Christian
Estos últimos días me estaba costando mucho levantarme como cotidianamente hacía.
Eran las ocho de la mañana, y aun no conseguía despegarme de mis calientes sabanas.-Un último esfuerzo Christian... -Dije mientras me removía en la almohada.
Me quedé quieto al oír que aporreaban la puerta con delicadeza.
-Christian, soy mama, ayúdame.
Miré al techo, y decidí levantarme, para saber mejor qué quería.
Al levantarme sentí cómo se me erizaba la piel, y más aun yendo en ropa interior. Me puse un pantalón y una sudadera. Salí fuera y mi madre estaba apoyada contra la pared, frente a mi puerta.-¿Qué pasa mama?
-Tu hermana cariño... No para de llorar, y no me quiere decir nada. Y contigo es el único con el que dialoga.Me giré, y me dirigí al cuarto de mi pequeña hermana.
Estaba sentada en su cama, apoyando su cabeza en sus manos, a la vez que se cubría.-Ey, ey, ¿qué pasa Taylor?
-Chris... -Me senté junto a ella, y aparté sus manos, para contemplar sus hermosos ojos grises, los cuales brillaban como un bonito destello -. Mi pelo... No esta -, suelta un largo suspiro, para después soltar un llanto desolador.
-Para, para... ¿cómo que no tienes pelo? Yo ahí veo pelo, mira -. Acariciaba su pelo, al menos el que quedaba, tristemente.Sentía un enorme nudo en la garganta, al ver cómo lloraba, por esa maldita enfermedad.
Secaba una y otra vez sus lágrimas, y la pasaba pañuelos para secarse la nariz.-No quiero ir al colegio.
-Debes ir Tay... Si no vas, ¿cómo podrás ser doctora?
-No lo seré, tampoco llegaré, moriré antes de tiempo.
-¡No vuelvas a decir eso! Tu vivieras más que yo, y nuestros hermanos. Pasarás esta mierda de enfermedad.
-No sirve de nada... No puedo siquiera salir de casa.
-¿A si? Eso tu crees. Pero conozco a una persona con la que te vas a llevar muy bien, y te hará pasar un bien día, ¿quieres?
-¿Bellamy? Él esta con su novia... Me gusta verlo bien, pero apenas lo he visto.
-No mientas hermana, estoy aquí siempre, todos los días secandote hasta la mocos -. Apareció Bellamy con la ropa de deporte, bajo el umbral.Ella se río y desapareció por un segundo su tristeza.
Bellamy se sentó junto a mí y ella, para hablar.-¿Entonces quieres conocer a una persona?
-Esta bien Chris, pero me debes sorprender.
-Lo prometo -. Levanté mi mano izquierda prometiéndolo.
-Es la derecha inteligente -. Dice burlón Bellamy.
-Lo sabía -. Coloqué mi mano junto a la boca para cubrirme -, solo estaba dejando a prueba a tú hermanito. Creo que ya despertó.
-Te esta oyendo... -Me dice Taylor susurrando.
-Lo oigo todo conspiradores, aun sigo aquí.
-¡Tonto! -Corrí hacia la puerta riéndome con ella -. Tay, te vas a poner el vestido más bonito que tengas, porque hoy cenamos tú y yo fuera.Agitó la cabeza afirmando, y con delicadeza me fui viendo, mientras veía cómo Bellamy hablaba con ella, jugando a la vez.
Fui de nuevo a mi dormitorio, para asearme, en el cuarto de baño.
Cubrí todo mi cuerpo con espuma de jabón, a olor de lavanda.
Al salir me cubrí con una toalla, atándola a mi cintura.
Me lavé los dientes, y tras acabar, fui de nuevo a mi dormitorio para coger mi móvil, y llamar a Dakota.
Esperaba exhausto su respuesta tras el móvil, pero no respondía, así que opté por volverla a llamar.«Vamos Dakota, haz el favor de mover tu bonito culo, y coge el maldito teléfono...»
-¡Mierda tiene el teléfono de adorno!
Me terminé de secar, y me fui hasta el vestidor para vestirme. Me puse un pantalón negro, el cual me até con un cinturón, y un jersey gris. Puse mis botines marrones, y tras peinarme con mi propia mano, me fui, cogiendo mi monedero y las llaves de mi coche.
Fui una vez más al cuarto de Taylor para asegurarme de que estuviese tranquila.

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𝑴𝒊𝒍𝒍𝒆𝒓
RomanceNuestra elección en la vida siempre fue meditada desde que teníamos apenas doce años, por muy extraño que suene. Pero sufren altibajos por intromisiones en el camino. Pasa delante tuyo y mío, mejor disfruta la a cada instante, tal vez te des cuanta...