo y resentimiento. Alterné la vista entre uno y otro y entendí que me había perdido de una pequeña parte en esta historia.

—¿Pasa... algo?—musité con temor a la respuesta.

—No, yo ya me tengo que ir. No desarmes ese rompecabezas o será un lío volverlo a armar—Se limitó a decir con menos gracia que hace un par de minutos antes que la puerta se abriera. 

—Va-vale—respondí confundida. 

Cuando la puerta se cerró tras de  él, Naruto salió de su estado de momificación y volvió en sí. Camino hacia mí tirando el maletín que llevaba en la mano a la cama de visitas. En un movimiento de hombros dejó caer la mochila al suelo junto con su abrigo, se quitó los zapatos con ayuda de sus pies y en el acto, se subió a la cama abrazando mi cintura y apoyando su rostro en mi pecho. 

—Te extrañé y te extraño aún, estoy aquí contigo pero sé que dos días no serán suficientes para todo el tiempo que tenemos que recuperar-ttebayo—Acaricié su cabello entre cada palabra que salía de su boca. Mi corazón palpitaba y, esta  vez, ambos lo podíamos escuchar—. La distancia apesta, Hina.

—Lo sé—susurré—, pero ya terminará todo esto y estaremos juntos...—Dejé una breve pausa que no sirvió para frenar mi lengua y evitar decir lo que seguía a esa frase—: en algún lugar.  

—Estás mas delgada-ttebayo—Rió. Su mano se deslizaba por mis costillas, podía sentir como sus dedos se enterraban entre cada una para sentir los huesos que protegían mis nuevos pulmones. Era todo un desafío mantenerse firme ante tantas caricias.

—¡No! Me están engordando en este lugar.

—No lo parece. 

Hablamos de todo lo que ya sabíamos: Sus juicios, la oficina, Nueva York, Sakura, Sasuke, Sarada y cada una de las noticias que ya habíamos compartido por Whatsapp o FaceTime, pero aún cuando tengamos que repetirlas mil veces, nada se compararía a tener su rostro frente a mí, con una sonrisa involuntaria o un beso entre cada suspiro. Cuando eso pasaba, hasta lo más viejo parecía ser nuevo.  

—Te traje un par de regalos—murmulló en tanto se bajaba de la cama y buscaba la mochila negra que había dejado en el suelo. 

—Había olvidado como se ve tu trasero con el traje. En Inglaterra sólo usabas vaqueros—bromeé. Dejó de hacer lo que estaba haciendo y ladeó su cabeza con una sonrisa socarrona.

[FANFIC - NARUHINA] REGLASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora