POV Bill
Por suerte había arreglado mi amistad con Georg, y poco a poco, Gustav volvió a aceptarme y a cogerme cariño, aunque a regañadientes.
Pasó casi un año. Todo iba bien, en verdad. Todo lo bien que podía ir cuando tenías la sensación de que tu alma te había abandonado y que tu corazón hecho trizas jamás podría recomponerse. Pero bien en general.
Seguí pasándoles los 5000€ a el mes anónimamente a la familia de Tom. Como yo ahora llevaba prácticamente todos los negocios de mi padre, le ocultaba esa transferencia haciendo que figurara en los informes como sueldo de empleados. También aproveché para subirles los sueldos sin que él se diera cuenta.
Un día hacia principios de Agosto entendí por qué mi madre parecía cada día más triste y más hundida. Tenía una reunión de negocios que acabó demasiado pronto para lo que era habitual.
Al llegar, vi desde el espejo del pasillo cómo mi padre estaba dándole una paliza impresionante a mi madre. Quise matarlo, juro que quise matarlo, pero en mi mente de repente encajó todo. Testigos muertos, pruebas eliminadas... ¡Me jugaba un puto brazo que había sido él todo! Fue en ese momento cuando me di cuenta de que Tom era inocente, de que mi padre merecía estar muerto y de que mi madre me lo había querido decir todo este tiempo, pero no había podido.
Anduve haciendo mucho ruido para que a mi padre le diera tiempo de esconder su cobardía antes de que yo entrara. Entré al salón y vi a mi madre malherida y destrozada y a mi padre fingiendo estar preocupado.
-¡Mamá! -me acerqué corriendo a evaluar su estado fingiendo que no quería asesinar al hijo de puta de mi padre.- ¿¡Qué te ha pasado!? -pregunté preocupado realmente.
-La han agredido en la calle. Ha sido horrible. -contestó mi padre fingiendo estar preocupado.
-¡Dios! Mamá... Hay que llevarte al hospital. Papá, ¿puedes llevarla tú? Tengo unos negocios muy importantes que atender. Por favor llévala y decidme qué os dicen los médicos.
-Claro, hijo. Ahora mismo la iba a llevar de todos modos. -la ayudó a levantarse. Mi madre la pobre no dejaba de llorar. Al cruzar la puerta le oí decir por lo bajo- Ni una palabra a tu hijo de lo que ha pasado, zorra, o te mato.
En cuanto abandonaron la casa me metí corriendo a su habitación y busqué en el cajón de mi padre las llaves de su despacho. Corrí a la tienda más cercana de duplicado de llaves. Me las dieron en cosa de veinte minutos y corrí de nuevo a la habitación de mi padre a dejarlas en su sitio. Pedí un taxi para que me llevara al despacho y me metí. Nunca me dejaba pasar solo, por eso nunca había podido ver sus papeles. Sabía dónde guardaba las cosas más privadas. Abrí el armario y empecé a revisar documentos. Estuve cerca de dos horas revisando sin ver nada interesante. De repente oí voces llegando. ¡Mierda! Ya era de noche y no me había dado ni cuenta. Salí por la ventana, que daba a un callejón en el que nadie me vería. Me invadió una sensación terrible de vértigo. ¡Era un puto séptimo piso, joder! Me quedé de pie en la cornisa aferrándome a la tubería bajante. Gracias a Dios, no cerraron la ventana.
Les oí entonces todo. Encendí la cámara de mi móvil para grabarlo todo con una mano y les oí hablar.
-Detective. Le agradezco mucho su trabajo en el pasado. Gracias a usted descubrí todo lo que ocurría en la vida de mi hijo y pude evitarlo a tiempo. Conseguí que la loca esa matara a Norton y que inculparan al novio muerto de hambre de mi hijo. Ahora está pasando cinco años en la cárcel por un asesinato que no ha cometido y mi hijo volvió a mi con el rabo entre las piernas. Todo gracias a su colaboración y su ayuda... Pero ahora requiero tus servicios de nuevo. Quiero ver muerta a mi mujer y que parezca un accidente. -me quedé blanco. Siguieron hablando del tema como una hora y yo grabé absolutamente todo. Cuando acabaron, salieron del despacho para irse. Esperé diez minutos por si acaso y volví a entrar. Seguí buscando horas entre sus documentos hasta que encontré informes del detective, facturas en negro y una pistola.
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Against the odds
FanfictionTokio Hotel. Twc no relacionado. La vida de Tom Trümper, un chico humilde y trabajador, se ve alterada cuando Bill Kaulitz, el hijo engreído y narcisista de un millonario se cruza en su camino. Sucumbiendo a todos sus caprichos día a día, la pacien...