Dakota
Comencé a saludar a los clientes, y entre ellos estaba una persona, a la que antes de extender mi mano hice una mirada rápida a las chicas. Emma agarraba con fuerzas a Tyler, sabiendo quién estaba ahí.
-Selena...
-Dakota, cuanto tiempo. ¿Cómo estas?Hice una sonrisa arcaica, y me senté junto a Christian, como siempre dejando su última palabra.
-Te ves espectacular esta noche. Después de la cena te quiero enseñar una cosa.
-Christian, no... -Me interrumpió antes de acabar.
-Por favor. Como amigos, solo... Amigos...-Suspiró.Asenti con la cabeza, y comencé a introducirme en la conversación con los demás.
-Que extraño reencuentro chicas. Y Ty ¿cómo estas? -Dijo Selena
-Muy bien con mi futura esposa -. Agarró de la mano a Emma encima de su muslo, y la besó la mejilla.
-Que bonito.
-Papa, ¿podemos hablar de negocios mejor?
-Claro. Pues veamos señores Steel...La conversación sinceramente no me interesaba, es más me perturbaba con la presencia de Selena junto a sus padres, como si no ocurriese nada.
Comenzaron a servirnos la cena, y realmente estaba deliciosa, aunque también tenía hambre.
No me percataba de la conversación ya que me fijaba con cautela cómo tocaban el piano y cantaban, mientras daba sorbos al vino.-¿Pasa algo? -Christian había colocado su mano encima de mi pierna.
La intenté apartar, pero me estaba agarrando.
-No, no pasa nada.
-Mama, ¿me acompañas?
-Si hija -.
Nos levantamos pidiendo permiso, hacia el servicio.
-¿Qué pasa Dakota?
-¿Qué es esto? ¿Qué relación tiene papa, y la empresa de mi no... -paré antes de terminar la palabra - y de los Miller, con los Steel?
-Hubo un fraude. ¿No has escuchado la conversación?
-No, la verdad es que no. No soporto la presencia de esa.
-Relájate, no va a pasar nada, además ya queda menos para que se vayan, relajate.
-Vale, vale, esta bien. Pero si me da un ataque en medio de la mesa, no llaméis a urgencias, dejarme morir, y acabar con el sufrimiento.
-Esta bien tonta -. Rió mi madre, y volvimos de nuevo a la mesa.(...)
¿Ya había dicho lo insoportable que fue la cena? Pues si, lo fue, ninguno hablamos, solo mi padre, el señor y la señora Steel, y la insoportable Selena.
Pero considero que lo peor estaba a punto de llegar, ya que me debía reunir con Christian, en el comedor, aunque ya estaba cerrado, y era tarde.
Ni siquiera me cambié, solo me puse una bata para cubrirme del frío, y bajé en zapatillas.Corrí la cortina que separaba el recibidor, con el comedor. Estaba sentado en el piano, con la corbata suelta, y los botones desabrochados de la camisa, la cual le quedaba muy bien.
Tocaba una pieza, la cual no reconocía, pero una preciosa.-Pensé que venderías a buscarme...- Me acerqué y me apoyé en el piano.
-Preferí que me hiciesen esperar.
-Vaya...Trague saliva, y veía cómo seguía pulsando las teclas por detrás de mi espalda.
-No sabía que tocases tan bien el piano.
-Pero yo si sabía que te gustaba el sonido del piano.
-¿Cómo aprendiste?
-Cuando estudiaba fuera aprendí muchas cosas, tenía mucho tiempo libre.
-Comprendo... -Miré a mí alrededor, viendo la oscura sala, y ya vacía, y la cual alumbraba solo una lámpara pequeña y el exterior -. Dime, ¿qué querías?
-Verte.
-Vaya, yo quería dormir.Pasó su mano por mi pelo rizado y alborotado hasta rozar con mi cara. Agarró el mentón mientras iba levantándose para acercarse a mí.
Tenía tantas ganas cómo él, o más aun de besarlo, pero mi orgullo me lo impedía.
Acercó su cara frente a la mía rozando nuestras narices y frentes, a punto de rozar nuestros labios, pero antes de llegar a ello, aparté mi cara.
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𝑴𝒊𝒍𝒍𝒆𝒓
Любовные романыNuestra elección en la vida siempre fue meditada desde que teníamos apenas doce años, por muy extraño que suene. Pero sufren altibajos por intromisiones en el camino. Pasa delante tuyo y mío, mejor disfruta la a cada instante, tal vez te des cuanta...