POV Tom
Estaba fuera de la cabaña y de repente vi que salía una cantidad impresionante de humo negro. Fui corriendo hacia la casa y grité el nombre de Bill. Bill estaba acojonado y cuando me acerqué yo creo que pensaba que le iba a echar la bronca o algo. Cuando se calmó, se metió a ducharse y se lavó bien. Yo arreglé la cabaña como pude. El humo había dejado una pared negra, pero por suerte la cama y el sofá estaban intactos. Limpié un poco como pude el suelo, las paredes y los muebles, pero algunas cosas, se iban a quedar negras. Bueno, les había dado con lejía. Perjudicial para la salud no iba a ser. Feo sí, pero nada más. Quité los tablones medio quemados que quedaban en la pared y en seguida lo arreglé todo. Como Bill seguía en la ducha y yo había sudado un montón, decidí ir a la playa y nadar un poco, al menos para sentirme medianamente limpio. Ya me ducharía cuando Bill acabara. Las nubes se habían ido y había un sol impresionante. Hacía bastante calor, al contrario que un rato antes. Salí a tomar un poco el sol. Había traído crema solar en la maleta y me la había traído a la playa. Me eché crema y me tumbé. Se me empezaron a pasar la cabeza imágenes de Bill en la ducha y, bueno, decir que me puse malo, es quedarme corto. Estaba deseando pillarle por banda. Le oí llamarme y me acerqué a él por detrás. Le dije que le iba a castigar y puso cara como de miedo diciendo que pensaba que ya no era mi esclavo. No pude evitar echarme a reír. Si yo lo único que quería era sexo, no quería ni me interesaba que siguiera siendo mi esclavo. De hecho, si él quería follarme de la misma manera que yo lo iba a hacer, no tenía ningún inconveniente. Me consumió la lujuria y follamos.
Acabamos exhaustos besándonos, pero me entró la risa por algo que me había dicho- ¿De verdad que me quieres dar por el culo? -nos empezamos a despollar los dos hasta que tuvimos que parar de reír por falta de aire. Al final le dije:
- Vale... -me relamí. Se echó a reír hasta que notó que yo no me reía y que no estaba de coña.
-Bueno, pero tendrás que esperar, porque... Bueno, me había hecho una paja en la ducha y ya no doy para más ahora mismo... -se puso rojo y me eché a reír y le besé. Sin darnos cuenta, ya se había hecho de noche.
-¿Vamos a cenar? Esta vez hago yo la cena. No te acerques al fuego -puso cara como triste.- Era broma. No sabes el susto que me he dado al ver salir el humo de la cabaña. Pensaba que te habría pasado algo y... -puse mala cara. Le noté esconder una sonrisa y sonrojarse un poco- En serio, no me vuelvas a dar este susto. -le agarré de la cintura para ir camino a casa.
Fueron pasando los días y, la verdad, yo no me quería ir. Era irracional no querer irme, porque tenía que seguir manteniendo a mi familia, y además, tarde o temprano se acabaría la comida, pero era demasiado feliz ahí. Pasaron tres meses. Ya estábamos en Noviembre.
Me desperté por la mañana y Bill no estaba en la cama. Estaba el desayuno hecho, pero ni rastro de él. Comí y me fui a buscarle. Le encontré nadando desnudo en el lago de la cascada y sonreí. Él no me vio. Me quité la ropa y me metí. Nadé hacia él para abrazarle.
-Buenos días, precioso -le dije, le besé y me sonrió.
-Buenos días, guapo... Estaba pensando en ti -sonreí.
-¿Ah, sí? ¿Y eso?
-¿No sería este un gran lugar para hacerte el amor? -dijo mirándome intensamente a los ojos.
-Sí... Lo es -se lanzó a mis labios. El ruido de la cascada amortiguaba cualquier sonido procedente de fuera. Las gotas descendían por nuestros cuerpos y lo único que buscábamos era cada vez más cercanía. Notábamos el calor que irradiaban nuestros cuerpos y solo queríamos más. Nos besamos y bajó su mano por mi espalda hasta llegar a mi culo. Metió sus dedos y me pegué todavía más a él. No separábamos nuestras bocas. De un momento a otro, estaba en mi interior imponiendo un ritmo suave y firme. Eché hacia atrás la cabeza con los ojos cerrados fuertemente notándome lleno de él. Bajó su mano hasta mi entrepierna. Me mordí el labio al tiempo que él me masturbaba. Nuestros gemidos se entrelazaban, pero apenas le llegaba el sonido al otro por el agua cayendo. Apoyé mi frente en la suya y le miré a los ojos intensamente. Dio en un punto de mi interior que me hizo estremecerme y cerré los ojos al tiempo que me corría. En seguida noté cómo el semen espeso y caliente llenaba mi interior. Bill salió de mi y el agua se llevó todos los restos. Nos quedamos unos segundos apoyados el uno en el otro intentando calmar nuestras respiraciones aceleradas.
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Against the odds
FanfictionTokio Hotel. Twc no relacionado. La vida de Tom Trümper, un chico humilde y trabajador, se ve alterada cuando Bill Kaulitz, el hijo engreído y narcisista de un millonario se cruza en su camino. Sucumbiendo a todos sus caprichos día a día, la pacien...