𝟐𝟑

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Madison

-¡Jan, no crees que ya has bebido bastante! - Agarré de su brazo y comencé a tirar hacia a mí para llevarla a que durmiera.
-Dejame Mad, estoy bien.
-No lo estas, vamos. Te ayudo Mad -. Llegó Dakota ayudándome a llevarla a dormir.

La quitamos el vaso de sus manos, y con dificultades la conseguimos llevar.
Agarró de su brazo y mientras yo la sostenía del otro lado, Dakota abría la puerta del dormitorio.
La tumbamos con cuidado en la cama, y la cubrimos con una manta, para que descansase.

-Os odio, estoy bien. Sois unos pesados.
-Duerme Jan, mañana hablamos -. Le dijo Dakota.

La cubrimos dejándola dormir mientras que nosotras nos fuimos junto a Emma, la cual era el centro de atención entre nosotras.

-Señorita Kyla, usted esta loca -. La dije nada más llegar.
-Tal vez si. ¿Alguien me trae un refresco?
-Yo voy al baño, ahora vuelvo y os lo traigo -. Dijo Dakota dirigiéndose al baño.

Emma estaba planeando algo, y completamente loco, como de costumbre.

-¿Jan?
-Esta durmiendo -. La dije.
-Vale, pues tú Kyla, ve a apagarle la luz a Dakota.
-¡Voy!

Se dirigió al interruptor de la luz del baño, y la apagó, se oían gritos de Dakota, pidiendo que la encendiese.
Emma fue a encendérsela, pero seguidamente abrió la puerta viendo tras ella.
Vi cómo salió corriendo Emma tras cerrar la puerta, se reía a más no poder.
Salió tras ella Dakota, riéndose más aun, como siempre suele hacer.

-¿Qué ocurrió? - Dije viéndolas reír, y creándome una risa tonta junto con ellas, ya que incluso Kyla se reía solo de ver reírse a Dakota, con su extraña risa.
-Estaba... - Emma que no podía hablar de la risa, tenía que tomar aire cada vez que hablaba -. ¡Meando de pies!

Nada más decir eso comenzamos a reírnos todas, y a Dakota se la saltaban las lágrimas llorando.

-Eres tonta Emma, ¿para qué lo haces? - Dijo Dakota.
-No lo sé.

Apareció Christian tras Dakota, asustándola, y haciéndola intimidar. Aun se reía ya que era una persona de una risa demasiado floja.

-¿Qué ocurre?
-Vaya, vaya... A quién tenemos aquí, al señor rompe corazones. Al que al parecer sus padres siempre intentaron apartarlo de ellos y de sus hermanos, al que despreciaban todo aquello que hacía, y de alguna manera lo esta pagando con el mundo eso que hicieron. Pero cuando su papá murió volvió a casa, y se hizo cargo como un sumiso de su madre, pero jamás pudo perdonar lo que sus papas le hicieron. Deja de caminar como un maldito cliché, y creerte más importante por tener dinero, y ver que todas las mujeres se arrodillan a tus pies pidiendo sexo a cambio, y tú como un auténtico sumiso de tus actos aceptas, para darte importancia.

Todas nos quedamos sorprendidas a las palabras de Dakota. Fue un acto voluntario, sin haber bebido apenas un vaso. Christian día hacía ella muy enfadado, se acercó a ella y con las mismas la cogió en brazos lejos de nosotras, y ella comenzó a patalear.

Seguí oyendo sus conversaciones, pero apenas participaba en la charla.
Me dirigí hacia la puerta colocándome el abrigo, y recogiendo mi bolso del perchero. Cogí un taxi para ir hasta el hotel, para ya poder descansar del viaje y la alocada fiesta.
Fui dentro, a la habitación. Abrí la maleta, y saqué el pijama, para cubrirme del frío, aunque había una lumbre, ya encendida, que calentaba toda la habitación.
Preferí darme una ducha para dormir mejor. Una ducha bien caliente que cubría de vaho el espejo del baño. Estuve poco tiempo, ya que quería dormir.

Dakota 

-¿Qué tal todo? - Me sobre saltó la voz grave de Bellamy detrás mío, leyendo el cartel de información.
-Ah, bien, ¿y tú?
-Mejor que nunca -Reíamos.
-Se nota, pero ya sabes tengo mi charla de amiga protectora.
-Me la se, la tengo aprendida, ya me la dio Jan -. Reía viéndoles a todos a lo lejos.

𝑴𝒊𝒍𝒍𝒆𝒓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora