Emma
-Mierda, tengo que volver a San Francisco.
Había dejado el móvil en la mesa, mientras despertaba en brazos de Tyler.
-¿Por qué?
-Jeremy a vuelto del viaje.
-¿No volvía en dos semanas?
-Si, al parecer hay reuniones.
-Vale, pues vamos preparando todo.Nos levantamos de la cama para dirigirnos a asear.
-Deberías quedarte, no hace falta que vengas conmigo.
-No, no pienso dejarte sola por allí. Mira lo que a ocurrido en tu apartamento.
-No pasa nada... Puedo quedarme con mis padres.
-Pero yo quiero que te quedes en mi casa, conmigo -.Se había cruzado de brazos viéndome mientras me duchaba.
-No puedes tenerme encerrada como en una jaula.
-Si puedo Emma.Le miré de reojo negándome a lo que acaba de decir, ya que se imponía en mi, lo cual no me gustaba.
-Además tu hermano aún sigue en el hospital.
-Mi madre ya viene de viaje con mi hermana.
-¿Con tú hermana? - Secaba mi pelo con una pequeña toalla.
-Si, ha hablado con médicos y con precaución la dejan viajar. Pero no es recomendable.Salí cubriéndome con la toalla para irme a vestir, y desde el cuarto hablábamos en la lejanía.
-Además tengo que conocer a tu jefe, aun no lo conozco, no tienes mi aprobación.
-¿Pero qué te crees que eres? ¿Mi dueño?
-Algo así.
-Te equívocas.
-Tu misma aceptaste ser mía.Puse los ojos en blanco mientras me colocaba un jersey.
-No me gusta que pongas los ojos en blanco.
Apareció tras mio, y lo vi al bajar el jersey.
-Vamos a ir a desayunar fuera, no quiero que te separes de mi.
-Que si... -Refunfuñaba mientras me colocaba las botas.
-Entiende -, besó mi cuello agarrándome de la cintura -. No puedo correr el riesgo, de que te ocurra lo mismo que Kyla, o lo mismo que Christian.
-Tampoco soy una niña.
-Y ellos tampoco, pero les ocurrió.
-Vale.Me agite el pelo y me lo peine, mientras esperaba a que se colocase la camisa.
-Además, tengo que ir a la oficina de aquí, debemos ir a ver cómo esta funcionando.
-Vale señor. Como usted ordene...
-Pensé que te gustaba estar conmigo -. Dio al botón del ascensor.Comenzó a llamar a alguien, dando órdenes con prepotencia, sobre el viaje.
Subimos seguidamente a él, estaba solitario, solo nosotros.-Buenos días. Necesito para esta misma tarde un avión, el cual nos lleve a San Francisco. Vale muy bien. ¿A las tres? Vale, esta todo muy bien. Adiós.
Colgó y tras guardar el móvil en el bolsillo trasero se me quedó mirando -. ¿Qué pasa?
-Eres bastante prepotente con tus empleados.
-Dios Emma... -Paso sus manos por su cara -. Son mis empleados, les pago por ello, no les debo ir diciendo si esta bien o mal, o aconsejándoles. Si no lo hacen bien los despido y ya.
-Lo que yo decía un prepotente, y que no te importan los demás lo suficiente.
-Si, me importas tú.
-Te lo agradezco, pero debe importante también la gente de tu alrededor.
-Como quién... ¿Mis hermanos? Que si no hubiese sido por ellos no me hubiese ocurrido lo que ocurrió.Salimos del ascensor y nos dirigimos con calma paseando por el pasillo hasta la salida.
-No lo sabía, tampoco quieres hablar de ello.
-Cierto.
-Pero me gustaría saber el por qué de esa maldad.
-No lo sé.
-¿Por qué eres así?
-No lo sé.
-¡Pues vale no me digas nada!Entramos en el coche, y al cerrar la puerta di un portazo.
-¿Esta bien señorita?
-No Robert. Buenos días.
-Buenos días a ustedes también.
-Robert, llevenos a Cafe Sabarsky.
-Si señor.

ESTÁS LEYENDO
𝑴𝒊𝒍𝒍𝒆𝒓
RomanceNuestra elección en la vida siempre fue meditada desde que teníamos apenas doce años, por muy extraño que suene. Pero sufren altibajos por intromisiones en el camino. Pasa delante tuyo y mío, mejor disfruta la a cada instante, tal vez te des cuanta...