𝑴𝒊𝒍𝒍𝒆𝒓

𝟐𝟏

Dakota

-Muy bonito hermano, ¿ahora quién lo limpia?
-Tú.
-Ven aquí sino quieres que te pegue Matt.
-Vale, vale agresiva...
-Así me gusta.

Veía cómo limpiaba lo que había salpicado tras haber abierto una lata de tomate, cubriendo de salpicaduras la pared.

Me coloqué una bufanda y un abrigo para salir al exterior. Hacía un hermoso día en Oslo, hacía viento fresco pero cómodo y familiar.
Tras el traslado a Noruega de mi hermano y yo, nos habíamos instalado en un apartamento simple y cómodo. Mi hermano apenas estaba en Oslo, tan sólo los fines de semana, ya que viajaba hacia Camila a Bergen, donde al parecer habían comprado una casa donde irían a comenzar su vida fuera de Estados Unidos.

Apenas entendía el Noruego, tan sólo lo que había intentado aprender, es decir lo básico, pero también hablaban inglés así que sería más sencillo.

El sitio era un edificio muy formal, donde subí hasta la segunda planta, para inscribirme como residente temporal.
Entregué mi documentación para inscribirme, y rápidamente me dirigieron a otra sala donde me informarían.

-Hola buenas.
-Hola, toma asiento. Dakota Kay.

Conseguí todo sin problemas, así que al momento de sellarme unos cuantos papeles y firmar, salí, para después ir a un sitio donde finalizarían mis inscripción.
Llevaba en la mano un papel dónde estaba escrito la dirección del centro y todo. Se llama el centro Ila Skole. Todo estaba bien distribuido y la gente circulaba con rapidez pero sin hablar una sola palabra.
Entré y comenté a lo que venía así que me dirigieron a una sala donde hablaría al parecer con la directora y el consejo, el cual estaba reunido.

-Hola señorita Kay.
-Hola, un gusto.

Tomamos asiento y comenzaron a analizar mi historial.

-Yo venía por...
-Si, tome asiento -. Me senté frente a él esperando su respuesta mientras entregaba los documentos.
-Gracias.
-Puedes ir tranquila, ya está todo. Bienvenida.

Salí de la sala directa al exterior, para dirigirme a comprar la comida y así rellenar la nevera. Caminaba con prisa, para llegar a la parada de autobús y así hacerlo rápido.
Coincidió que alguien pasaba también despistado tanto como yo con el móvil, pero este llevaba consigo una taza de café. Procuré esquivarlo, pero exactamente él hizo lo mismo haciendo así que chocasemos.

-Lo siento -. Lamentaba y pedía disculpas mientras me miraba arrepentido.

Sentía algo líquido caliente por mi abdomen, y al instante me percaté de que el café que antes estaba en su taza ahora estaba en mi blusa blanca, antes, y ahora color café.

-No, nada tranquilo.
-De verdad perdona, me despiste. Lo siento.
-Te entiendo. Yo también lo estaba, lo dejamos en culpa de ambos.
-No sé qué decir... Vaya...
-No te preocupes de verdad, esta bien.
-Creo que no tengo otro argumento para disculparme, pero ¿te puedo invitar a un café mientras te limpio la blusa?
-Bueno...
-Por favor.
-Esta bien, si dejas de suplicar.

Reía junto conmigo y me mostró el camino hacia lo que parecía ser una cafetería.

-Me presento, soy Ben.
-Mucho gusto, yo Dakota.
-¿De Estados Unidos?
-Sí, ¿cómo lo supiste?
-Tu acento.
-Y tú, tú no eres de aquí tampoco, ¿me equivoco?
-No, no te equivocas. Yo soy de Virginia.
-Vaya... ¿Y por qué te viniste a Oslo? Oh, gracias -. Me ofreció pasar tras abrir la puerta y esperar a que entrase.
-Bueno, el frío, ya sabes. ¿Y tú?
-Yo un cambio temporal. Pero siempre me gustó Noruega desde pequeña.
-Eso es bueno, ¿no?
-Si, eso creo -. Reímos.
-Te la lavo sin ningún problema -. Al referirse a la blusa me miré por encima, señalando que era mi blusa y que no llevaba otra debajo limpia ni nada por el estilo -. Uy disculpa, si, por aquí tengo una camiseta, tranquila esta limpia aunque lo dudes.
-Esta bien, gracias.