6. Remordimientos

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POV Bill

No sé con cuántas personas me había encaprichado en mi vida, pero todas y cada unas de ellas tarde o temprano habían caído. No soy alguien fácil de conquistar si alguno se lo propone. Normalmente si a mi me gustan, voy a por ellos y caen enseguida. Y los que no me interesan, ni los miro. Hay muchos chicos en el mundo. Me quedé un buen rato dándole vueltas a la cabeza, aún sentado en la tumbona. ¿Qué era exactamente lo que me pasaba con Tom? ¿Por qué la había tomado con él de esa manera? Por más vueltas que le daba no encontraba respuesta. Nunca antes había tenido que comportarme de esta manera para estar cerca de una persona. Era... extraño. Joder, sé que a veces tengo un carácter difícil, pero nunca le había hecho tantas putadas a alguien en tan pocos días, y el no saber qué me pasaba con él, más me cabreaba. Era simplemente que al estar cerca de él me hervía la sangre y algo me empujaba a comportarme de esta manera. ¿Remordimientos? Yo diría que no. ¿Entonces por qué le estoy dando vueltas? Joder, me desespero. Supongo que porque no tenía respuesta y no podía controlar la situación.

Me levanté de la tumbona cabreado y con muchas preguntas agolpándose en mi cabeza. No soy un chico que se raya por estas cosas. ¿Entonces por qué cojones te estas rayando Bill?

-¡Ahhh, que te den, puto muerto de hambre!

Salí corriendo de aquella zona con un nudo en la boca del estómago... No me gusta, no quiero estar así. Solo sé que en mi carrera me choqué con algunas personas pero no me paré a pedir disculpas.

Me encerré en mi camarote todo el día. Necesitaba hablar con alguien... Necesitaba desahogarme. Es que eres gilipollas Bill, ¿desde cuándo te das mal por estas cosas? Agarré el móvil y sin pensar, llamé a Georg. Sí... Él me podía tranquilizar.

-¡Bill! -mi amigo me sacó una sonrisa... Le echaba de menos. Creo que era la única persona que me podía sacar sonrisas tan sinceras.

-Hola Giggy... -mi voz sonó mas fúnebre de lo que me hubiera gustado... Madre mía.

-Tío... ¿qué te pasa? Cualquiera diría que estás en un crucero.

-El barco es una mierda Georg, la comida más y el camarote es enano... Y la gente... Bueno, son pobres todos. Mi padre podría comprar este puto barco con el dinero que tenemos. Y tengo que aguantar aquí un mes entero. -se me estaban humedeciendo los ojos... a la mierda. Sacudí la cabeza fuertemente. Lo que me faltaba... Llorar.

-Vamos, hombre... Que no será tan malo, tío... Fóllate a alguno, o a alguna. Así se te pasará antes.- se me puso un nudo en la garganta. Joder... Si yo te contara todo, Georg...

-No hay muchos... Y si los hay, solo se dedican a su trabajo. -eso último no lo tenía que haber dicho.

-Uhhh ¿ya le has echado el ojo a alguien, verdad? Ya lo sabía yo. -el cabrón se estaba riendo.

-No...es simplemente un trabajador... Pero nada, me gustaría tirármelo y ya.

-Pues tíratelo, colega.

-Bueno, digamos que solo se dedica a ignorarme y a trabajar. -¿Por qué cojones me estaba cabreando? Estaba sonando como un despechado...- Pero oye, que le den Giggy que nunca me han faltado ni tíos ni tías.

-No te lo discuto... Pero ninguno es él ¿no? -Georg se estaba riendo de mi y eso me cabreaba aún más.

-¡Pero qué dices, tío! Que yo paso de él... El otro día le puse la zancadilla y se le salió el hombro. En realidad no hago mas que liársela, pero... me encanta.

-Bill... A ti te gusta.

-Que no... Es un muerto de hambre, no te voy a negar que está muy bueno, pero no, no me gusta.

Against the oddsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora