Kyla
Al despertarme, sentí que no estaba Bellamy. Me levanté confusa, y con un gran dolor de cabeza por el jaleo de la noche.
Al lado mío, en la mesita, había una pastilla y un vaso de agua. Lo tomé, ya que seria para el espantoso dolor de cabeza.
Me coloqué la bata, y me la até para bajar a desayunar algo.
Arrastraba mis pies por los pasillos, y las escaleras, ya que las zapatillas me quedaban enormes.-Buenos días Kyla.
-Hola Tay, ¿quieres desayunar conmigo?
-Vale.La ayudé a bajar la bombona de oxígeno, y a bajar con cuidado.
-¿Ayer a dónde fuisteis? -Me preguntó curiosamente.
-Fuimos a dar una vuelta, a una fiesta. ¿Y tú?
-Me fui con Christian, y conocí a tu amiga Dakota.
-¿Y qué hicisteis? -Posé la bombona y comencé a arrastrala, ya que rodaba con las pequeñas ruedas.
-Fuimos a un parque, y estuvimos un rato jugando, fuimos al cine, y cenamos en una pizzería.
-Uyy que hambre.
-Si, yo también tengo.Al entrar en la cocina, se sentó en la isla, para esperar su desayuno.
-Y dígame señorita, ¿qué desea desayunar?
-Mm... -Se puso pensativa -. Un batido de chocolate, y unas tortitas. Y gofres... -Se relamió -. ¡Que ricos!
-Pues como mande la jefa.Comencé a hacer la mezcla, y ella me ayudaba a echar chocolate, frambuesa...
-¿Cuándo aprendiste a cocinar? -Me preguntó.
-Cuando me di cuenta de que no me podía morir de hambre.Vertimos la mezcla en la plancha, y la otra mezcla en la gofrera.
Y mientras iba batiendo su batido.-¿Estas embarazada?
«¡QUÉ! Cómo voy a estar embarazada».
Me giré con los ojos como platos, y la miré fijamente. Mientras me relamia los dedos de chocolate.
-¡No! ¿Quién te dijo eso?
-Nadie, solo pensaba...
-No... -Reía.Apareció Bellamy por la puerta. Llegaba de su entrenamiento matutino.
Se sentó junto a Taylor, y la di un beso en la mejilla, mientras comía una manzana.-Que hambre tengo. Veo que te has acordado de alimentarnos.
-No, este desayuno es para mi y Tay. Tú tienes, café, cereales, galletas y tostadas.
-Pensé que te acordabas de tu futuro marido.
-Claro, ¿te caliento el café? -Afirmó, y llené una taza de café, y lo introduje en el microondas.
-Te brillan los ojos Kyla -. Me dijo Taylor empezando a degustar los gofres que la acababa de servir.Bellamy me miró extrañado, y se levantó a coger el café del microondas tras sonar el pitido.
Me senté junto con ellos, con las tortitas en una bandeja, y gofres, y la taza con un batido. Mientras me sentaba, miré cómo leía un mensaje, recién llegado.
El mensaje trataba de una especie de invitación a un próximo reencuentro de alumnos, en el instituto.-Nos invitan a un reencuentro de alumnos, en el instituto.
-¿Y eso? -Mientras hablaba con él, ayudaba a Taylor cortando sus tortitas, y así poder ingerir los trozo mejor.
-Para los alumnos que estudiaron en el dos mil cinco hasta el dos mil doce, es decir todos nosotros.
-Que extraño, esas fiestas se suelen celebrar en verano, no en invierno.
-Ya, aquí dice que será en Diciembre. Para entonces estaremos de vuelta en San Francisco.
-Si, cierto.
-¡Mira esto! ¿Qué se a tomado Tyler? -Taylor nos miraba casi asustada con la cara de Bellamy al leer el mensaje.
-¿Qué pasa?
-Dice: Preparad vuestros enromes culos. Hoy albergue en su casa, habrá alcohol, juegos, películas. Pero solo entre nosotros. El que quiera venir que traiga alcohol.
-Son unos alcohólicos de mierda.
-¿Puedo ir? -Pregunta Taylor.
-Esta vez no Tay, prometo que para la próxima si.
-¡Vale!
-¿Cuántos han aceptado?
-Emma, la primera desde luego, Mad, Jan. Tiene pinta de que Christian y Dakota no van... Espera...
-¿Si o no?
-Dice: voy, porque me obliga Emma, sino no fuese, quiero estar en casa durmiendo.
-Puta vaga.
-Y ahora... Christian también. Vale, pues vamos todos.
-Pregúntale a qué hora.Pulsaba teclas en su teléfono. Yo continuaba comiendo, incluso tomando su café, ya que apenas le dio un sorbo.
-Ahora dice.
-Esta loco, ¿qué hora es?
-Las... Once.
-Joder, me da pereza levantarme y vestirme... Y peor aun preparar la ropa, uff...
-Puta vaga.
-Cuanto amor en el ambiente... -Dice Taylor disimulando.
-¿Tú qué dices bruja? -La abrazo y con cuidado la hacía cosquillas.
-No seas malo Bell.
-¡Si! Contigo si ¡Bruja!Al instante paró para que pudiera respirar de nuevo. La dio un beso, y para que se relajase pasaba su mano por su brazo, ayudándola a respirar.
-Ey, ey, ¿estas bien?
-Si, si -. Respiraba hondo.Apareció la doctora y se la llevó a su cuarto, Bellamy fue junto con ella.
Los vi irse, y aproveché para limpiar los platos sucios.
Y al acabar me fui a asear, y preparar todo.Narrador
Todos iban con el propósito de pasárselo bien, y así olvidar sus problemas, o las cosas que atormentaba sus cabezas.
Kyla con las extrañas sensaciones, que se están volviendo reales.
Emma con su extraño amorío con Tyler.
Dakota con uno de sus mayores secretos, que de protagonista esta Christian.
Janessa la rebelde procuraba vivir en el incógnito. Madison y Marco experimentan sin rumbo alguno.Se iban reencontrando unos con otros en la puerta de la casa. La casa era de Christian, pero se había adueñado Tyler, ya que vivía más seguido allí.
Iban cargados de bolsas, con bebidas. Las chicas se iban desplazando de los chicos, para hablar de sus cosas.(2017 / Noviembre)
Christian
Me acomodé la corbata negra, a conjunto con el traje.
Sonaba una hermosa canción de Frank Sinatra, With Every Breath I Take.
Me encontraba en el edificio más alto de todo New York, donde se veía hasta Manhattan. Las calles más iluminadas aun, por la hermosa navidad, y su despampanante nieve cayendo como lágrimas delicadamente.
Esperaba a Dakota.
La cual apareció como Julia Roberts en Pretty Woman, con un largo vestido rojo. Se colocó junto a mí para ver las vistas a través del ventanal.-Mi madre debe estar como en Pretty Woman, su película favorita. ¿Sabes? Mi madre y yo siempre tuvimos este sueño, ir con un vestido rojo, en New York, mientras sonaba Frank Sinatra, en un edificio como este, donde se viese toda la ciudad. Lo añadí a mi lista con quince años, y pensé que no se iría a cumplir.
Fuimos al ascensor, y el botones nos preguntó a qué planta, y le dijimos que en el comedor. Nos llevó hasta la planta, y al salir fuimos hasta el comedor.

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𝑴𝒊𝒍𝒍𝒆𝒓
RomansaNuestra elección en la vida siempre fue meditada desde que teníamos apenas doce años, por muy extraño que suene. Pero sufren altibajos por intromisiones en el camino. Pasa delante tuyo y mío, mejor disfruta la a cada instante, tal vez te des cuanta...