Kyla
Desperté con un brillo de luz en mis párpados, la luz transcurría entre las cortinas hasta iluminar toda la habitación.
Me revolvi en la cama intentado seguir durmiendo para descansar.
Me fijé en la hora las 10:07.
Me levanté estirándome, intentando llegar al techo con la punta de los dedos.
Conecté mi móvil al reproductor y me dispuse a cantar y bailar delante del espejo del baño mientras me lavaba los dientes.Me vesti con algo muy casual pero parisino.
París por la mañana era más hermoso que de noche.
Iba directa a la tienda de Laura, pero antes quería disfrutar de todo una vez más.
Crucé las calles principales, y en los bares habían hombres grandes cantando con una voz grave la Marsellesa. Tenían un hermoso acento los franceses.
Fui a una panadería y cogí un cruasán. Tuve que hacer cola, ya que al parecer era muy bueno, y todos los turistas iba hacia allí.
Pero la espera había merecido la pena.
Cogí rumbo de nuevo hacia Laura.La tienda estaba en un buen punto. Las mujeres entraban y salían con grandes bolsas muy elegantes.
El mentón lo llevaban bien alto con seriedad y eso me imponía.
Llevaba un café para ella, y se lo entregué posándolo en la mesa de la caja registradora.
Renegó de ello, ya que sin querer manche un poco la mesa.-Uy, disculpe usted señorita.
Me senté en la silla frente al ordenador mientras despachaba a la gente.
Cogí un bocadillo de atún que había en su bolso ya que tenía hambre.
Daba grandes bocados al pan mientras veía en la pantalla páginas y las redes sociales.-¿Qué haces? Deberías ayudarme.
-Lo siento, no soy dependienta de tiendas. Soy filóloga.
-Disculpe usted. Pero yo conté conque vendrias a ayudarme.
-Lo siento hermanita. Estoy de vacaciones.
-Disculpen, me podrían ayudar a encontrar un vestido.
-Claro, ¿algo en especial?Era Bellamy tan atractivo como siempre, hasta con aquel chándal que llevaba para correr, al parecer.
En respuesta a la pregunta de mi hermana me guiñó el ojo y me sonrió.-Si. ¿La importaría que me atendiera aquella joven de allí?
-Oh, disculpe. Ella no trabaja aquí.
-Pero podría ayudarte, ¿no hermanita?
-Esta bien.Laura no conocía cómo era Bellamy, así que no lo reconoció.
-Digame la talla.
-La tuya. ¿Cuál te gusta más?
-No soy de usar vestidos.
-Pero te quedará bien.La tienda era lo suficientemente grande como para escabullirnos de la vista de Laura.
-Esta noche te quiero ver. Y debes llevar el vestido puesto. Escogelo sencillo, iremos de paseo -. Acercó su boca a mi oído y en susurro me habló cariñosamente -. Te quiero...
Impregnó un beso en la comisura de mis labios.
Revolvió entre las perchas buscando el vestido.-No esta bien que vengas con mi familia cerca.
-Kyla, tu hermana ni siquiera me conoce. Y si aparece tu madre pues emplearía mi plan.
-¿Cuál?
-Lo siento. Deberás seguirme el juego.Sacó un vestido, pero no me agradaba.
-Odias los vestidos.
-Felicidades, premio gordo. Los detesto.
-Elige.Cogí un pantalón largo, y un top negro, con tres botones en la zona del pecho hacia el cuello.
-Me gusta el conjunto. Pero aquellos tacones también.
-Vaya... Buen gusto caballero -. Dije disimulando ya que mi hermana pasaba por allí.Cogí los botines negros con tacón.
Los llevé hacia el mostrador y allí lo pagó ya que le atendía Laura.Salió de la tienda y se introdujo en un coche. Se fue dirección al hotel.
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𝑴𝒊𝒍𝒍𝒆𝒓
RomanceNuestra elección en la vida siempre fue meditada desde que teníamos apenas doce años, por muy extraño que suene. Pero sufren altibajos por intromisiones en el camino. Pasa delante tuyo y mío, mejor disfruta la a cada instante, tal vez te des cuanta...