𝟏𝟒

24 0 0
                                        

Janessa

Me había ido a recoger a Kyla al aeropuerto. Me había dejado hacia un par de horas Dakota, ya que ella se había ido a trabajar.

Apareció cargada de maletas caminando como una misionera hacia mí, con una gran sonrisa.
Saltamos a los brazos de cada una. La separé por un momento para verla bien de cerca, y volví a abrazarla.

-Hola, ¿cómo has estado?
-Bien, aunque veo que tu mejor, Francia, Bellamy...
-Dakota ya te habló de él por lo que veo.
-De todo. Esa mujer nunca calla, ya sabes cómo es ella.

Fuimos saliendo del aeropuerto, y la ayudé a cargar con las cosas.
Nos subimos en el taxi que la esperaba.

-¿Dónde vamos?
-Al apartamento, con Emma.
-¿A vuelto?
-Pensé que lo sabías.
-No, es más Dakota creo que tampoco.
-Que raro, siempre le cuenta de todo.
-Pues si... O puede que haya llegado entretenida, más de la cuenta.
-Con Tyler... A ella le va el bambo.

Bajamos en una bonita calle, donde al frente nuestro estaba el apartamento donde vivía ella.
Subimos y fui observando todo, y me sorprendió el orden.

-Buen gusto. Pero mucho orden.
-Porque sino sería la cueva del oso. Y al ser damas tenemos que tener todo bien.
-Si claro, damas... -Dije irónicamente haciéndola reír.

Fuimos al cuarto de Emma, y ahí estaba con sus cascos oyendo música frente al ordenador.
Me acerqué sigilosamente y la aparté los cascos de las orejas.

-¡Buu!

Dio un salto en la silla, y se giró enfadada, pero cambió su rostro al verme.

-Jan. Cuanto tiempo mujer.

Nos abrazamos y nos sentamos todas juntas en la cama de ella a hablar.

-¿Cómo esta todo en casa? -Preguntó Kyla.
-En Toronto esta todo bien. Ya sabes lo de siempre.

Kyla había recibido un mensaje en su móvil.

-Es Dakota. Dice que a reservado un SPA, para todas, con cena incluida y degustación.
-Yo me apunto.
-Y yo. Estas cosas con Dakota solo ocurren una vez en la vida.
-Es verdad -. Respondió Emma y nos reímos todas.
-¿Dónde te estas instalando? -Me preguntó Kyla.
-En la casa de Dakota. Esta muy bien.
-Si, es muy grande. Como no -. Dijo abriendo los ojos al recordarlo, Emma.
-¿Cuál es esta historia con los hermanos Miller?
-Todo a su tiempo amiga. Vamos a vestirnos para ir al SPA.

Se levantaron y mientras esperaba, me fui a la cocina y abrí la nevera para coger un yogur. Tenían cosas caras, y me di cuanta de su progreso.

Salieron como locas a la vez de las habitaciones, y salimos todas juntas hasta el coche de Emma.

-Emma conduciendo, un peligro humano.
-Gracias mujer.
-De nada hombre.

Puso la radio, y le subió la radio, ya que la canción tenía buena recuerdos Forever and Always de Taylor Swift.
Cantábamos la canción con risas.

Nos bajamos mientras esperábamos en la puerta a que aparcase. Tardaba mucho, aún teniendo sitio, pero lo quería cerca, como siempre tan exigente.

-Vamos, ahí viene.
-¡Esperadme guarras!

Salió corriendo tras nuestro.
Entramos todas hasta el mostrador, donde revisaron la reserva.

La mujer nos acompañó hasta unos vestuarios donde nos tendríamos que cambiar. Nos habían traído bañadores para cada una, cortesía de la casa decían.
Nos cambiamos y salimos todas juntas, hasta la sala de masajes, la cual ocupamos todas las camillas.

-Venga, es hora de desvelar todo lo que a pasado durante este tiempo.
-Pues lo que querías saber sobre los Miller. Lo mío con Tyler no es que sea algo definido, sino un pasa tiempo.
-Esperad, debo grabarlo, no me lo puedo creer. Pero si estas obsesionada chica. Sabes toda su vida.
-Anda que tu.
-A ver, si he buscado información sobre Christian. Imagínate que es un secuestrador. Aunque un secuestrador muy bueno.
-Se te acaba de abrir el coño.
-Puede ser Jan, pero yo no lo niego, en cambio otras lo niegan. Y se lo montan todo muy bien yéndose de viaje a París.
-¿Por qué ahora yo?
-Te pasa por lo de abrirse el coño.
-Vaya...
-Venga Kyla, cuanta algo de Bellamy.
-Que obsesión chica. Pues a ver, es dos años pequeño que yo.
-Asalta cunas -. Dijo Emma.
-Si bueno, pues a Dakota que la sacan cuarto años, ni te cuento.
-Pero no estamos hablando de mi, sino de ti, guapa.
-Gracias. Pues a ver es muy amable. Me a llevado a un cabaret. Y a sido alucinante. Siempre me lleva a cosas diferentes. La primera cita a un bar de Jazz, después a una recreación de Rocky horror, y después a un cabaret, y todo a acabado muy bien.
-Follando como conejos bajo las sabanas -. Dijo como siempre Dakota diciendo lo que pensaba.

Todas nos reímos y cambiamos hacia la sauna.

-Ahora contarme vosotras.
-Pues a ver... A mí no me a llevado de viaje, aún. Y trabajo con él.
-¿Ya esta? ¿Ni siquiera cómo folla?
-Joder Jan, mira que no me callo pero tú...
-¡A qué jode!
-Si, calla Kyla.
-Me ha llegado al corazón.
-Todo mi amor te a llegado.
-No.
-A ver, es hora de triunfar yo con Tyler. ¿Os acordais de la lista de novios?
-Como para olvidarme.
-Nunca se te olvidará lo sé Dakota, la mitad pretendías quedartelos. Pues es una mezcla perfecta. En el viaje prometimos ir poco a poco, pero sin agobiarnos.
-Que raro. Mucho le quieres -. Dijo Kyla.
-¿Querer? Pero si se lo a follado ya es feliz -. Me miró de reojo enfadada.
-Joder, a sido buenisima. Chocala -. Chocamos las manos, Dakota y yo.
-¿Aún vais a organizar la fiesta en tu casa?
-Si, por desgracia.
-Uy... ¿Qué fiesta? -Se repuso Emma.
-La que organiza mi madre. Ya sabes la de principio de verano, así toda finolis.
-¿Y qué pasa con tu padre?
-Una larga historia.
-Hay tiempo mujer.
-Bueno, el día que volvían mi madre y mi hermano de Toronto, le pille con una mujer en su cama. Y desde entonces no soy capaz ni de mirarle a los ojos, me da asco.
-¿Tu madre lo sabe?
-No, se piensa que tengo mucho trabajo, y por eso no paso por casa. Y mi hermano esta a lo suyo con su matrimonio.
-¿Se casa?
-Si, con la que conoció en Madrid.
-Joder con el tío.

Nos levatamos y nos cubrimos con un albornoz.
Fuimos a un pequeño restaurante, donde había un gran buffet de comida china, y mucho sushi. Nos servimos en los platos, casi como si lleváramos tiempo sin comer, sobre todo Dakota, que como pagaba decía que iba a aprovechar todo.

-¿Y Madison? -Pregunte.
-Madison en Inglaterra.
-Vaya mujer, de verdad... Se pasa la vida viajando.

Al acabar de cenar fuimos a los vestuarios a darnos un baño y cambiarnos.
Fuimos todas juntas en un solo coche, el de Emma, a su casa.
Dakota llamó a su chofer y le pidió ropa para ella y para mí, ya que nos iríamos a quedar con ellas, como en los viejos tiempos.

Nos cambiamos y nos pusimos un pijama cada una. Nos hicimos palomitas, y vimos, El diario de Noa. La cual siempre nos hacía llorar con cada situación.

-Quiero esa historia en mi vida.
-Lo mismo dijiste con, Crepúsculo, Harry Potter, varios libros, y muchas series y más películas.
-Lo que le pasa a Dakota, es que cuando ve tíos buenos se la abre el coño.
-Pues mira. Se me abre de par en par, no te jode.

Nos reímos todas a carcajadas después de dejar de llorar por la película.

Al acabar la película, Kyla puso su música, la de sus famosos chinos. Jamás bailaba, pero al ser su casa respetabamos su decisión.
Todas menos ella, queríamos música para bailar y cantar, pero siempre decía:

-Por encima de mi cadáver, mis chinos no se tocan.

Así que con esas palabras nos dejaba claro el no rotundo.

𝑴𝒊𝒍𝒍𝒆𝒓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora