𝟏𝟎

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Dakota

Hacía un buen día, salvo que Emma se iría con Tyler de viaje , y me estaría sin ellas durante un tiempo, hasta que volviesen.

San Francisco me daba los buenos días con sus admirables vistas.
Tomaba una taza de café mientras estaba frente a la ventana esperado al bonito amanecer.
Posé la taza sobre la mesa del escritorio en mi cuarto, y me dirigí a vestir.
Cogí un pantalón, una camiseta negra y unas playeras, para ir cómoda

Me puse unas gafas, y tras volverme a ver en el espejo, salí cogiendo mi bolso.
Bajé el ascensor hasta llegar al exterior.

Fui caminando por todas las calles que llevaba tiempo sin pasar. La gente vendía comida en el exterior.
Cogí un donut gigante, y continúe mirando todo. Cruzando diversos escaparates, mirando a la gente sentada en un banco, vi frente a mí el parque Dolores Park, así que fui hasta allí.
Llevaba un par de horas abierto, así que apenas había gente. Me senté en el césped seco.
Apoyé mi peso sobre mis hombros para recibir el calor del sol de frente.
Cerré los ojos para relajarme, hasta quedarme dormida.

-Oiga, no se puede dormir en el parque.
-¿Qué? Ah... Si, disculpe -. Mascullaba mientras abría los ojos recibiéndose la fuerte luz -. ¿Qué hora es?
-Las diez.

Se alejó y me fui levantando para irme.
Recorrí el parque viendo todo sus esculturas.
Empezó a agobiarme la gente, por lo que decidí salir.
Miré el móvil y recibí un mensaje de voz, de mi padre.
Puse los ojos en blanco, y decidí oírlo.

"Hola Dakota. Quería saber cómo estas, quiero hablar contigo, y explicarlo todo -. Tal vez el día en el que se lo digas a mi madre -. Tu madre y tu hermano ya llegaron. Ya te deposité el dinero mensual. Espero que no lo gastes en estupideces, aunque sé que jamás lo has hecho. Chao".

Acomodé mi bolso en el hombro y me dirigí dando pasos largos taconeando la acera dirección al banco.

-Buenos días. Bienvenida a Bank Miller. ¿En qué le soy útil?
-Buenos días. Venía a devolver un ingreso, que suele ejecutarse sobre esta fecha cada mes.
-Si. Dígame sus datos.

Le entregué mi documentación. La recibió y introdujo mis iniciales en el ordenador. Tecleó rápido, y al instante lo encontró.

-Si, aquí esta. Ingreso de el señor Finn Kay.
-Si. Es para devolverlo.
-Esta bien. Son dos mil quinientos cincuenta dolares.

Fotocopió unos documentos para firmarlos. Al acabar me devolvió la documentación y me fui.
Al salir vi el tranvía pasar. Así que me subí de un salto.
Me fijaba en la gente entretenida en sus cosas. Había una niña muy adorable comiendo un chupachups, el cual sacó de su boca para sacarme la lengua y hacerme burla, yo la imité y comenzó a reírse.
Baje en una zona próxima a mi casa para ir a vestirme y ir a la oficina.

Caminé bastante menos de lo que pensaba, y una vez allí tomé una ducha, ya que había estado sudando del paseo.
Me arreglé para salir, mire mi reloj de muñeca y marcaba las doce y media, perfecto, puesto que hoy entraba a las dos.
Envíe un mensaje a Christian avisando de nuevos datos del caso que había estado trabajando la noche anterior.

Kyla

Era la hora de la cena, ya que eran las 8:56 de la tarde.
Mis padres me esperaban junto a Laura, con ansias de devorar todo lo que había sobre la mesa.
No tenía apenas hambre. Así que solo cogí un trozo de la baguette que había encima de una tabla para cortar.
Lo rompí y lo fui comiendo por trozos.

-Come. Esto esta delicioso Kyla.
-No mama. No tengo hambre.
-Te estas perdiendo una delicatessen.
-Da igual. No me entra nada Laura. Por cierto papá, mamá. Esta noche me apetece ir a dar una vuelta, para visitar esto de noche.
-Me parece bien. Disfruta de la ciudad.

𝑴𝒊𝒍𝒍𝒆𝒓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora