7. Intimidad - Temporada 2

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POV Bill

Cuando Tom se fue a trabajar decidí hacer una cosa sin pedirle permiso porque si le avisaba, primero no lo iba a permitir y segundo quería que fuera una sopresa. Aún me quedaba dinero en la cuenta, no había gastado todo, y en unos días iba a cobrar de nuevo, así que decidí hacerle la compra a Tom para unos días. Luego me iba a matar pero yo necesitaba hacerlo. Su familia lo necesitaba.

Me fui a trabajar y una vez en la oficina me puse a hacerle la compra por Internet. Se la mandaría a casa. Más tarde me encargaría de su cabreo.
-A ver, pan, leche, cereales, huevos, aceite... Amm esto también. -estaba seleccionando los productos como un loco, me daba igual si me cobraban doscientos euros, pero tenía que hacerlo.- Ahhh, sí... condones... -me empecé a reír solo.
-¿Condones? -pegué un brinco en la silla. Georg acababa de entrar y tenía cara de confusión. -¿He oído bien Bill?

-Si, le estoy haciendo la compra a Tom... Necesita condones. -me puse rojo. No sabía desde cuando me sonrojaba tanto, si yo nunca había tenido vergüenza...
-No tienes remedio... Bueno, cuéntamelo todo, ¿cómo fue el reencuentro? -una gran sonrisa se dibujó en mi cara.
-Fue perfecto. Georg quiero ayudar a su familia. Están viviendo en una casa que se cae a cachos, su madre no puede cuidar de todos, sus hermanos están estudiando y necesitan dinero y Tom... Tom está trabajando muy duro y tengo serias dudas de que encima no se está alimentando bien. Me parte el alma verle así.
-¿Por qué no le buscas un buen trabajo?
-Lo había pensado, pero es tan orgulloso que no me dejará ayudarle. Quiere hacerlo todo por sí solo.

-Hazlo sin que se entere de que has sido tú... aquí en la empresa necesitan gente. Necesitan gente en recepción, en secretariado... No sé, mira a ver qué puesto le puedes dar... -sonreí. La verdad es que se me estaba ocurriendo una muy buena idea.
-Georg... Eres un puto genio. -este me asintió claramente diciendo "obvio"- Podría hablar con Emma, la chica que se encarga de la selección del personal. Podría trabajar conmigo. Tom es muy inteligente, aunque no tiene estudios. Esto que estoy haciendo yo te puedo asegurar que él lo haría el doble de rápido.
-A mi me parece bien, Bill... es tu chico. Aparte, no se si te has dado cuenta pero Emma esta que chorrea por ti -anda, eso no me lo esperaba.
Me sonrojé ante esa afirmación. Así era. Éramos pareja. Aunque no se lo había pedido de manera oficial. Se me ocurrió una idea.
-Bueno, dado que estas poniendo cara de pervertido y no quiero saber en qué estás pensando... mejor me voy. Hablamos luego. -Georg se fue riéndose.
Acabé de hacer la compra, puse la dirección de envío y pagué. A continuación, salí de mi oficina y fui a buscar a Emma. Aún no había perdido mis dotes de seductor, así que aunque estaba mal lo que iba a hacer, lo tenía que hacer sí o sí. Le iba a conseguir a Tom un empleo con un sueldo decente, aunque eso implicaba seducir a una pobre empleada.
Llegué a su oficina, toqué a la puerta y sin esperar respuesta asomé la cabeza.
-¿Emma, puedo entrar? -Esta estaba sentada delante del ordenador y al ver que era yo pegó un brinco en la silla. Se colocó sus rizos rojos y se remojó los labios. La verdad es que era una chica muy mona, pero no tanto como mi chico.
-Sí, claro. Pasa, Bill.

-Gracias. -Cerré la puerta detrás de mi y me senté en una de las sillas que tenía delante del escritorio.
-¿Qué te trae por aquí? ¿Tienes algún problema con tu puesto de trabajo?

-Oh no, no, todo va bien. Me gusta mi trabajo. -allá iba.

-¿Entonces qué te trae por aquí?

-Verás, Emma... Quería pedirte un favor. Es para... un amigo.
-Dime.

-La cosa es que lo está pasando bastante mal, tiene problemas económicos muy graves y necesita un trabajo. Como yo hay días que no puedo con tanto papeleo, había pensado que igual sería buena idea contratarle como mi ayudante.

Against the oddsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora