18. Embarazo - Temporada 2

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POV Craig

Me llamó el señor Kaulitz para que fuera a su despacho de nuevo. Este hombre me daba bastante miedo, al contrario que el hijo. Llamé a la puerta.

-Adelante -oí. Entré y me senté en la silla que me indicó.- La mujer que trabaja donde mi hijo está enamorada de él y tiene trastorno bipolar. Él coqueteó con ella para que contratara a su novio. Quiero que te la ligues para que rompa esa pareja.

-¿Pero está buena?

-¿Qué demonios importa eso? Está loca, que es lo relevante.

-¿Cómo se llama?

-Emma Schrodinger. -me tendió una foto- Dentro de media hora estará almorzando en la cafetería que está en frente de su oficina. Ve.

-¿Cómo lo hago?

-Como te de la gana, pero hazlo. Sal de aquí. -me echó molesto.- Ah, otra cosa -me detuve en la puerta.- El novio de mi hijo se fue ayer por la noche de su casa con una maleta y cara de enfado. Aprovéchalo.

Cogí un taxi y me planté allí en diez minutos. Pedí un carajillo mientras la esperaba.

Al poco rato, apareció ella sola y se sentó en una mesa al final del bar. El sitio ideal. Me acerqué. A pesar de la droga, seguía estando buenísimo.

-Buenos días, preciosa. ¿Te importa si me siento? -se quedó como confusa, así que me senté antes de que le diera tiempo a decirme que no.- Quería hablarte de una persona que conoces y te va a decepcionar mucho... -dije haciéndome el interesante.

-¿Qué persona?

-Bill Kaulitz -se puso roja al pensar en él.

-Mira, soy amigo de Tom Trümper, y él me contó que Bill consiguió que te contrataran haciéndote falsas ilusiones acerca de su interés en ti. Emma, Bill es maricón y está saliendo con Tom Trümper. No deja de burlarse de ti y de decir que eres fea y patética por haber caído en su juego. La verdad, no estoy nada de acuerdo en ninguna de esas dos cosas. Eres preciosa y creo que debías saberlo. No deberías estar enamorada de un hijo de puta como él -dije tomándole de la mano. Ella estaba a punto de llorar. Si jugaba bien mis cartas, la tendría en mi bolsillo antes de que acabara su descanso.

-Qué... cerdo -sollozó.

-Es un cerdo. -corroboré fingiendo que me importaba su dolor.- ¿Cómo ha podido jugar así con tus sentimientos? Dios, se merece lo peor.

-Me gustaría vengarme. Quiero hacerle pagar por el dolor que me ha causado. Lo odio. Lo odio mucho.

-Tengo una muy buena idea.

-¿Cual? -dijo con interés, dejando de llorar de repente.

-Métete en su relación. Destrózala. Hazle sufrir tanto como te ha hecho sufrir a ti.

-Me gusta la idea... -sonrió con malicia.

-Te voy a dar una idea aún mejor.

-¿El qué?

-Sal conmigo. Yo soy un hombre de verdad y nunca jugaría con tus sentimientos.

-Vale... -dijo algo desconcertada la loca- ¿Quieres que nos veamos esta noche para cenar?

-Claro. Invito yo -le pediría el dinero a Kaulitz. Le guiñé el ojo.

-Tengo que irme a trabajar otra vez. Toma mi número -dijo apuntándolo en una servilleta.

POV Tom

Me fui a casa de mi madre. Llamé a la puerta.

-¿Hijo? -preguntó ella- ¿Qué ha ocurrido? -dijo preocupada al ver la maleta.

-He roto con Bill. -contesté sin ganas de seguir viviendo.

-¿Y eso? -dijo desconcertada y muy preocupada.

-No han salido bien las cosas, simplemente. -me abrazó.

-Lo siento mucho, hijo. ¿Cómo te encuentras?

-Bien -mentí- Estoy muy cansado, mamá. ¿Te importa si me quedo aquí?

-Claro que te puedes quedar aquí, hijo. Faltaría más. Si tú lo estás pagando, es tu casa.

-Gracias. -susurré- Dormiré en el sofá-cama.

-¿Quieres que te cocine algo?

-No, no te molestes. Solo quiero dormir. ¿Dónde guardas las sábanas?

-Voy a traértelas. -dijo yendo a por ellas. Mis hermanos estaban hoy durmiendo en casa de Gustav con Ava. Lo agradecía. No tenía ánimos para enfrentarme a esto, no hoy.- Toma, hijo -me las dio.- Voy a ayudarte a ponerlo.

-No hace falta -me ignoró. Entre los dos, pusimos las sábanas y me eché a dormir. Salió dejándome solo. Me tumbé y lloré toda la noche.

A la mañana siguiente, llegué pronto al trabajo. No sabía si Bill tendría ganas de putearme... Otra vez. No le podía dar motivos.

Me puse a hacer mi trabajo antes de tiempo. Gracias a Dios, había mucho que hacer, así que estaría entretenido toda la mañana. Entró Bill al despacho algo tarde. Tenía muy mala cara y me dio mucha pena, pero me mantuve fuerte.

-Buenos días, señor Kaulitz. -saludé siguiendo a lo mío.

-¿Señor Kaulitz? -preguntó como sin fuerzas.

-Sí... Eres mi jefe. -contesté sin más. Dios, quería llorar, quería llorar mucho, pero me aguanté las ganas.

-Ya... -dijo y se sentó en su escritorio a trabajar también. Fue la mañana más desesperante de mi vida. Cuando llegó la hora de comer, Bill salió del despacho y yo me quedé trabajando. Cuando quedaban tres minutos para que acabara la hora de comer, llamó alguien a la puerta.

-¿Si? -pregunté. Se abrió y entró la chica que me había contratado. Iba con escotazo, minifalda y muy maquillada.

-Buenos días -me sonrió sexy y se sentó en el borde de mi mesa.

-Buenos días -contesté incómodo. Lo que me faltara, que Bill me pillara en esta situación. Para que me odiara y me puteara como en el barco.

-Quería hablar contigo, Tommy. -¿Tommy? Esta pava quería tema. Pero yo no lo quería.

-¿Qué ocurre?

-Sé que estás saliendo con Bill, pero creo que deberías saberlo. Bill ha estado poniéndote los cuernos conmigo. Estoy embarazada. Siento que te enteres de esta forma, pero no quería que siguieras engañado. -me puse de muy mala hostia. Quería partirle la cara a Bill. Me tuve que recordar a mi mismo que era mi jefe ahora y que de este trabajo dependía el sustento de mi familia. Se abrió la puerta del despacho y apareció Bill. Vio de lleno a la guarra esta sentada en mi mesa pidiendo guerra.

-Trümper, quiero un café con leche inmediatamente. -dijo muy borde y muy enfadado. Qué hijo de puta y qué poca vergüenza. Me pone los cuernos y encima de ponérmelos y preñar a esta, encima se ofende. Salí pegándole un empujón a Bill al pasar a su lado.

POV Bill

Por esto se había ido el hijo de puta. ¡Por esto! Me estaba engañando con la guarra esta. Joder, quería matarles a los dos.

A la perra esta pareció entrarle la vergüenza.

-¿Qué querías? -pregunté muy borde.

-Nada, Bill. Disculpame.

-Pues sal de aquí -dije borde.

-Un momento... Yo... Creo que mereces saberlo. Me he estado acostando con él semanas y me ha dejado embarazada. -me quedé blanco. No solo me había dejado, sino que encima me había engañado. Era lo que más quería, y él me pisoteó y tiró mi amor a la basura. La zorra se fue y yo me quise morir. Salí al baño para que no me viera llorar. No podía verme. No debía verme.

Tenía que conservar la poca dignidad que me quedaba. El Bill cabrón había vuelto.

Against the oddsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora