𝟑𝟎

17 0 0
                                    

Dakota

Asome discretamente la mitad de mi cuerpo por el umbral, para ver cómo estaba Christian.

-¿Se puede? -Toqué la puerta.

Ya había vuelto tras asearme y descansar un rato.
No había nada de nuevo, solo una llamada de mi padre, avisándome que pronto llegarían Matt y Camila al hospital, al parecer se había adelantado una semana.

-Si, claro pasa.

Se acomodaba Christian con dificultad. Tenía vendas alrededor de sus costillas, ya que se había roto dos costillas con el impacto. Le ayudé para que estuviese más cómodo.

-Ya me ha informado Bellamy, pero se ha ido muy rápido, sigue con la búsqueda.
-Así es...
-Han sido ellos.
-Lo sabemos.
-¿Y Tyler? No le he visto.
-Se a vuelto con Emma a San Francisco. Ella empezaba a trabajar.
-Vale. ¿Sigue aquí Robert?
-Creo que si.
-Vale,llámale, y dile que me traiga el portátil, tengo que repasar unas cosas, y informar de mi incorporación después de estos días.
-Deberías relajarte.
-Para esto no me puedo relajar.
-Si puedes, y más ahora en tu estado.
-Estoy bien.
-Vale como tú digas.

Resoplé, y metí la mano en mi bolso para sacar el móvil y llamar a Robert. Realmente estaba esperando la llamada de mi padre para ir a ver el hijo de mi hermano.
Robert fue rápido, y ágil.
Me dijo que en un momento estaría allí con todo, así que lo agradecí para conseguir apaciguar al impaciente de Christian.
Me senté junto a él en la cama, mientras me miraba.

-¿Qué? -Reí.
-¿Cómo estas? -Me miraba realmente preocupado por mi. Con unos ojos bien abiertos observándome.
-Bien. Pensé en lo peor al enterarme de todo esto -. Con un nudo en la garganta me le acerqué para besarle.
-Tranquila, pronto estará todo bien. Y yo estoy bien, ya lo puedes ver.
-No no lo estás, estás aquí, en vez de en casa conmigo. Prométeme que nunca me vas a dejar sola.
-Te lo prometo.

Pasó su suave mano por mi rostro, y yo me estremecí en el tacto.
Agarró mi mentón atrayéndome hacia él y besarlo.Llevaba deseando esos labios otra vez, para seguirlos besando día tras día a cada momento.

-Disculpen -. Apareció tras tocar la puerta Robert con un bolso.
-Pasa Robert -. Le dije limpiando las lágrimas que seguían saliendo.
-Aquí le traje su portátil y unos documentos que tenía en el escritorio.
-Gracias, muy amable Robert. Necesito saber cuándo voy a salir de aquí.
-Ahora lo pregunto.

Salió cerrando la puerta con sigilo.
Le acomode la mesa para que posase todo lo que pedía.

-Me debo ir ya. Me estarán esperando, aunque no me han llamado -. Le dije a punto de levantarme.
-Esta bien. Intentaré salir cuanto antes de aquí. Dile a Robert que te acompañe, no quiero que vayas sola a ningún lado.
-Estaré bien, tú deberías quedarte y así recuperarte.

Besó mis labios una vez más, y me fui dejándolo entretenido en su portátil.
Robert entró para hablar con Christian, sobre lo que habían dicho los médicos.
Vi en la puerta dos guarda espaldas protegiendo el paso al cuarto.
Al salir del cuarto, fuimos hacia el coche, para que me llevase hasta el Bellevue Hospital Center, donde me dijeron que estarían.
Robert y yo entramos al coche, y tras atarnos el cinturón, él encendió el coche, y arrancó.

-¿Ya sabe lo qué es?
-No, tampoco lo saben mis padres. Dicen que es una sorpresa.
-Bueno, mientras que salga todo bien.
-Si... Robert.
-Dígame señorita.
-¿Le importaría acompañarme hasta el interior? Disculpe que lo moleste de tal manera.
-No, no se disculpe, es mi trabajo, y no tengo ningún problema en acompañarla.
-Se lo agradezco Robert.
-Para eso estamos.

Me sonrió y yo le devolví la sonrisa.
El traslado de un lado a otro fue corto, o al menos se me hizo a mí.
Al haber aparcado el coche en el estacionamiento, subimos hasta la planta de partos, donde se encontrarían allí reunidos.

𝑴𝒊𝒍𝒍𝒆𝒓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora